
Reflexión / EL LIBERTADOR / Publicado: 10 Octubre 2018
El
hondureño se ha vuelto un crítico implacable, dirá que los medios de
comunicación son irresponsables, que callaron la tragedia, que bailaban
mientras el sucio Choluteca se tragaba Tegucigalpa, cuando la lluvia
tapaba las lágrimas y cuando Juan Pablo veía la oportunidad de morir
saltando al río embravecido; nadie cree que COPECO ignoraba el
pronóstico de la fatal tormenta que no advirtió Lisandro Rosales, aun
cuando dispone del avanzado Centro de Estudios Atmosféricos,
Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos).
Muchos
no perdonan que Lisandro por tanto ajetreo con el tiempo, organizando
el plan de contingencias para el feriado se le fue por alto la consulta
del clima al poderoso sistema de la Administración Nacional Oceánica y
Atmosférica de EE.UU. (NOAA), que emite advertencias satelitales
precisas con antelación de hasta quince días sobre condiciones
meteorológicas peligrosas, prepara cartas de mares y de cielos y...
¡vale riata!, etc.
Después
de una actualización de 44 millones de dólares en enero de 2016, el
NOAA tiene capacidad de realizar casi tres billones de cálculos por
segundo; ¡mmm!, parece que esa tecnología puede predecir cambios del
tiempo y del clima en cualquier sitio del planeta. Aaah, el hombrón
olvidó también pedir los mapas globales que cada seis horas registran
los súper radares de ultramar del Centro Nacional de Huracanes de Miami
(NHC, en inglés, para la próxima Lisandro).
Ese
paisano de redes, reclama que gobierno y periodistas, en vez de invitar
a pensar a la población, actuaron como pomponeras del régimen,
arengando viajes en esta cíclica temporada de huracanes, que se fueran a
las playas –quizá sin los diez mil lempiras que JOH contó andaba cada
parroquiano—, pero que salieran de sus casas, adonde fuera; urgía llegar
a los dos millones de turistas que el oráculo de Epaminondas Marinakys juró invadirían, con bolsillo feliz y estómago todoterreno, los bellos parajes del confort hondureño.
Los
ilusionistas de este éxodo, (“dinámica” dicen los expertos) generaría
5.700 empleos temporales exactos, según cálculo matemático estadístico
de Madero y circularían unos 3.000 millones de lempiras, cifra corta
para los magos Silvestri y Epaminondas
que tuvieron la visión de 5.000 millones derramándose sobre la economía
nacional. “No creo, muéstrenme las cifras”, les mandó decir el
incrédulo exgerente técnico del Banco Central, el doctor en
Macroeconomía, Claudio Salgado. El alcalde Asfura ni dijo ni hizo nada,
naufragó.
“Estás
dura, dura, dura, dura, dura. Que estás dura, mano arriba porque tú te
ves bien. Estás dura mamacita, te fuiste de nivel …”, a este ritmo,
“Daddy Yankee” despidió del aire a los astros de la noticia positiva,
aceleró fuerte el reguetón, la pencada de “Chano”, el folklore
pueblerino, tomas viejas de pueblos varados como buques hundidos en
aguas sombrías.
Entonces
vino la noche y, con ella, el espanto de una tierra salvaje, de una
tribu que deambula por un territorio, sobrevive el más fuerte, el
lumpen, el menos sensible, el que no se enferma, el matón mayor o el más
hábil corrupto o corrupta. El vuelo multicolor de la Guara se perdió en
el horizonte del plasma. Lo frío y lluvioso se apoderó de un país que
quiso ser república en la mano de Francisco Morazán y en la mente de
Ramón Rosa, un país de “políticos bestiales”, como resume a esta élite
la experiencia analítica del doctor Murillo Selva.
La
lluvia exhibe en días repetitivos que muerte y dolor son condiciones de
estatus, hay que ser empobrecido, lloriqueadera que ya la raya, aquí a
nadie le importan, sólo al poeta Sosa, al final de cuentas, ante Dios,
cierta vez afirmó iracunda su excelencia, el cardenal Rodríguez, “dejen
de hablar de los pobres, siempre los habrá”, entre más feriados largos
haya, más se reduce la pobreza, mejor si es época de locura tropical, ya
las muertes por accidentes de tránsito se van a los penales con las de
homicidios, ¿entonces, cuál es el problema?
Cuentos
maravillosos, fábulas de animales, historias de amor, relatos de
crímenes, tragedias, narraciones picarescas, viajes de inversiones,
cuentos de turismo, novelas de caballería, etc., son sólo algunos de los
materiales que forman el texto de “Las Mil y Una Noches”, uno de los
libros más maravillosos de la literatura universal. Cuentan que las
historias están formadas por un antiguo libro persa llamado los “Mil
Mitos”.
En
este libro, los textos están encadenados, una historia lleva a la otra,
ya que Scheherezade, la narradora, se ve obligada a utilizar su
inteligencia y creatividad para salvar su vida, aunque sólo sea por un
día más. Ya viene la Navidad y otros feriados en lo que resta de cuatro
años, pero tiempo y clima no son lo mismo, el tiempo indica el presente
de un país incierto, el clima varía según circunstancias, finaliza el
diálogo de Garafulic, imposible la reelección, Oliva está nervioso, Luis
va con todo… El NOAA advierte que cambiará el clima de Scheherezade.
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