lunes, 17 de febrero de 2014

Honduras: Delincuencia acecha en centros escolares

.latribuna.hn /  Portada Nacionales  17 febrero, 2014 - 00:20

En la escuela ubicada alrededor del Cementerio General, los niños corren en riesgo de ser alcanzados por balas por confrontaciones de delincuentes.
En la escuela ubicada alrededor del Cementerio General, los niños corren en riesgo de ser alcanzados por balas por confrontaciones de delincuentes.

Los centros educativos de unas 10 colonias capitalinas iniciaron el año lectivo con los portones cerrados y la población escolar permanece “encarcelada” ante la delincuencia. En apenas dos semanas de haber comenzado las clases, sufren de la desagradable presencia de los malvivientes que han encontrado en los espacios educativos sus centros de operación.
Ingratamente el acecho delincuencial que afecta a la sociedad, se ha desplazado a los centros de enseñanza donde las víctimas son los maestros, alumnos y padres de familia.

ASALTO AL INICIAR EL AÑO

Uno de los tantos casos es en la escuela del sector de El Pantanal en Comayagüela, donde dos profesoras y un guardia de seguridad recientemente fueron atados de pies y manos por parte de dos individuos que ingresaron a asaltar a las personas y a la institución.
“Venimos iniciando el año lectivo y ya estamos siendo perjudicados por los delincuentes, ya fuimos asaltados los maestros y alumnos. Llegaron los delincuentes y amarraron al guardia y a dos maestros y se metieron a robar”, denunció la profesora del centro educativo que prefirió no ser mencionada.
Agregó que les llevaron el dinero que andaban, los teléfonos celulares y unos utensilios de la cocineta.
Ellos se meten por la parte donde no hay muros de la parte de atrás. “Pero esto ocurre desde años anteriores y no nos queda otra que impartir clases con las aulas cerradas”.
Para desgracia de la población estudiantil ese tipo de eventos se han vuelto rutinarios en los últimos años. Les han quitado el dinero de la bolsa, los zapatos y miran con impotencia cómo los despojan de las mochilas al momento de ingresar o salir del colegio o escuela.
Diversos centros de Comayagüela este año bajaron drásticamente la matrícula por la delincuencia.
Diversos centros de Comayagüela este año bajaron drásticamente la matrícula por la delincuencia.
Al ser víctimas directas o testigo de los atracos, los escolares y colegiales sufren de estrés postraumático, pero el anhelo de educarse los expone a sufrir ese tipo de riesgos. Y no es para menos, los facinerosos están dentro y fuera de los establecimientos haciendo de las suyas.
Los malvivientes ingresan a las aulas a fumar marihuana, violan a más de una estudiante, despojan a los maestros de sus pertenencias, se llevan computadoras e imponen los horarios de clases, al extremo que docentes tienen que obedecer esas normativas, lamentan los afectados y las autoridades educativas.
En los centros escolares se escuchan disparos en sus alrededores, gritos de auxilio cuando a un alumno lo han despojado de sus pertenencias, llantos al llegar a la clase sin la mochila y hasta silencio cuando su estado de nerviosismo lo hace callar.
Y por si fuera poco se reportan secuestros, violaciones y hasta asesinatos de maestros, según informaron las autoridades de la dirección departamental de Francisco Morazán.
La delincuencia en los establecimientos de enseñanza ha provocado que los profesores y alumnos pidan traslados a otros centros para preservar sus vidas.
SE REDUCE LA MATRÍCULA
Los alumnos son víctimas al salir de las aulas.
Los alumnos son víctimas al salir de las aulas.
LA TRIBUNA realizó un recorrido en algunas escuelas, entre ellas en la Leovigildo Pineda de la colonia Soto en los alrededores del Cementerio General de Comayagüela, ahí los docentes dicen que cada año se les reduce la matrícula por la presencia delictiva.
“Aquí no podemos realizar la jornada de la tarde porque hay mucha delincuencia en los alrededores. A cada rato hay balaceras entre delincuentes y los niños no pueden salir ni sus padres los pueden venir a traer al terminar las clases porque corren peligro”, expresó una de las docentes.
Añadió que “cuando nos damos cuenta que afuera hay confrontaciones o están asaltando, lo que hacemos es retener a los niños y cuando creemos que ya pasó el problema, salimos a ver por las rendijas del portón para despacharlos”.
Cada año se retiran de clases decenas de alumnos. En 2013 tenían cerca de 600 niños matriculados y en este período apenas 260 porque el resto sus padres decidieron trasladarlos a otra escuela.
Cierran a causa de la delincuencia
El centro educativo, que funcionaba desde 1988, fue clausurado en septiembre del año pasado.
El centro educativo, que funcionaba desde 1988, fue clausurado en septiembre del año pasado.
Desolada y con las paredes manchadas de las insignias de pandillas quedó la escuela Saúl Zelaya Jiménez, en la colonia Las Pavas de Comayagüela, luego que los maestros se vieron obligados a abandonar su centro de trabajo.
“Los niños lloraron cuando dijeron que iban a cerrar la escuela, otros cayeron en estado depresivo y uno de padre de familia, también lloró con ellos porque hasta nosotros sacamos la primaria aquí”, expresó la madre de familia de una de las escolares afectadas.
Más de 600 alumnos que años anteriores ahí recibían el pan del saber, tuvieron que trasladarse a otros centros para continuar sus clases, luego que unos 10 maestros que les impartían el conocimiento emigraron a causa de la delincuencia.
El amplio y cómodo centro educativo funciona desde 1988, pero dos meses antes de finalizar el período escolar de 2013, los docentes decidieron poner un candado y retirarse. Las versiones por las que motivaron el cierre del centro son diversas.
Sin embargo, en este nuevo período quisieron habilitarlo, pero no encontraron docentes sustitutos que estuvieran dispuestos a trabajar en el centro e iniciaran la matrícula.
Algunos colonos comentan que los maestros dijeron que ya no había los suficientes niños para continuar trabajando, otros porque los padres de los niños se fueron huyéndole a la delincuencia y hay quienes aseguran que había profesores amenazados por malvivientes.
La escuela Saúl Zelaya Jiménez quedó desolada después que los 10 maestros que ahí trabajaban se vieron obligados a retirarse.
La escuela Saúl Zelaya Jiménez quedó desolada después que los 10 maestros que ahí trabajaban se vieron obligados a retirarse.
La presidenta del patronato de esa colonia, quien se identificó como Bertha, manifestó que no era necesario cerrar la escuela porque ahí ya no hay problemas de delincuencia.
“Eso ocurría antes que los jóvenes atacaban a toda persona que se encontraban, porque hasta me abrían el carro para robar pero ahora eso ya no ocurre”, aseguró.
Añadió que “la directora dijo que se iba porque en esta escuela vendían drogas y metían armas, pero yo nunca miré nada, para mí que la profesora miente. Lo que quería era irse, pero dejó a los niños sin clases”.
Bertha lamentó que ella estaba consiguiendo unos proyectos de mejora para el centro educativo y al estar cerrada van a perder la ayuda. “Nosotros hemos hecho muchas visitas a la dirección departamental de Francisco Morazán, para que abran la escuela, pero no nos han podido resolver.
Directora departamental: Los alumnos y maestros están secuestrados en las escuelas
La directora departamental de Francisco Morazán, Glenda Rivera, manifestó que en los primeros días de clases ya tienen cerca de 200 solicitudes de docentes que exigen traslados porque están siendo asediados por la delincuencia y la criminalidad. “No hayamos qué hacer porque aquí hay asesinatos de docentes, secuestros hasta en los mismos centros educativos desde el momento que están obligados a pagar el impuesto de guerra”, expresó Rivera.
Añadió que “en este momento tengo cerca de 200 solicitudes de traslados porque los maestros han sido agredidos, maestras violadas e intentos de violación y asaltados. Es por eso que ellos ya no quieren seguir trabajando en esos centros”.
Las principales denuncias que están recibiendo provienen de sectores como la colonia Torocagua, Cerro Grande, El Carrizal, El Pantanal y 3 de Mayo en Comayagüela, Villanueva, Suyapa, 21 de Octubre, es decir de casi toda la capital. También de los municipios de Francisco Morazán donde los educadores temen permanecer en sus centros de trabajo.
En el caso de la escuela Saúl Zelaya Jiménez de la colonia Las Pavas, la funcionaria manifestó que desde el año pasado los padres de familia comenzaron a retirar sus hijos porque los profesores estaban bajo amenazas.
“Aún en esas condiciones, los docentes pidieron que no se cerrara el centro, pero como los padres de familia retiraron a sus hijos entonces se decidió cerrarlo”, precisó al tiempo de decir que los mentores fueron trasladados a otro establecimiento de trabajo.
Rivera amplió que otras escalas cercanas a la Zelaya Jiménez ocurre similar situación, donde se están retirando docentes porque los padres de familia se han ido con sus hijos a otros sectores y la matrículas han bajado de manera drástica.
En ese sentido, las autoridades educativas en los próximos días solicitarán una reunión con los funcionarios de la Secretaría de Seguridad para buscarle una salida al problema, “nosotros no podemos seguir sacrificando a los alumnos y maestros, porque el año pasado teníamos la policía escolar, pero ellos al final se fueron retirando porque también le temían a los delincuentes”, puntualizó.
Policías se ponen a disposición para que reabran el centro
Ángel Bueso
Ángel Bueso
Las autoridades de los centros educativos deben interponer las denuncias al momento que están siendo víctimas de la delincuencia en los centros educativos, manifestó el subinspector de la Policía Nacional, Ángel Bueso.
“Nosotros estamos a la disposición de brindar patrullajes en las escuelas y colegios que están pasando por este problema”, expresó el oficial.
Indicó que en el caso de la escuela Saúl Zelaya Jiménez de la colonia Las Pavas de Comayagüela, donde también hay una posta policía cerrada, no habían recibido denuncias. El problema es que la gente en muchas ocasiones no hace la denuncia para recibir apoyo.
Reiteró que si los padres de familia y fuerzas vivas de esa comunidad decidieran reabrir el centro educativo ellos les brindarían la seguridad para el desarrollo de las clases.
El agente de la Policía aseguró que esa es una zona donde siempre hacen patrullajes, pero desconocían ese caso porque no había alguien que presentara una formal denuncia.

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