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Tegucigalpa. La Asociación Hondureña
de Mujeres Campesinas (AHMUC) es una Organización Gremial, sin fines de
lucro, con Personalidad Jurídica No 415-2007, que trabaja por el
bienestar de las mujeres del campo, con presencia en cinco departamentos
del país.
Hace de su respectivo conocimiento que se ha ejecutado un proyecto: mejora de las capacidades técnica, organizativas y de gestión de las mujeres campesinas organizadas en AHMUC en 5 departamentos de Honduras Choluteca, Valle, Santa Bárbara, Colón y El Paraíso.
Financiado por el Ayuntamiento de Quart de Poblet de la Comunidad Valenciana a través de la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) de España.
Esto ha venido a fortalecer la organización en especial a la dirigencia nacional, regional y de base en temas organizativos e incidencia política.
Hace de su respectivo conocimiento que se ha ejecutado un proyecto: mejora de las capacidades técnica, organizativas y de gestión de las mujeres campesinas organizadas en AHMUC en 5 departamentos de Honduras Choluteca, Valle, Santa Bárbara, Colón y El Paraíso.
Financiado por el Ayuntamiento de Quart de Poblet de la Comunidad Valenciana a través de la Asamblea de Cooperación por la Paz (ACPP) de España.
Esto ha venido a fortalecer la organización en especial a la dirigencia nacional, regional y de base en temas organizativos e incidencia política.
Términos Relacionados:
la paz
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Grupos campesinos firmes en la defensa de la tierra, agua y alimentación
Tegucigalpa.
Cerca de 40 personas que luchan por conservar las parcelas de tierra en las que cosechan sus alimentos en Yuscarán, aseguran que su convicción se fortalece a medida aprenden más de sus derechos humanos, al agua y alimentación.
Y por ello, hombres, mujeres y jóvenes trabajan en empresas campesinas, lo que les permite estar respaldadas por organizaciones sociales afines a su lucha, quienes les brindan apoyo técnico y formación social para ampliar sus conocimientos.
Entre estas empresas campesinas están “Hermanos Unidos” y “Mujeres Unidas” de Rancho del Obispo, y “Las Rosas”, de Ojo de Agua, ambas comunidades ubicadas en el municipio de Yuscarán, departamento de El Paraíso, y están afiliadas a la Central Nacional de Trabajadores del Campo, CNTC.
También algunos y algunas de sus integrantes forman parte de las red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos y la red de Comunicadores y Comunicadoras Sociales de El Paraíso, organizadas y formadas por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH.
Es por eso, que hace unos días se dieron cita para recibir un taller sobre derecho al agua y alimentación, en el marco del proyecto “Ejercicio pleno del Derecho y reducción de la pobreza de poblaciones indígenas y campesinas”, ejecutado por el COFADEH, con el apoyo del Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África, IEPALA.
Juana Jiménez, del Equipo de IEPALA, en Centro América, acompañó al grupo en la jornada, haciendo una pequeña reseña de lo que ha sido el proceso de la tenencia de la tierra en Honduras desde mediados del siglo XIX.
Mientras el grupo mostró su interés por los textos compartidos y descubrir que se viene arrastrando por décadas una lucha desigual y mezquina de parte de terratenientes que se aprovechan de la necesidad del campesinado hondureño, para adueñarse de sus parcelas, como sucede en Rancho del Obispo, donde enfrentan procesos legales contra el latifundista Ramón Rosa Flores, que se dice dueño de las tierras en recuperación por los y las campesinas.
“Analizamos como se ha beneficiado al pueblo con la asignación de tierras ejidales y nacionales, sin embargo han sido vendidas o arrebatadas por personas ajenas a las comunidades, y nos sentimos indefensos pues las autoridades públicas, pocas veces están en la defensa de nuestros derechos”, comentó uno de los grupos en su exposición.
Otro
grupo, compartió varias consignas referentes a la lucha por la
recuperación de las tierras, la lucha que cada día libran y la fortaleza
con la que trabajan de forma organizada, entre ellas, las siguientes.
”Por estos terratenientes, que el gobierno les tiende la mano; estamos como estamos, pobres aunque luchamos”.
“Para todos los campesinos, ahí les va nuestra frase; aunque estemos bien fregados, sigamos fuertes como nuestras bases”.
Otro grupo, denunció que la producción local, debe ser consumida por ellos mismos, pues los terratenientes tienen la tierra y el mercado internacional para vender y por lo tanto poseen los mejores beneficios económicos.
También afirmaron que la lucha campesina, se debe al esfuerzo de las organizaciones y trabajo en grupo, ya que, por parte del Estado no tienen ningún apoyo, mucho menos respuestas a sus necesidades.
Tenemos claro que la participación activa de los campesinos y campesinas en la reactivación de la riqueza nacional y de la distribución de la producción es vital para transformar y modernizar la economía del país, analizó otro grupo.
Por lo tanto, el Estado debe estructurar la economía agropecuaria en forma en que se asegure una mejor distribución y aprovechamiento de los recursos para garantizar a la población el disfrute de mejores condiciones de vida.
Ya que un elevado porcentaje de la población hondureña obtiene de la tierra los medios de su manutención, pese a que más de 300 mil familias campesina en Honduras no tienen acceso a tierra, un país con 112,492 kilómetros cuadrados, de vocación agrícola-forestal y 8.2 millones de habitantes.
Al finalizar las exposiciones, los y las asistentes, disfrutaron de un video titulado “La Abuela Grillo” del que resultaron opiniones referentes a defender los recursos naturales, estar organizados, no dejarse engañar por los que ofrecen cosas bonitas, pero son falsas.
Entre otras cosas, que los y las campesinas deben buscar estrategias y conocimientos a través de otras personas, articularse con otras redes y exigir sus derechos y apoyarse mutuamente.
Milgian Eguigure, secretaria del grupo de mujeres, dijo que el taller fue de mucha experiencia, he aprendido básicamente de derechos humanos, y como estos se nos violentan mediante las malas ejecuciones de funcionarios públicos, especialmente cuando se confabulan con terratenientes y atacan a la población campesina.
Como joven, considera que la juventud debe ser apoyada mediante la formación política, social y agraria, como lo han recibido de parte de COFADEH y CNTC.
En rancho del Obispo hay más de 35 jóvenes formados en procesos de cambios, ellos y ellas realizan actividades para motivar a sus compañeros y compañeras a hacer actividades culturales y artísticas, como canto, música, danzas, de modo que empleen su tiempo en cosas constructivas y no en drogas y alcohol.
Mientras que Ana catalina Flores, de la Red de Defensores y defensoras de DDHH, de El Paraíso, y grupo campesino de mujeres, dijo que “es de suma importancia compartir temas referentes a la problemática de la tenencia de la tierra, pues fortalece nuestras ideas en la lucha que tenemos, aclara dudas y amplia conocimientos en torno a la defensa del derecho al agua y alimentación”.
Y Héctor Grádiz, presidente del patronato y secretario del grupo de varones, agradeció la capacitación, ya que no sólo se requiere saber trabajar la tierra, sino que deben tener conocimientos que les ayuda, más cuando tienen once compañeros procesados judicialmente, desde el 2012, acusados de estar en propiedad privada (tierras en recuperación), y que deben cumplir medidas sustitutivas a la prisión, dictadas por el juzgado de Yuscarán.
COAFDEH, con el apoyo de IEPALA, impartió talleres sobre derecho al Agua y Alimentación en varios municipios de El Paraíso, a grupos que enfrentan luchas de recuperación de tierras
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Grupos campesinos firmes en la defensa de la tierra, agua y alimentación
Sandra Rodríguez

Cerca de 40 personas que luchan por conservar las parcelas de tierra en las que cosechan sus alimentos en Yuscarán, aseguran que su convicción se fortalece a medida aprenden más de sus derechos humanos, al agua y alimentación.
Y por ello, hombres, mujeres y jóvenes trabajan en empresas campesinas, lo que les permite estar respaldadas por organizaciones sociales afines a su lucha, quienes les brindan apoyo técnico y formación social para ampliar sus conocimientos.
Entre estas empresas campesinas están “Hermanos Unidos” y “Mujeres Unidas” de Rancho del Obispo, y “Las Rosas”, de Ojo de Agua, ambas comunidades ubicadas en el municipio de Yuscarán, departamento de El Paraíso, y están afiliadas a la Central Nacional de Trabajadores del Campo, CNTC.
También algunos y algunas de sus integrantes forman parte de las red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos y la red de Comunicadores y Comunicadoras Sociales de El Paraíso, organizadas y formadas por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH.
Es por eso, que hace unos días se dieron cita para recibir un taller sobre derecho al agua y alimentación, en el marco del proyecto “Ejercicio pleno del Derecho y reducción de la pobreza de poblaciones indígenas y campesinas”, ejecutado por el COFADEH, con el apoyo del Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África, IEPALA.
Juana Jiménez, del Equipo de IEPALA, en Centro América, acompañó al grupo en la jornada, haciendo una pequeña reseña de lo que ha sido el proceso de la tenencia de la tierra en Honduras desde mediados del siglo XIX.
Mientras el grupo mostró su interés por los textos compartidos y descubrir que se viene arrastrando por décadas una lucha desigual y mezquina de parte de terratenientes que se aprovechan de la necesidad del campesinado hondureño, para adueñarse de sus parcelas, como sucede en Rancho del Obispo, donde enfrentan procesos legales contra el latifundista Ramón Rosa Flores, que se dice dueño de las tierras en recuperación por los y las campesinas.
“Analizamos como se ha beneficiado al pueblo con la asignación de tierras ejidales y nacionales, sin embargo han sido vendidas o arrebatadas por personas ajenas a las comunidades, y nos sentimos indefensos pues las autoridades públicas, pocas veces están en la defensa de nuestros derechos”, comentó uno de los grupos en su exposición.

”Por estos terratenientes, que el gobierno les tiende la mano; estamos como estamos, pobres aunque luchamos”.
“Para todos los campesinos, ahí les va nuestra frase; aunque estemos bien fregados, sigamos fuertes como nuestras bases”.
Otro grupo, denunció que la producción local, debe ser consumida por ellos mismos, pues los terratenientes tienen la tierra y el mercado internacional para vender y por lo tanto poseen los mejores beneficios económicos.
También afirmaron que la lucha campesina, se debe al esfuerzo de las organizaciones y trabajo en grupo, ya que, por parte del Estado no tienen ningún apoyo, mucho menos respuestas a sus necesidades.
Tenemos claro que la participación activa de los campesinos y campesinas en la reactivación de la riqueza nacional y de la distribución de la producción es vital para transformar y modernizar la economía del país, analizó otro grupo.
Por lo tanto, el Estado debe estructurar la economía agropecuaria en forma en que se asegure una mejor distribución y aprovechamiento de los recursos para garantizar a la población el disfrute de mejores condiciones de vida.
Ya que un elevado porcentaje de la población hondureña obtiene de la tierra los medios de su manutención, pese a que más de 300 mil familias campesina en Honduras no tienen acceso a tierra, un país con 112,492 kilómetros cuadrados, de vocación agrícola-forestal y 8.2 millones de habitantes.
Al finalizar las exposiciones, los y las asistentes, disfrutaron de un video titulado “La Abuela Grillo” del que resultaron opiniones referentes a defender los recursos naturales, estar organizados, no dejarse engañar por los que ofrecen cosas bonitas, pero son falsas.
Entre otras cosas, que los y las campesinas deben buscar estrategias y conocimientos a través de otras personas, articularse con otras redes y exigir sus derechos y apoyarse mutuamente.
Milgian Eguigure, secretaria del grupo de mujeres, dijo que el taller fue de mucha experiencia, he aprendido básicamente de derechos humanos, y como estos se nos violentan mediante las malas ejecuciones de funcionarios públicos, especialmente cuando se confabulan con terratenientes y atacan a la población campesina.
Como joven, considera que la juventud debe ser apoyada mediante la formación política, social y agraria, como lo han recibido de parte de COFADEH y CNTC.
En rancho del Obispo hay más de 35 jóvenes formados en procesos de cambios, ellos y ellas realizan actividades para motivar a sus compañeros y compañeras a hacer actividades culturales y artísticas, como canto, música, danzas, de modo que empleen su tiempo en cosas constructivas y no en drogas y alcohol.
Mientras que Ana catalina Flores, de la Red de Defensores y defensoras de DDHH, de El Paraíso, y grupo campesino de mujeres, dijo que “es de suma importancia compartir temas referentes a la problemática de la tenencia de la tierra, pues fortalece nuestras ideas en la lucha que tenemos, aclara dudas y amplia conocimientos en torno a la defensa del derecho al agua y alimentación”.
Y Héctor Grádiz, presidente del patronato y secretario del grupo de varones, agradeció la capacitación, ya que no sólo se requiere saber trabajar la tierra, sino que deben tener conocimientos que les ayuda, más cuando tienen once compañeros procesados judicialmente, desde el 2012, acusados de estar en propiedad privada (tierras en recuperación), y que deben cumplir medidas sustitutivas a la prisión, dictadas por el juzgado de Yuscarán.
COAFDEH, con el apoyo de IEPALA, impartió talleres sobre derecho al Agua y Alimentación en varios municipios de El Paraíso, a grupos que enfrentan luchas de recuperación de tierras
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