Jari Dixon |
Se comenzó la detención
contra todo aquel muchacho o muchacha que portara un tatuaje alusivo a una mara o
que se interpretara que dicho tatuaje era utilizado por este tipo de
organizaciones, los medios de prueba eran sencillos, revisión corporal del
detenido y un perito de la misma policía que establecía si el tatuaje era o no de una mara de las
existentes en el país.
Hubo reclamos por parte de la policía porque algunos Fiscales y Jueces se resistían a encausar a una persona por el simple hecho de tener tatuajes, en virtud que de acuerdo a la ley la doctrina penal era imposible sin violentar el debido proceso castigar a alguien por el simple hecho del etiquetamiento de delincuente; además como se les hizo ver en muchas ocasiones, se corría el riesgo que el fenómeno de mara tendiera a mutar y convertirse en algo más peligrosos de lo que ya teníamos, como por ejemplo que ya nos se tatuaran para no ser identificados o involucrarse directamente con el crimen organizado.
Hubo reclamos por parte de la policía porque algunos Fiscales y Jueces se resistían a encausar a una persona por el simple hecho de tener tatuajes, en virtud que de acuerdo a la ley la doctrina penal era imposible sin violentar el debido proceso castigar a alguien por el simple hecho del etiquetamiento de delincuente; además como se les hizo ver en muchas ocasiones, se corría el riesgo que el fenómeno de mara tendiera a mutar y convertirse en algo más peligrosos de lo que ya teníamos, como por ejemplo que ya nos se tatuaran para no ser identificados o involucrarse directamente con el crimen organizado.
Las autoridades no quisieron
escuchar, lograron sendas reuniones con los responsables de dirigir al Ministerio
Publico y la Corte Suprema de Justicia, quienes como cualquier político buscando
votos, trazaron la línea para que tanto fiscales y jueces lograran condenar a
este tipo de antisociales que tanto daño hacían a la población.
Aquella posición
desencadenó una casería sin precedentes de jóvenes que sin bien portaban un
tatuaje muchas veces relacionado con maras (otras veces no) jamás se les podía probar
su participación en un delito, la acción
tuvo sus resultados inmediatos, los mareros comenzaron su éxodo a otras partes
del país y también a otros países, creando inclusive preocupación de los gobernantes
de esos estados.
El Ministro Oscar Alvarez
era levantado a los altares, no
importaba los millones de Lempiras que se gastaba en pagar periodistas para su publicidad
personal, el Showman era una clase de superhéroe moderno que había venido a
salvarnos de tan terrible mal como eran las maras.
La farsa duraría algún tiempo,
de hecho una buena parte de la población
recordaba con nostalgia aquel buen ministro que los había salvado de los
mareros; pero ni los mareros desaparecieron, ni la violencia bajo sus índices,
mas al contrario, los mareros como se temía comenzaron a cambiar de estrategia,
los nuevos reclutas ya no se tatuaban, ya no actuaban al aire libre como lo
hacina anteriormente, pasaron a vivir en la sombra y posteriormente darán el
paso decisivo de jugar en las grandes ligas del crimen organizado, y la
violencia continuo su ritmo ascendente sin que hasta el momento se haya hecho
algo importante y eficaz.
Años después el Showman
regresaría como Ministro de seguridad bajo la errónea idea que todo sería como
antes, solo era cuestión de detener aquellas manadas de muchachos tatuados,
entregarlos a la fiscalía para su
posterior condena y por supuesto sacarlos por los medios de comunicación.- Nada
de eso paso, ya los mareros no eran los de antes como anteriormente apuntamos, lo
que significo que la segunda parte de la
historia no fue nada buena para el otrora héroe del pueblo, una mañana quiso
entrar a su oficina y un simple policía le dijo: No señor ud ya no es ministro,
tengo órdenes de no dejarlo entrar.
Cuanto se toman decisiones
con el único fin de obtener la gracia
del pueblo, pero sin un análisis científico que nos permita entender la problemática
y sus posibles consecuencias, sean estas positivas o negativas, los resultados
son desalentadores y repercuten enormemente en la tranquilidad de una nación.-
No quiero imaginarme en lo que se convertirá la policía militar en unos años.
No hay comentarios :
Publicar un comentario