lunes, 24 de junio de 2019

Honduras / Un pueblo herido, ausencia del Gran Integrador y un fracaso que se resiste a morir


Tegucigalpa, Junio 24,2019
Indiferentes con poder, cuando la tarde sea su café amargo, recuerden esta sabia anécdota, cierta vez Sancho viendo la mirada perdida de don Quijote, y sabiendo la cura de la alegría, le dijo: “Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”.
El hondureño no es una cifra en la deuda política de ningún partido. Y los afectados dirán: “Esperamos las elecciones porque somos un partido político” o “Que se tire a integrar quien quiera” ¿Y saben qué?, tienen razón.

                          Pero quítense del medio y den espacio a los que si hacen lucha.- En palabras de Porfirio Lobo Sosa, siete de cada diez personas adultas y ocho de cada diez jóvenes, odian (Si, odian) a Juan Hernández; si como oposición no lo puede sacar o es muy mediocre o está coludido.

Reflexión
EL LIBERTADOR

Sabemos lo que hacen esos carísimos vendedores, esos administradores del terror. Desde un punto de Tegucigalpa un grupo de hombres y mujeres extranjeros y propios, en cuartos obscuros orquestan y urden, pero no maquinan cómo van a detener la destrucción del sistema de educación y salud o frenar el endeudamiento, ellos están ahí para mantener un fracaso que se resiste a morir. Mesas de crisis les llaman y por cierto, exageradamente bien pagados, con sus impuestos ¡claro! buen ciudadano.

¿Viste? Ya se terminó la crisis de los policías, ya negociaron y los transportistas también ¿recordás en plena crisis poselectoral de 2017 aquella funcionaria panameña de la OPS-OMS gritando en todos los foros de matutinos que el virus del Chikunguya venía arrasar Honduras? ¿Qué pasó con el otro virus, el del zica que esa misma señora –alarmada— decía que iba a destruir a los hondureños?, aahhh, de nuevo han estado hablando del mortal dengue, en estos días de letal represión militar.

– ¡Necio! La crisis no ha parado, porque no comenzó con dos gremios, tampoco con zancudos, y no terminará ahí, ni siquiera el “Fuera JOH”, nos liberará del caos, por más buen aliciente que sea para la salud mental de un pueblo cansado y de una economía quebrada.

El sistema no está descompuesto, tampoco es un problema que esté corrupto. Colapsó desde 2009 y no son muchas crisis desde entonces, es una sola crisis que tiene puntos altos, esas elevaciones dan la impresión de cuando en cuando  que el fin de la inconformidad ciudadana está cerca, pero solo será el inicio de la construcción de la nación.

Y LLEGÓ EL CAOS
Después del golpe de Estado, se cayeron las máscaras, ya no había iglesia que nos salvara, se botó el crucifijo y se tomó el arma contra la población en las calles, y la dictadura fue bendecida. Amen.

El filantrópico empresario que apoya la Teletón, prestó sus instalaciones a los francotiradores y les vendió garrotes al por mayor (con descuento, por supuesto). Los solamente informativos y bien balanceados medios de comunicación, abandonaron la nota rosa y la “chica del domingo”, por mentiras y mentiras… Y nunca olvidaremos el papel de nuestros amigos, “los americanos”, que no son peones en el tablero, son los reyes y señores de la desolación, la muerte, el robo y el aval cómplice del narco y del ladrón. “Todo vale”.

Aún se mueve y pavonea allá en el paradójico nombre, “El Progreso”, el viejo y olvidado tonto útil del aquel entonces; el triste coronel tiene un partido de maletín,  hasta se da el lujo de hablar de transparencia, valores y cuanta papada se le ocurre, la sangre de Isis Obed, está fresca aún sobre el pavimento en la salida al sur de Tegucigalpa, y el soldadito de migajas que disparó la bala asesina, ¡a saber! ¿Y los que dieron las órdenes? ¡Sepa judas!

Un pueblo herido… de muerte
Desde entonces hasta hoy la crisis es la misma, no se detiene y crece. La lista de lo que este pueblo sufre no cabe en 100 paginas, la rabia desborda los márgenes de cualquier escrito, la indignación no la tapa el caucho quemado en cualquier calle de Honduras, se desgastarían las letras en el teclado con el nombre de cada hondureño asesinado y no hay una redacción perfecta para describir la injusticia vivida.

Casi el 70% por ciento de la población vive en pobreza (no vamos a caer en el juego de “pobreza” y “extrema” para amortiguar el golpe, con mentiras no se llena el plato, ni el niño en la montaña deja de morir por inanición). Fuimos olvidados por los organismos internacionales que nos visitan y desde el Marriot nos gritan “No esperen que les solucionemos sus problemas, muchachos”, además están ocupados con Venezuela y su petróleo; aunque la jefa de compras de la embajada estadounidense Heidi Fulton y el Jefe del comando Sur Craig Faller, dicen que “más que vecinos, somos amigos” nos encierran en jaulas como bestias allá en el Tornillo de Texas y de nuestra parte, tienen al gobernante corriendo en chancletitas, para atender a sus 300 marines.

Esa amistad nos confunde.- Nadie diga que este pueblo es cobarde, nadie diga que este pueblo no puede, que nadie nunca, diga que este pueblo no se levanta, cada movilización, cada vez que se requiere, con hambre, enfermedad, lluvia o sol, los hondureños han respondido, pero hace falta…

Ausencia del Gran Integrador
Pero si hay un pueblo lo suficientemente dispuesto a cambiar la realidad que vive, salir de la miseria arriesgando todo porque no tiene nada, ¿Qué falta? Pues el Gran Integrador:

“Lo que nos hace falta en Honduras después de Francisco Morazán, es el unionista, el gran integrador de la sociedad, que trascienda la mezquindad del grupo para concentrar las partes en el todo, que siembre y fortalezca el bloque nacional de todas las identidades, de todos los elementos de nuestra tierra y de todas las instituciones de nuestra patria”. Editorial EL LIBERTADOR, febrero 2015.

Los líderes de oposición se quedaron cortos con el pueblo que tienen enfrente, se han paralizado por conveniencia, miedo o astucia, los nuevos ya nacieron con vinculación vernácula o se entramparon en las viejas estructuras podridas, a la gente no le importan las elecciones de 2021, quieren respuestas hoy, y si carece de capacidad para cumplir la voluntad popular ¿Para qué quiere llegar al poder, señor o señora?

El hondureño no es una cifra en la deuda política de ningún partido. Y los afectados dirán: “Esperamos las elecciones porque somos un partido político” o “Que se tire a integrar quien quiera” ¿Y saben qué? tienen razón. Pero quítense del medio y den espacio a los que si hacen lucha.- En palabras de Porfirio Lobo Sosa, siete de cada diez personas adultas y ocho de cada diez jóvenes, odian (Si, odian) a Juan Hernández; si como oposición no lo puede sacar o es muy mediocre o está coludido.

Un fracaso que se resiste a morir o AZ-5
Cuando en Chernobyl intentaron parar el accidente nuclear, apagando el reactor y así detener las explosiones para poner fin a la crisis, presionaron el botón de emergencia “AZ-5”, que fue lo que accidentalmente provocó la explosión en lugar de detenerla. En el caso del golpe de Estado en Honduras, el “AZ-5”, fue Juan Orlando Hernández, que finalmente terminó generando una de las mayores crisis en la historia del país, cuando su misión era dar paso a la normalización de las condiciones después del golpe.

Demostrados actos de corrupción, reelección ilegal, vínculos con el crimen organizado y ni siquiera hablamos desde una perspectiva lejana, sino desde el mismo círculo familiar. El listado es tan largo que cansa, hago mías las palabras del agente federal al entrevistar a Tony Hernández, “¿Quiere agua?” –Si, por favor quiero agüita…, contestó un pobre Tony. También argumentó: “he destruido mi vida”, le faltó decir que también la de millones de hondureños.  

“Desprecia tu pueblo, pero no hables de democracia; entrégate al extranjero, pero no hables de patria; roba, pero no hables de honor; mata y cierra los medios que sirven a la ciudadanía, pero no hables de libertad; ignora al empobrecido, pero no gobiernes; vive en opulencia, pero con tu dinero”. Editorial EL LIBERTADOR, junio 2016

El “Fuera JOH”, no es una tabla de salvación del país, es apenas el fin de un reinado de terror y el comienzo de la construcción de la patria donde reine la ciencia, las artes, las culturas, el recomenzar como hondureños a diseñar una Honduras para los hondureños. Y si hacerlo sigue sin importar a nadie como en esta década pérdida, ni a los empresarios, ni a los militares, ni a la oposición, ni a los gringos, la noche profunda vendrá, está vez para todos en Hibueras.

Indiferentes con poder, si se hace tarde en sus vidas, recuerden esta sabia anécdota, cierta vez Sancho viendo la mirada perdida de don Quijote, y buscando traerlo a la alegría, le dijo: “Señor, las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres, pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias”.

No es reflexión, es advertencia
La Plataforma es una advertencia a la oposición política de que está siendo relegada por otras fuerzas, que no buscan el 2021, sino que desde la ciudadanía pelea por soluciones reales, pidiendo por los presos, sin reuniones a media noche, así como a la gente le gustan las cosas, de frente, pero no con Renato.

También para los que ostentan el poder en Honduras, les enviaron ayer 20 de junio 2019 un mensaje claro, la orden de JOH, de desatar la cacería y enviar los militares a las calles, en contra de que la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Honduras dijera, significa que en esta guerra lo van a perder todo y su sometimiento por los negocios de hoy, no les asegura el mañana, ni a la empresa privada, ni a la iglesia, ni a los extranjeros.

En palabras del escritor Ambrose Bierce, “La guerra es desatar con los dientes un nudo político, que no se puede deshacer con la lengua”. La guerra no está por llegar, la guerra ya llegó, y cada quien decide su lugar en los frentes.

 http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/3414-honduras-un-pueblo-herido-ausencia-del-gran-integrador-y-un-fracaso-que-se-resiste-a-morir

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