viernes, 16 de junio de 2017

Honduras: Con los pies en la tierra - Viernes, 16 Junio 2017

Es cierto que es de lamentar la salida de Donald Trump de los Acuerdos de París y que se ha convertido, como dice la prensa internacional, en el “enemigo del planeta”. Ya hace días había señalado que no era más que “cuento chino”, “que el concepto del cambio climático era un invento de China para perjudicar a EUA” con lo cual trataba de minimizar y trivializar uno de los retos que como humanidad tenemos en estos momentos. Los científicos son claros: si la temperatura sigue aumentando y pasa el umbral de dos grados Celsius más, el mundo, será más caliente, los niveles del mar aumentarán, los huracanes y las inundaciones serán más fuertes, al igual que las sequías y las hambrunas.

 Pero dejando a un lado al “presidente twitero del norte” tenemos que ver cómo el “cambio climático” incide y nos afecta en nuestro país. Esta vez es el “Banco Centroamericano de Integración Económica” (BCIE) quien sin rodeos ni tapujos afirma que “Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador están entre los 15 países más afectados a nivel global por el cambio climático. Los 4 países abarcan la parte más vulnerable del Corredor Seco Centroamericano donde viven 10.5 millones de personas y la mitad de los pequeños productores de granos básicos”.

Honduras, el país más afectado por el cambio climático en la última década debido a los efectos del Niño y de la Niña que han dejado pérdidas incalculables y cientos de muertos. Es imprescindible enfrentar las causas estructurales de la vulnerabilidad, la degradación de los recursos naturales, la desigualdad, la pobreza y la poca diversificación de los medios de vida”. En respuesta a ello hay iniciativas para que todos estos países afectados directamente restauren 150 millones de hectáreas alrededor del mundo hasta 2030”.

En la reunión que se celebra en la isla de Roatán el supuesto del que se parte es que las “áreas degradadas que antes fueron bosques serán restauradas en su función ecológica y sobre todo que la degradación ambiental que vive Centroamérica es reversible y se puede contrarrestar con educación y el compromiso de cambiar esta situación”. Este supuesto es fundamental pues indica el “camino a seguir” por parte de todos.

Sin embargo, dado que estamos en plena campaña político-electoral con un gobierno que busca en todo tipo de foros como atraer inversionistas para que la modernización y el desarrollo sean una realidad lo hace en dirección opuesta. Y eso, porque el actual modelo de desarrollo basado en la explotación creciente de los bienes naturales no es sostenible y tiene como pilares a la “explotación minera” y la “agroindustria”.

Unido a lo anterior está la constatación que las consecuencias de este modelo de desarrollo son desiguales pues no afecta a todos por igual. Como dice Patxi Alvarez “son los más pobres quienes experimentan con mayor violencia la rebelión de la naturaleza: no se aprovechan de la privatización de los bienes naturales y sufren las consecuencias de la socialización de los costos de desarrollo. No es bueno un modelo de vida que esquilma los recursos de la Tierra y que solo es viable cuando únicamente lo gozan las élites”.

Tanto a nivel de gobierno y de política necesitamos transformar “nuestros modos de vida, producción y de consumo”. Y a nivel cultural, “acabar con el mito de que somos los reyes de la creación lo cual nos permitiría disponer de ella a nuestro antojo. La naturaleza no nos pertenece, formamos parte de ella y está dejada a nuestro cuidado”.





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Con los pies en la tierra - 16 Ju
                                   

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 en-la-tierra-16-junio-2017

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