Usted está lanzando sus ataques en contra de nosotros, quizás sin darse cuenta o sin reconocer que quizás los principales responsables de la crisis universitaria están bastante lejos de nosotros, y probablemente demasiado cerca de Usted. Se lo decimos así en público porque sus acusaciones fueron también en público, aunque somos conscientes de la inutilidad de nuestra palabra porque Usted ha dado muestras de no aceptar sugerencias a veces ni de sus colaboradores más cercanos, menos de nosotros.
Usted Doña Julieta ha gozado durante muchos años de nuestro aprecio y reconocimiento. Lo mismo escuchamos decir a mucha gente seria y comprometida con nuestro país. De igual manera, reconocemos su importante labor en la puesta en marcha de una reforma universitaria que en su primera etapa contribuyó enormemente al adecentamiento administrativo de la UNAH.
De igual manera, apreciamos mucho su aporte a la lucha contra la impunidad luego de haber pasado por el oscuro y cruel túnel de la ingrata muerte de su hijo, cuyo sentimiento Usted lo transformó en fuerza que incidió en la conciencia nacional para identificar a los sectores del Estado involucrados en la criminalidad, y en el proceso de búsqueda de caminos para atacar de frente la impunidad incrustada en instituciones del Estado.
Estos aportes los reconoceremos siempre, así como su aporte a lo largo de muchos años como investigadora y analista social. Faltaríamos a la ética y a la misma historia, si no reconocemos estos aportes suyos a la sociedad hondureña. Y con todo esto, tenemos la responsabilidad de expresarle que si tenemos que reconocer un error nuestro en este proceso es haber estado distantes de las autoridades universitarias con su responsabilidad institucional, así como de los estudiantes con toda la riqueza de inquietudes y rebeldías propias de su etapa y de su tiempo.
Desde nuestro punto de vista, la más alta responsabilidad para que la crisis universitaria haya llegado al estado actual de poner a la UNAH en los brazos de los sectores más oscuros y corruptos del país, reside en Usted misma Doña Julieta. Y esto no lo decimos por demagogia. Es un intento, quizás infructuoso, para ayudar a que las cosas se coloquen donde corresponden. El haber hecho creer y sentir ante los demás que la razón y la verdad solo estaban de su parte en un país tan complejo como el nuestro era impensable que no se acabara revirtiendo en contra suya.
Usted ha de recordar que desde el inicio de las protestas estudiantiles en años anteriores, nosotros advertimos de la necesidad de escuchar, acercarse y buscar respuestas que más ayudaran a la Universidad. Y desde el inicio Usted vio más fantasmas en dichas protestas que realidades que exigían una atención seria y cercana de su parte. Ni por asomo atendió esta sugerencia. Desde entonces las cosas se fueron complicando. Sin duda, hay diversas fuerzas políticas muy interesadas en sacar ventajas de las protestas estudiantiles. Pero en nada abona que ante cada demanda, la respuesta constante sea acusar a otros de ser responsables de atizar conflictos. Los estudiantes tienen su propio espacio de identidad, y no vale que en lugar de abrir espacios para atender lo que buscan, se hayan cerrado puertas que posibilitaron a que los reclamos fuesen más fuertes. Todo quedó en medición de fuerzas. Esto conllevó a que en lugar de escucha, hoy incluso tengamos un número importante de estudiantes sentenciados.
Al haber experimentado en carne propia esas acusaciones, nos permite confirmar que uno de sus principales errores en este proceso es haber creído que en su persona residía toda la verdad, que todos los demás que no hemos pensado como Usted estamos equivocados y, por eso mismo, somos enemigos. Son amigos los que se acercan para asentir todo lo que Usted dice, son amigos los que la adulan, y son enemigos los que hacemos críticas o propuestas que no coincidan con su pensamiento y actitudes.
Usted, Doña Julieta, está culminando su servicio en la UNAH. Y lo termina acusando, sin duda la peor manera de cerrar un ciclo en la vida, porque los siguientes ciclos normalmente son receptores de los ciclos anteriores. Nosotros lamentamos que por no haber alabado ni menos adulado todas sus decisiones hayamos quedado en el terreno de sus enemistades. Le reiteramos que lamentablemente hemos estado mucho más lejos del conflicto universitario de lo que Usted piensa. Como Radio Progreso y ERIC trataremos siempre de estar en apertura a la búsqueda de soluciones a los graves problemas de nuestro país, entre los que se encuentra la crisis universitaria.
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Doña Julieta - 26 Julio 20
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