jueves, 1 de septiembre de 2016

Se ha consumado un golpe de Estado en Brasil // ¡Canallas! ¡Canallas! ¡Canallas! // Carta abierta: Frente Brasil Popular se manifiesta frente al golpe

Dilma Rousseff, acompañada por varios compañeros, antes de dar su discurso tras ser destituida. - AFP
PÚBLICO / AGENCIAS - Publicado: 31.08.2016 22:38
La ya exmandataria Dilma Rousseff anuncia, tras ser apartada del cargo, la más "enérgica, determinada y firme oposición a los golpistas". Michel Temer, el que fuera su vicepresidente, jura ante el Congreso Nacional como nuevo presidente del país.


BRASILIA.- "Es el segundo golpe de Estado que afronto en la vida. Primero fue el militar (1964), que me afectó cuando era una joven militante; el segundo fue el parlamentario, que me derriba del cargo para el que fui elegida". Son las primeras declaraciones de Dilma Rousseff tras ser apartada de forma definitiva de la Presidencia de Brasil. 

"Hoy el Senado tomó una decisión que entra en la historia de las grandes injusticias: escogieron rasgar la Constitución, decidieron interrumpir el mandato de una presidenta que no cometió ningún crimen, condenaron a una inocente y consumaron un golpe de Estado", denunció en un enérgico discurso.
Arropada por decenas de correligionarios y seguidores en el Palacio de la Alvorada, en donde se atrincheró desde que fue separada provisionalmente del cargo el 12 de mayo, la expresidenta aseguró que el Partido de los Trabajadores (PT) volverá al poder para culminar el proyecto de lucha contra la desigualdad social que desarrolló en los últimos trece años. "No desistan de la lucha. Escuchen bien: piensan que nos vencieron, pero están engañados. Sé que todos vamos a luchar. Habrá la más determinada, firme y enérgica oposición que un golpista puede sufrir", afirmó. 


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¡Canallas! ¡Canallas! ¡Canallas!

Por Eric Nepomuceno
Página 12 - OPINION
El jueves dos de abril de 1964 se consumaba otro golpe de Estado, un golpe cívico-militar, liquidando un gobierno elegido por el voto popular y soberano. En aquella ocasión, las mismas fuerzas que hoy triunfaron recurrieron a los cuarteles. Ahora, las tropas no fueron necesarias.

Hace 52 años, presidiendo una sesión extraordinaria del Congreso que reunía a diputados y senadores, el conspirador derechista Auro de Moura Andrade decretó vacante la presidencia, afirmando que el presidente constitucional, João Goulart, había abandonado el país.

Era mentira. Goulart estaba en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, intentando reunir fuerza suficiente para resistir. Moura Andrade lo sabía. Todos sabían.
El entonces diputado Tancredo Neves, conocido por sus maneras suaves y cordiales, apuntó el dedo al rostro de Moura Andrade y disparó, con insospechada voz de trueno: “¡Canalla! ¡Canalla! ¡Canalla!”
Pasados los años, hace dos días tocó al nieto de Tancredo, el senador Aécio Neves,uno de los artífices del golpe contra Dilma Rousseff, ver como su colega Roberto Requião, del mismo PMDB de Michel Temer, lo miraba a los ojos y disparaba, a él y a su pupilo Antonio Anastasía, las mismas palabras: “¡Canallas! ¡Canallas! ¡Canallas!”

Hoy la palabra quedó estampada, de una vez y para siempre, en la frente de Aécio, Anastasía y otros 59 senadores. Siete más que lo que sería necesario para fulminar un mandato popular.

Muchos de los 61 votos que destituyeron a la presidenta fueron emitidos por senadores que hasta hace algunos meses eran ministros del gobierno ahora liquidado.
En los largos e intensos debates de los últimos días se ha visto de todo: cinismo, farsa, hipocresía, cobardía, traición.
Canalladas.

No hubo una única prueba concreta que justificase la fulminación de los 54 millones de votos soberanos logrados por Dilma Rousseff en octubre de 2014. Bajo el manto de las formalidades, se consumó la indignidad.
Lejos del pleno del Senado, lo que se ha visto fue la reiteración de los viejos hábitos de la más baja política brasileña: Michel Temer y sus cómplices ofreciendo el oro y el moro para asegurar votos suficientes para legitimarlo legalmente en el puesto que usurpó a base de traición. Legalmente: moralmente, imposible.

Sobran ejemplos de ese comercio de intereses. Menciono dos.
A las tres de la mañana, frente a un pleno casi vacío y a una audiencia ínfima, el ex jugador Romario leyó, con evidente dificultad, el texto escrito por algún asesor justificando su voto favorable a la destitución de Dilma Rousseff.
Dijo que se convenció gracias a las razones expuestas por los acusadores de la mandataria.
Mentira: se convenció al lograr el nombramiento de algunos de sus apaniguados en el gobierno de Temer.

Idéntica suerte tuvo el senador Cristovam Buarque, ex ministro de Educación del primero mandato de Lula da Silva: a cambio de su voto, se le prometió el luminoso puesto de embajador brasileño en la UNESCO. Cambió una biografía por París.
Ese ha sido el precio de su dignidad, suponiendo que Temer cumpla lo pactado. Y suponiendo que esa dignidad alguna vez existió.

¡Canallas! ¡Canallas infames! ¡Un aquelarre de 61 canallas!
¿Por qué? Por haber asumido una farsa. Por imponer a los brasileños un programa político y económico que fue rechazado con vehemencia por las urnas electorales en las cuatro últimas elecciones. Por entregar el país a una pandilla. Por condenar el futuro. Por haber permitido que una mujer honesta sea sustituida por un bando de corruptos.

Por defender la traición.
La historia sabrá juzgarlos. Lo que cometieron hoy, sin embargo, es irreversible. El precio será pagado por los humildes, como siempre.
Empieza ahora un tiempo de incertidumbre. De expoliación de derechos alcanzados en los últimos trece años.
Tiempo de brumas. Tiempo de infamias. Tiempo de vergüenza.
Tiempo de canallas. 

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Carta abierta:  Frente Brasil Popular se manifiesta frente al golpe
"En primer lugar, como dicen las calles, fuera Temer!", expresaron los movimientos

São Paulo (SP), 31 de Agosto de 2016 às 15:09 - BRASIL DE FATO
"Los golpistas quieren, entre otras medidas, reducir inversiones en salud, educación y vivienda" - Créditos: Reproducción/ FBP
"Los golpistas quieren, entre otras medidas, reducir inversiones en salud, educación y vivienda" / Reproducción/ FBP Después de la votación en el Senado que materializó el golpe a la democracia brasileña, por 61 votos a favor del impeachment y 20 en contra, el Frente Brasil Popular – que unifica las acciones de más de 60 entidades gremiales y movimientos populares –, lanzó una nota en repudio al golpe y en apoyo a la presidenta apartada Dilma Rousseff.
"Hoy la resistencia apenas comienza. En las calles y en las instituciones. En los locales de estudio, trabajo y vivienda. Antes de los que piensan los usurpadores, el pueblo brasileño será capaz de rechazar sus planes y retomar el camino de los grandes cambios", manifiestan los movimientos en la nota.

Acceda a la nota completa:
 Compañera Presidenta Dilma Rousseff
En primer lugar, como dicen las calles, “Fuera Temer!”
La mayoría de los senadores brasileños se arrodillaran frente al fraude y a la mentira, aprobando un golpe parlamentario contra la Constitución, la soberanía y la clase trabajadora.
Las fuerzas reaccionarias, al interrumpir su legitimo mandato, impusieron un gobierno usurpador, que no esconde su perfil misógino y racista.
Atropellaron el resultado electoral, condenaron una mujer inocente y sacramentaron el más grave retroceso político desde el golpe militar de 1964.

Esta ruptura del orden democrático materializa los propósitos antipatrióticos y antipopulares de las élites económicas, empeñadas en privatizar el pré-sal, las empresas estatales y los bancos públicos, además de vender nuestras tierras para extranjeros, comprometiendo la producción nacional de alimentos y el control del agua.

Los golpistas quieren, entre otras medidas, reducir inversiones en salud, educación y vivienda, eliminando derechos laborales, acabar con la vinculación de la jubilación básica al salario mínimo, enterrar la reforma agraria y vaciar programas sociales.

La agenda de los usurpadores rasga las garantías de la Constitución de 1988 y afrenta las conquistas obtenidas durante los gobiernos del presidente Lula y de la compañera, con una clara intención de favorecer los intereses de las oligarquías financieras, industriales, agrarias y mediáticas, aumentando sus lucros en detrimento de los trabajadores y de las camadas medias.

Durante los últimos meses, al lado de la compañera, resistimos contra el golpe institucional por todo el país. Millones de brasileños y brasileñas participaron de manifestaciones y protestas, en esfuerzo unitario para defender a la democracia, los derechos populares, la soberanía nacional y el resultado de las urnas.

La voz de la compañera, en el discurso del 29 de agosto frente a sus jueces, nos representa. Allí se hizo oír, con dignidad y audacia, la verdad sobre el golpe en curso, su naturaleza de clase y su amenaza al futuro de la nación, porque los usurpadores no esconden sus sumisiones a los centros imperialistas y buscan destruir la política externa independiente construida a partir del 2003.

Hoy la resistencia apenas comienza. En las calles y en las instituciones. En los locales de estudio, trabajo y vivienda. El pueblo brasileño, antes de lo creen los usurpadores, será capaz de rechazar sus planes y retomar el camino de los grandes cambios.
Nuestra lucha contra el gobierno golpista y su programa para retirar conquistas será implacable.

Buscamos la unidad y la movilización de las amplias fuerzas populares, combatiendo sin cesar, hasta derrotar la coalición antidemocrática que rompió con el Estado de Derecho.

Estamos seguros de que la compañera continuará inspirando y protagonizando la resistencia contra el golpismo.
Del mismo lado de la trinchera y de la historia, lucharemos hasta la victoria de un Brasil democrático, justo y soberano.
Brasília, 31 de agosto de 2016
Frente Brasil Popular

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