El catorce de
enero del año en curso, Tegucigalpa fue escenario de la distinguida visita del
Secretario General de las Naciones Unidas Señor Banki- Moon y su esposa Yoo
Soon-taek; precisamente, cuando en el país se ha generado un intenso debate
relacionado con la pretendida imposición de constitucionalizar la Policía
Militar muy favorable para los planes continuistas del Presidente de la
Republica Juan Orlando Hernández, lo que explica su inusitado interés de que el
Congreso Nacional apruebe el rango
constitucional a la Policía Militar, con el supuesto de que con ello la
población hondureña tendrá mayor seguridad ciudadana, impregnando su discurso con
tonos de exaltación, descalificación y acusaciones temerarias señalando que
quienes se oponen a su descabellada propuesta es por “sesgo ideológico o porque
están coludidos con el crimen organizado”, vaya dicotomía, a lo que sin
tardanza han respondido las bancadas de oposición en el Congreso, es decir del
Partido Libertad y Refundación LIBRE, del Partido Anti Corrupción PAC, del
Partido Liberal y del Partido Unificación Democrática PINU, así como diferentes
organizaciones populares y de la sociedad civil organizada y de incontables
personas que a título individual se han pronunciado en contra a través de las
redes sociales, porque entienden que detrás de dicha propuesta intenta encubrir
sus ansias reeleccionistas y dictatoriales.
Los deseos
subliminales del Presidente Hernández se le escaparon en presencia del Señor
Banki-Moon en el momento en que ambos recorrían la exposición preparada en Casa
Presidencial y saludaban a las personas asistentes, el Secretario General se
detuvo por unos instantes a dialogar con jóvenes participantes en un proyecto de comunicación
y acto seguido le comento al Presidente Hernández: “Aquí tiene sus relevos” a lo que él respondió “Ellos van a sustituirme para cuando yo me muera”.
Que increíble, se le salió el otro yo al
Presidente, su sueño imposible, ya que el mensaje que está enviando no solo la
oposición aglutinada en los partidos políticos antes indicados, sino la
generalidad de la población hondureña, es un NO rotundo al proyecto de reelección y continuismo presidencial.
Al efectuar una
rápida valoración de los acuerdos resultantes de esta visita se encuentra la apertura de la
oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas en Honduras, para vigilar el fiel cumplimiento de los mismos;
¿significa que en términos prácticos no hay credibilidad ni en el discurso, ni
en las cifras oficiales presentadas por el actual gobierno en cuanto a la
reducción de la tasa de homicidios, ni de los elevados índices de inseguridad
existentes en nuestro país?
Es hora de que el
presidente Hernández despierte de sus sueños Cariístas, porque esos sueños son
imposibles, así lo ha decidido el pueblo hondureño.
Venceremos Digital
Col. Jardines del Loarque
Te
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