viernes, 3 de julio de 2015

Honduras / Nuestra Palabra: Otras antorchas - Viernes, 03 de Julio de 2015.


El texto de la encíclica papal “sobre el cuidado de la creación” es profundamente profético y que, más allá de una lectura creyente, tiene un alcance universal atravesando las fronteras religiosas, políticas, sociales y culturales de la humanidad. Es otra de las antorchas encendidas en nuestra realidad que iluminan la realidad ecológica de nuestro mundo. Veamos algunas de sus características.
1.- Es una encíclica profundamente teológica: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados»[15]. Porque «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios»[16].
2.- Es una encíclica universal pues quiere reunir a toda la humanidad en torno a esta situación crítica: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común (n 13).
3.- Es una encíclica militante: “Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas (14).
4.- Es una encíclica opuesta a la modernidad tecnológica: “el problema de que los objetivos de ese cambio veloz y constante no necesariamente se orientan al bien común y a un desarrollo humano, sostenible e integral. El cambio es algo deseable, pero se vuelve preocupante cuando se convierte en deterioro del mundo y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad (18).
5.- Es una encíclica que invita al cambio cultural y económico: “La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan (23).
6.- Es una encíclica que denuncia a los poderosos: “Muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático” (26).
7.- Es una encíclica que lucha por el derecho de los pobres por el agua: “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. Este mundo tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es negarles el derecho a la vida radicado en su dignidad inalienable(30).
8.- Es una encíclica que denuncia el deterioro de la calidad de vida y degradación social: “Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que además tiene una dignidad especialísima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradación ambiental, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en la vida de las personas”(43).
9.- Es una encíclica que denuncia el desarrollo de los ricos a costa de los pobres: “De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro”(52).
10.- Es una encíclica que propone una legislación con límites infranqueables: “Se vuelve indispensable crear un sistema normativo que incluya límites infranqueables y asegure la protección de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconómico terminen arrasando no sólo con la política sino también con la libertad y la justicia”(53).
11.- Es una encíclica que termina con las servidumbres y señoríos humanos: “Las criaturas de este mundo no pueden ser consideradas un bien sin dueño”(89).
12.- Es una encíclica que desprivatiza el derecho de propiedad: “Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. Por consiguiente, todo planteo ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una «regla de oro» del comportamiento social y el «primer principio de todo el ordenamiento ético-social»(93).
Agradecemos esta encíclica papal pues se une a las numerosas “antorchas” que en nuestro país y sociedad iluminan a quienes quieren una transformación social que acabe con la corrupción, impunidad y falta de trasparencia social.  

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