COMUNICADO
Las 22 organizaciones que
conformamos la Campaña Alto al Riesgo, ante la opinión pública
nacional e internacional, expresamos nuestra indignación por los actos de
corrupción e impunidad de parte de quienes administran los bienes, recursos
naturales y territorios de la República de Honduras.
Al desarrollarse el Primer Congreso Internacional de Minería en
Honduras, en la ciudad de Tegucigalpa, del 7 al 11 de julio del 2015.
Este evento representa para la vida y los
derechos humanos y ancestrales de los pueblos originarios una amenaza para la
vida de cientos de comunidades a nivel nacional. .
La minería en el país, solo
ha representado desplazamientos forzosos de comunidades, la desigualdad en el
acceso y distribución de los recursos entre los que tienen más y los que no
tienen nada ha provocado conflictos sociales, políticos, y económicos limitando
y condicionando a los más pobres a no contar con una soberanía alimentaria, a
verse limitada su participación de los beneficios de crecimiento y desarrollo
económico del país.
Actualmente en el país se han dado
837 concesiones mineras, de éstas, 411 se han otorgado y 426 se encuentran en
solicitud. La preocupación mayor y por
la que hacemos un llamado urgente a detener la industria extractiva de la
riqueza del subsuelo, se debe al flagelo que este tipo de explotación implica,
como el acaparamiento y control de grandes extensiones de territorios, de los
recursos hídricos (agua), y otros bienes naturales, sumándose la destrucción de
la cultura e identidad de los pueblos originarios, de la salud de la población,
vemos que el Estado no gana al contrario pierde si vemos el costo humano y de
país es invaluable comparado con las mínimas ganancias que este tipo de industria trae para
el desarrollo del país.
Es importante escuchar la voz y
posición de los más de 15 municipios de los departamentos de Atlántida, Colón,
Olancho, El Paraíso, Santa Bárbara y Francisco Morazán entre otras que se han declarado territorios libres de
minería y algunos libres de hidroeléctricas.
La minería solo significa
destrucción, división y pérdida, para la vida de las poblaciones afectadas por
esta industria. El país pierde con la concesión de su soberanía territorial y sus riquezas a terceros, que lo
único que buscan es su lucro, en Honduras tenemos ejemplos claros de esta
situación y el costo en la salud de los pobladores como es el caso de la mina
Entremares en el Valle de Siria en el departamento de Francisco Morazán, en la
que se utilizo la explotación a cielo abierto.
Las concesiones territoriales son
otro acto más de corrupción e impunidad de parte de funcionarios del Estado de
Honduras, los que actúan a espaldas del pueblo hondureño, al no rendir cuentas,
al no ser transparentes con el tipo de negociaciones y acuerdos con estas
empresas, al militarizar las comunidades que se niegan a ser desplazadas de sus
territorios, entre algunos de los vejámenes a que se ven expuestas estas
poblaciones, sin una representación que abogue y defienda sus derechos humanos,
territoriales y sobre todo a una vida digna en la que se respete su humanidad.
Tegucigalpa,
Honduras C.A. 07 de julio de 2015
¡No somos ni héroes ni heroínas,
simplemente defensores y defensoras de la vida!
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