Por Yuniel
Labacena
Una vez más los jóvenes y estudiantes del mundo se encontraran por encima
de razas, creencias religiosas y filosóficas, costumbres e idiomas, para
proclamar su derecho a la vida y al progreso social, y defender los ideales de
paz, amistad y solidaridad antimperialista que necesite nuestro
mundo.
Acontece ahora XVIII
Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que dentro de unos
días tendrá a Quito, la capital ecuatoriana su sede mayor, con el lema “Juventud
unida, en contra del imperialismo, por un mundo en paz, solidaridad y con
transformaciones sociales”.Allí confluirá nuevamente el pensamiento joven del
mundo. Será la cuarta vez que se realice un gran evento de este tipo en América
Latina y el Caribe. Desde la proclamación para su sede en Ecuador ha despertado
gran interés y cuenta con el apoyo del Gobierno, en especial de su presidente
Rafael Correa.
La presencia de los jóvenes y estudiantes del planeta dará un aliento a
la Revolución Ciudadana de Ecuador, cuyos principios de justeza social irradian
a una América Latina que viene con el nacimiento de gobiernos progresistas
despertando del letargo neoliberal de años.
Los delegados encontrarán en Quito la esencia de una Revolución; el
tránsito al cambio profundo y rápido del sistema político, económico y social
que abrió la llegada de Rafael Correa a la presidencia en 2006.
Como han expresado los organizadores ecuatorianos del Festival, hoy
tienen nueva cara que mostrar: la dignidad, la equidad social, el bienestar
económico. Un proceso que, como pocos, va conquistando con mayor fuerza el
verdadero poder popular y ha irradiado luz muchas naciones y movimientos
sociales de nuestra región y del mundo que quieran y buscan la justicia
verdadera.
En Ecuador se
concretan ya los beneficios en el camino al llamado Socialismo del siglo XXI,
una experiencia renovada, abierta, ajena a modelos y esquematismos, centrada en
la lucha por la justicia social y el desarrollo, en una región que era de las
más desiguales del planeta.
En este progreso, está el papel del movimiento juvenil de izquierda, que
en toda su historia mantuvo una posición contestataria a los gobiernos nefastos
que dirigieron el país, y que hoy respaldan la llegada de la Revolución
Ciudadana, con el propósito de construir una unidad, en la que el papel de la
juventud sea determinante.
EL CONTINENTE QUE ENCUENTRA
El Festival vuelve ahora a nuestro continente. Su entrada fue por La
Habana en 1978 con un escenario muy diferente al que vive hoy la región,
favorecida por el avance de los gobiernos progresistas. Por ello está XVIII
edición tiene relevancia en un contexto donde se edifica la Patria Grande que
soñaron Bolívar y Martí a pesar de la injerencia imperialista.
Esas ideas — que nada tienen que ver con los esquemas asociativos
neoliberales que existían en la región— se materializan actualmente con
proyectos integracionistas como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América, la Unión de Naciones Suramericanas y la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños.
Llegan al continente que más ha logrado en el camino de cooperación
Sur-Sur, lo que le ha permitido blindarse ante los efectos devastadores de la
crisis económica, financiera y política del Norte, y que diversifica este tipo
de relación con otros continentes como África y Asia, eliminando la extrema
dependencia del mercado norteamericano.
Sin embargo, no todos en la región pueden hablar de triunfos ya que aún
existen viejas demandas estudiantiles y obreras que tienen un gran apogeo en no
pocas naciones. Estas realidades expresan la de muchos, incluso, en otras
regiones del planeta donde pudiera existir menor visión en torno a las
aspiraciones de los jóvenes.
TRES HOMBRES QUE CONSAGRARON SU VIDA
A tres grandes personalidades de nuestra historia está dedicada esta
cita: el ecuatoriano Eloy Alfaro, el ghanés Kwame Nkrumah y el líder bolivariano
Hugo Chávez. Hombres que dedicaron su vida a la integración, a la independencia
y a la refundación de nuestros países, cada uno en su contexto y
época.
Recordemos la amistad que unió a Eloy Alfaro y José Martí, Antonio Maceo,
Flor Crombet y el apoyo del prócer ecuatoriano a las luchas del pueblo cubano en
el siglo XIX. Esa relación con los cubanos y la savia bolivariana que llevaba en
su pensamiento le permitieron soñar y luchar también por una América Grande para
todos.
En cuanto a Kwame Nkrumah fue el fundador y primer Presidente de Ghana y
líder del Panafricanismo. Además el primer presidente africano en entrevistarse
con Fidel Castro en 1960 y en ese mismo año, Ghana fue el primer país del África
subsahariana en establecer vínculos diplomáticos con la Mayor de las
Antillas.
Se trata de uno de los mayores exponentes del pensamiento
antiimperialista africano, quien estuvo convencido de la necesidad de realizar
una profunda revolución social e impulsar la unión de las naciones de ese
continente.
Y Hugo Chávez, quien rescató la idea de la unidad continental, un legado
de Bolívar y San Martín enterrado por el colonialismo, y que él materializó.
Chávez, el hombre que abrió, 200 años después del proceso independentista de
América Latina, el verdadero camino de integración y a ello se entregó, incluso
ante su grave enfermedad.
La luz que emana de esos grandes hombres acompañará a los más de 10 000
jóvenes y estudiantes de unos cien países del orbe que del 7 al 13 de diciembre
se abrazarán en Ecuador. Su estancia allí será para no dejar morir esa historia
hermosa y también un espacio de homenaje a esos combatientes, a la Revolución
Ciudadana de Ecuador y a cuantos construyen ese mundo mejor que es
posible.
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