sábado, 8 de marzo de 2014

HONDURAS: El pensamiento único y los medios alternativos

Imagen de Marvin Palacios


Respecto a la libertad de prensa y libertad de expresión, el golpe de Estado de 2009, si bien trajo consigo graves consecuencias para el desarrollo económico, social y cultural de una nación empobrecida como la nuestra, también reflejó una realidad que para el pueblo hondureño no era perceptible y que tiene que ver con el control ejercido por los “grandes medios de comunicación” hablados, escritos y televisados que mantenían una agenda común o lo que han denominado los expertos, como la línea de pensamiento único.
Muy pocos medios manejaron un equilibrio en su política informativa después del rompimiento del orden constitucional que cerró las participaciones disidentes, clausuró espacios independientes y desmanteló medios de comunicación que levantaron su voz para oponerse al fatídico golpe de Estado.  Medios como diario Tiempo y Canal 11 soportaron las presiones ejercidas por el gobierno de facto de Roberto Micheletti, continuaron con su política editorial de oposición al golpe y ejercieron un equilibrio para informar con objetividad sobre  la situación política y social que se vivió posterior al régimen usurpador del poder constitucional. Otros medios de comunicación no corrieron la suerte de sobrevivir frente a la censura  y el control mediático y fueron víctimas de hostigamientos, persecución y cierre de sus empresas de comunicación.

Años más tarde Porfirio Lobo Sosa se alzó con el poder a través de partido Nacional, pero las amenazas contra la libertad de expresión no cesaron. En una entrevista que realicé con el director ejecutivo del Comité por la Libre Expresión, (C-Libre), Héctor Longino Becerra  revela que más de 30 periodistas perdieron la vida durante la administración de Lobo Sosa.
Becerra dijo que fue el gobierno donde más se violentó  la libertad de expresión y la libertad de prensa en Honduras. De hecho,  C-LIBRE documentó un sinnúmero de otras violaciones como amenazas, persecuciones, hostigamientos y atentados contra periodistas y comunicadores sociales; solo en 2012 se contabilizaron 133 agresiones, en 2013 se reportaron más de 90 agresiones contra la libertad de expresión y prensa y 3 asesinatos de periodistas, entre ellos el de Aníbal Barrow, solo para recordar un caso que conmocionó a la sociedad hondureña.
Pero resulta paradójico que,  por un lado, durante la ex administración Lobo Sosa, se hayan producido más de 30 asesinatos de periodistas y que por otro lado, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) se haya embarcado por primera vez, en un proceso de democratización del espectro radioeléctrico, brindando respuestas de esta manera a las solicitudes y demandas de varias organizaciones de sociedad civil.
Es de esta forma que el Estado de Honduras otorgó frecuencias de radio en la banda FM a radios comunitarias y organizaciones no gubernamentales ligadas durante muchos años a la comunicación social y las luchas populares. La mayoría de las radios comunitarias tienen autorización para transmitir legalmente con una potencia de 1.5 a 2 kilowatts, suficiente para cubrir el territorio municipal desde donde operan.
Resalta en este aspecto el trabajo de incidencia que durante el 2013 realizó C-LIBRE en búsqueda de  una distribución más equitativa de las frecuencias del espectro radioeléctrico y el reconocimiento de las radios comunitarias, con el propósito de fortalecer la libertad de expresión en nuestro país.  En medio de esta paradoja, nos agradó escuchar en Tegucigalpa, en la frecuencia 88.9 FM, las emisiones informativas y culturales de la Red de Desarrollo Sostenible (RDS), que durante el golpe de Estado, fue víctima de hostigamientos,  bloqueo de su señal en la internet y amenazas por parte del gobierno de facto de Roberto Micheletti (régimen que violentando la Constitución de la República y los Tratados Internacionales en materia de libertad de expresión y de prensa, cerró estaciones de radio y televisión como Radio Uno, Radio Progreso, La Catracha, Radio Globo, TV Globo y Cholusat Sur-Canal 36, entre otros).
Otra radio comunitaria que ha luchado por la legalización de las tierras que habitan desde hace más de un siglo, es la Voz de Zacate Grande, clausurada en varias oportunidades y sujeta a una serie de presiones ejercidas por grupos económicos ligados al acaparamiento de tierras en muchas regiones del país y con gran influencia en la vida política.
El esfuerzo de las comunidades de Zacate Grande en la península del mismo nombre, la persecución sufrida por sus comunicadores sociales y las demandas de justicia, encontraron eco en los pasillos del poder político y hoy su frecuencia está autorizada para operar y transmitir su señal en 97.1 FM más allá de la cobertura con que operaba,  para cubrir a las 10 comunidades que viven de la pesca y la siembra de granos básicos en la áspera región del Golfo de Fonseca.
El otorgamiento de estas y muchas otras frecuencias de radio y televisión a nivel nacional destinadas a patronatos, comunidades indígenas y negras, asociaciones y organizaciones populares no constituyen una dádiva del Estado, al contrario, representa un acto de justicia y un reconocimiento a un derecho humano universal que establece que toda persona es libre de expresar sus opiniones, de investigar y de difundir sus ideas, por cualquier medio de difusión, sin previa censura.
La agenda del pensamiento único desarrollada durante casi un siglo, consolidada por el ex dictador Tiburcio Carías Andino, que ejerció el poder entre 1933 a 1949, que con el apoyo de las compañías bananeras establecieron una agenda común, tanto para perfilar su imagen de gobernante de la “paz y la tranquilidad” (pese al encierro, entierro y exilio de los opositores políticos), como para establecer el control mediático respecto de los mensajes que transmitía la radio del capital transnacional bananero, así como de los medios de comunicación impresos, para, de esta manera,  hacer prevalecer un pensamiento único en el imaginario colectivo.
Con los medios de comunicación independientes y la apertura de nuevas emisoras comunitarias ha comenzado a desvanecerse el control mediático, lo que supondrá un pluralismo de ideas y opiniones que permitan encontrar el camino de un verdadero estado de derecho, que respeta las libertades ciudadanas, con un sistema democrático, participativo, incluyente y justo.
*Periodista

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