martes, 31 de julio de 2012

Exitosa ofensiva siria frustró plan saudí para crear “Zonas rebeldes”


AL MANAR – Según informa el sitio israelí Debka.com, el secretario de Defensa de EEUU, Leon Panetta, manifestó el lunes que el asalto del Ejército sirio contra Alepo “será, en último extremo, otro clavo en el ataúd de Assad”. Sin embargo, el sitio afirma esto es solo una muestra de frustración generada por el fracaso del plan de algunos países occidentales, y sobre todo de Arabia Saudí y Qatar, para establecer una “zona segura” en la región de Alepo.

Siempre según Debka, el lunes por la mañana, oficiales de inteligencia saudíes y qataríes, situados en el cuartel general del ESL, en Apaydin, en la región de Hatay, al suroeste de Turquía, se vieron obligados a admitir que el Ejército sirio había destrozado su plan para crear una “zona segura” rebelde en el área de Alepo. De acuerdo a dicho plan, el territorio sería tomado por los rebeldes y convertido en la base de operaciones del ESL y la sede de un gobierno de transición, del mismo modo que lo fue Bengasi seis meses antes del derrocamiento de Gadafi en Libia.
Este plan saudí y qatarí recibió el visto bueno de Washington. La pasada semana, la secretaria de Estado de EEUU dijo: “Más y más territorio está siendo tomado. Esto llevará eventualmente a la creación de un refugio seguro dentro de Siria.” Tan seguros estaban los saudíes de que su plan funcionaría que el sábado 28 de Julio convocaron un encuentro en El Cairo de delegaciones árabes en la ONU con el fin de presentar al Consejo de Seguridad una moción para que aquel reconociera “zonas seguras” dentro de Siria y llamaron a los miembros de la ONU a apoyarla.
Ahora, este plan ha fracasado debido a la incapacidad de los rebeldes de resistir el fuerte asalto militar contra sus posiciones, señala Debka.com.
Las lcciones de la batalla de Alepo

Le ha bastado al Ejército sirio sólo una jornada y media de combates – después de otros tres o cuatro de fijación del enemigo – para derrotar al ESL en su principal bastión de Alepo. Esto supone un revés militar importante para éste, pero sobre todo una victoria psicológica para el Ejército y el Gobierno. Parece ya que la batalla de Alepo, que los estrategas improvisados del ESL lanzaron para hacer olvidar su desastroso precedente de Damasco, se va a saldar en breve con otro gran fracaso de los insurgentes.
Y como en Damasco, el ESL ha demostrado que no puede resistir la presión del Ejército. Y al igual que sucedió en la capital siria, la población no se solidariza con los rebeldes, sino al contrario.
Este doble fracaso militar y político podría arruinar completamente la credibilidad del ESL, no tanto a los ojos de los sirios (en nuestra opinión, esto ya es algo que ya ha sucedido hace tiempo), sino a los ojos de sus protectores estadounidenses y turcos. Por supuesto, los combates no han terminado en Alepo. Los rebeldes ocupan todavía dos o tres barrios en la parte sur de la ciudad y su desorganización refuerza su movilidad. Sin embargo, ellos están rodeados. Se ha planteado la cuestión de sus verdaderos efectivos: se habla de al menos 5.000 combatientes, pero es una cifra que no se ha podido corroborar hasta ahora.
El ESL confía más en la guerra virtual que en sus efectivos y armamento. En Alepo, como sucedió antes en Damasco, estos combatientes desconectados de la realidad política y social de su entorno creen que su sola irrupción en una de esas ciudades, magnificada por la máquina de propaganda occidental y de las cadenas árabes por satélite, llevaría a la desmoralización y desintegración del Ejército y a provocar el esperado levantamiento popular. Nada de esto se ha producido, ni en Damasco ni en Alepo. En el fondo, el ESL puede convertirse en la víctima del propio aparato mediático que lo apoya y que le había llevado a creerse poco menos que invencible.

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