jueves, 8 de marzo de 2012

El estado sigue estando en deuda con las obreras de las maquilas // Solo reformas y políticas de salud efectivas mejorarán el trabajo de las obreras de las maquilas

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Miércoles 7  de Marzo  2012 /  Marvin Palacios
San Pedro Sula

 En vísperas de la celebración del Día Internacional de la Mujer, la Red Centroamericana de Mujeres en Solidaridad con las Trabajadoras de las Maquilas (REDCAM), la Coordinadora de Mujeres Hondureñas (CODEMUH, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y Radio Progreso desarrollaron en esta ciudad el foro: “Derechos Humanos-Laborales de las Mujeres”.

Al evento asistieron unas 200 mujeres, representantes del movimiento sindical, obrero, profesional, trabajadoras de las maquilas y ex obreras de las plantas de procesamiento de varias regiones del departamento de Cortés.

La Coordinadora de la CODEMUH, María Luisa Regalado apuntó que la Declaración de Derechos Humanos señala que el Estado es responsable de asegurar la salud ocupacional de las trabajadoras, de brindar los servicios de calidad y de asegurar la vida de las obreras.

“Pero eso no sucede y luego si vemos la Declaración de Todas las Formas de Discriminación contra Las Mujeres, nos dice que las mujeres no podemos ser discriminadas por ningún motivo, pero igual en este país, todo pasa y muchas veces nosotras y el pueblo no nos damos cuenta que existen todas estas leyes, convenciones, y tratados para poder exigir derechos.

Regalado resaltó lo anterior al considerar que en Honduras las trabajadoras de las maquilas  están expuestas a una serie de abusos y que el estado que debe velar por la seguridad laboral está en deuda con las obreras, al no aprobar las reformas al artículo V del Código de Trabajo que deben calificarse como enfermedades profesionales las derivadas del trabajo repetitivo que desarrollan las féminas en las empresas maquiladoras.

La Coordinadora del COFADEH, Bertha Oliva destacó que luchar por los derechos de las mujeres en el país, no es fácil, pero debemos ser optimistas para seguir caminando.


Bertha Oliva
“Hablar de derechos humanos es hablar de humanidad, es hablar de vida, de libertad, es hablar de justicia y eso aquí no lo tenemos, no está operando, no hay institucionalidad compañeras, y al no tener institucionalidad, el reto que tenemos como mujeres es muy grande y hay que abrir un camino con paso seguro”, resaltó Oliva.

Añadió que como mujer convencida de defender la vida, si alguien “me quiere hacer que retroceda, me vuelvo terca en ello, y yo siempre he dicho que donde haya una violación contra la libertad y contra la vida, si podemos estar ahí, ahí vamos a estar, pero compañeras eso no es nada fácil cuando tenemos más de 570 denuncias ante el Ministerio Público por violaciones a los derechos humanos que van desde torturas, detenciones ilegales hasta asesinatos y desapariciones, y ahí van denuncias de mujeres que han sido violadas, que han sido torturadas y que han sido asesinadas”.

La defensora de derechos humanos destacó que de estas 570 denuncias, el Ministerio Público solo ha podido despejar apenas 10 casos con requerimiento fiscal. “Algunos de esos 10 casos de las denuncias se han extraviado, al menos 5 veces y creo que lo quieren es cansarnos, agotarnos, pero se equivocaron con nosotras, pero mientras tengamos vida no nos vamos a cansar, ahí vamos a estar, aseguró Oliva.

Una de las obreras de las maquilas que estuvo presente en el foro comentó que tiene 17 años de laborar en las plantas de procesamiento y que este trabajo la está llevando a un punto de inactividad, pues ha perdido cerca del 42 por ciento de movilidad en su estructura esquelética y muscular.

La obrera destacó que las jornadas son extenuantes y que los movimientos repetitivos que realizan van desgastando la vida de las trabajadoras al punto de que en pocos años, no podrá casi ninguna actividad corporal. De hecho ella comenzó a trabajar a la edad de 23 años y hoy que cuenta con 40, por disposición médica realiza otro tipo de actividad porque su fuerza motora fue casi aniquilada por el trabajo excesivo.

En el plano salarial destacó que después de tantos años de laborar apenas gana mil 90 lempiras a la semana y que con esa cantidad  no cubre sus necesidades básicas ni las de su familia.

Marcia Aguiluz
Por su parte la procuradora de derechos humanos del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), Marcia Aguiluz abordó el tema de la cobertura que brinda el sistema interamericano de derechos humanos hacia la problemática que enfrentan las mujeres en el continente americano.

“Admiramos el trabajo que hacen las colegas de la CODEMUH porque es muy hermoso y es muy lindo escuchar sus testimonios, algunos con muchísimo dolor pero sabemos que son ustedes mujeres campeonas, luchadoras, sobrevivientes y maravillosas”, dijo Aguiluz

Aguiluz destacó que CEJIL no hace el trabajo como lo realiza el COFADEH o la CODEMUH que ventilan los casos de violaciones a derechos humanos en los tribunales de Honduras, “sino que llevamos los casos contra los gobiernos y los llevamos a dos órganos: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)”.

Dichos órganos están contenidos en el tratado internacional que se llama  Convención Interamericana de Derechos Humanos con jurisdicción en todos los países firmantes del continente americano.

“Cuando la justicia nacional falla, cuando se han agotado los recursos, como un recurso de amparo, una demanda laboral o una denuncia penal y el asunto no ha llegado a ningún lado, pues todavía las personas tienen la posibilidad de acudir ante esto que se llama sistema interamericano”, explicó Aguiluz.

El foro se sumó a una serie de actividades que realizan las organizaciones feministas y de derechos humanos en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer a celebrarse este 8 de marzo en muchos países del mundo.

La efemérides destaca que un 8 de marzo de 1857 se registró una gran movilización de trabajadoras textiles en donde cientos de mujeres hicieron una manifestación pacífica en los barrios adinerados de Nueva York en protesta por las malas condiciones de trabajo que padecían.
Otro evento similar se suscitó en 1908, cuando cerca de 40 mil obreras industriales se declararon en huelga demandando el derecho a sindicalizarse, así como a mejores salarios, menos horas de trabajo, capacitación y el rechazo al trabajo infantil.

Durante esta huelga, 129 trabajadoras fallecieron a causa de un incendio ocurrido en la fábrica Cotton Textile Factory, en Washington Square, Nueva York.

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Solo reformas y políticas de salud efectivas mejorarán el trabajo de las obreras de las maquilas

 Miércoles 7 de Marzo 2012  / Marvin Palacios
San Pedro Sula.

El Foro “derechos humanos-laborales de las mujeres de la maquila” organizado el martes 6 de marzo en esta ciudad por varias organizaciones defensoras de derechos humanos reveló aspectos negativos para las obreras de las maquilas que van desde la inexistencia de políticas públicas en materia de salud ocupacional, los malos tratos, el trabajo excesivo, la ausencia de un catálogo de enfermedades profesionales referidas a esta actividad hasta la sensibilidad y atención que requieren miles de trabajadoras hondureñas que sobreviven con su esfuerzo físico y mental, en los parques industriales de la costa norte.
Los testimonios expuestos reflejan que una obrera de maquila que es sometida a extenuantes horas de trabajo sin la atención y los ambientes adecuados esta condenada a perder gran parte de su fuerza muscular y esquelética en apenas 10 años.

Rosa Elena García narró que después de varios años de trabajar en la maquila comenzó a padecer problemas en su columna y enfrentó dificultades para producir y cumplir con la cuota establecida de prendas confeccionadas.

“Cuando empezaron a discriminarme y a decirme que me ganara aunque sea la sal del huevo, yo no podía hablar, yo lo que hacía era que me iba para un rinconcito a llorar y entraba en una depresión, me frustraba toda y el único camino que yo deseaba era, voy a negociar, me voy a ir, me siento desesperada, ya no hallo qué hacer”, relató García.

La obrera sostuvo que los supervisores ejercen presiones y hostigan a las obreras para que ellas tomen una decisión lo más pronto posible, para que renuncien al trabajo.


Rosa Elena García
Sin embargo Rosa Elena encontró en su camino a varias compañeras de la Coordinadora de Mujeres Hondureñas (CODEMUH) y recibió acompañamiento y asesoría. Producto del trabajo en esta organización, ella pudo organizarse.

“Actualmente tengo dictamen de calificación parcial permanente de un 24 por ciento, eso quiere decir que ese porcentaje de mi cuerpo no funciona, pero gracias a mis compañeras que me aconsejaron, aún cuento con estabilidad laboral, resaltó.

Rosa Elena agregó que así como yo aún cuento con un puesto de trabajo, hay miles de mujeres obreras que están en la situación en la que yo me encontraba antes y pueden lograr tener estabilidad laboral, gracias a CODEMUH hay un 45 por ciento de  personas que ya tienen un dictamen de enfermedad profesional, un 70 por ciento con dictamen de reubicación y un 15 por ciento que están cobrando una pensión.

“Eso quiere decir que hemos luchado y hemos logrado varios objetivos, entonces nosotras tenemos que organizarnos, es difícil, porque con los problemas que yo tenía antes  me iba a un rincón a hablar, yo no estaría aquí, gracias a la ayuda, a la terapia, puedo alzar mi voz y puedo denunciar, puedo decir que están violentando mis derechos”, comentó.

Apuntó que cuando a ella la hostigaba la supervisora Claudia Garmendia ordenándole que produjera las 500 docenas de ropa, ella ignoraba que yo tenía un dolor que solo Dios sabía como andaba, así que un día se llenó de valor y le dijo: ¡señora, usted no anda mi cuerpo para que me exija que vaya a producir 500 docenas, porque cuando yo estaba bien de salud, yo era operaria estrella, yo producía y venía a hacer tiempo extra, ahora que estoy con mi problema de salud, yo necesito que la empresa me apoye a mí!.

“Esto está sucediendo dentro de las maquilas, no solo de una, de todas, porque cuando ya una persona no le está dando el rendimiento que necesitan, tratan de verlo a uno como un bicho raro que ya no te sirve y al que hay que esconderlo”, denunció Rosa Elena.

Señaló que no sabe qué reacciones pueden tener sus declaraciones y su testimonio dentro de la empresa, pero “no me importa, estoy hablando de lo que he pasado yo, de lo que he vivido y de cómo he salido adelante con la ayuda de CODEMUH y todas mis compañeras, en los momentos más difíciles, podemos apoyarnos unas con otras y salir adelante, luchar para lograr grandes cosas en el futuro y demostrarle al mundo que no solo los hombres pueden, también las mujeres”.


Edelsa Muñóz Núñez
Por su parte Edelsa Muñóz Núñez es también obrera de la maquila que comenzó a trabajar a los 23 años, actualmente cuenta con 40 años, ella tiene un dictamen de reubicación en la empresa para la que trabaja en vista que el 43 por ciento de su cuerpo no funciona y le imposibilita realizar las tareas de producción que antes ejercía.

Edelsa trabaja desde hace 17 años como operaria de maquila y actualmente labora para la corporación HBI localizada en Choloma, Cortés.

Ella narró que los efectos después de casi 2 décadas son críticos, porque “usted sabe que cuando uno llega a una empresa lleva metas, aspiraciones y yo le he dado todo a la empresa, todo lo que tenía y no lo que me sobraba, y ahora que empecé con problemas de salud desde 2008, ha sido como un castigo para mí enfermarme, después de que les di el pulmón”.

“Porque desde que me salió el dictamen de reubicación, me ubicaron en el salario mínimo después de que yo era una operaria estrella que trabajaba a 150 por ciento de eficiencia con largas jornadas de trabajo, con largas metas de producción, por eso me dañé”, narró Edelsa.

Actualmente Edelsa padece de tendinits, bursitis crónica y artrosis en todo el cuerpo, entre otras dolencias producto del trabajo repetitivo realizado por casi 20 años, con un salario que ahora devenga de tan solo mil 90 lempiras a la semana.

“Es crítico porque usted sabe que en el seguro social, los procesos son demasiado lentos, pero gracias a CODEMUH que me han asesorado legalmente y en todos los aspectos, un consejo y hasta un masaje con una palabra de aliento, por eso he logrado una calificación que me permite una pensión del seguro social (de apenas 2 mil lempiras), tengo un 43 por ciento de pérdida de capacidad aunque en realidad, tengo más pérdidas”, sostuvo Edelsa.

Recalcó que “yo ya no puedo hacer nada en mi casa, no puedo chinear (cargar) un niño, ya no puedo valerme por mí misma y aunque tengo mucho daño, pienso que puedo ser muy útil, porque no estoy anciana, solo tengo 40 años, pero lastimosamente es la consecuencia de ese monstruo que nos tiene así que es la maquila, yo no estoy en contra de la maquila, estoy en contra de las formas de trabajo, que nos explotan demasiado con las metas de producción, las extensas jornadas de trabajo y los movimientos repetitivos nos tienen así”.

Consultada acerca de las posibilidades para mejorar las condiciones de trabajo de las obreras de las maquilas, Edelsa expresó que “la verdad es que en este país no tenemos asesoría, hace falta información, que el Gobierno nos diera charlas sobre los problemas que se pueden dar como en otros países que a las personas las asesoran en torno a lo que no deben hacer para no dañarse, pero en este país, no existe eso, yo pienso que deben darse estudios ergonómicos en las empresas que adapten la máquina a la trabajadora y no, la trabajadora a la máquina.

Edelsa reveló que en su centro de trabajo hay al menos unas cien trabajadoras que atraviesan problemas de salud similares al suyo, pero que por necesidad y para no ser despedidas no informan sobre su estado y cargan con su dolor físico y emocional.

Los testimonios apuntan a que también sea necesaria una evaluación y actualización en las prácticas de tratamiento de salud ocupacional que viven las mujeres obreras de las maquilas. Esa evaluación deberá ajustarse al trato personal con las pacientes afectadas por problemas músculo-esqueléticos, la dotación de medicamentos especializados y no solo analgésicos y la rapidez en la entrega de los dictámenes de reubicación laboral que permitan a las mujeres, la estabilidad en las empresas.

Tanto el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) como el Congreso Nacional están obligados a establecer políticas de salud que sean aplicadas a las nuevas formas de enfermedades profesionales, surgidas en los últimos años por las extenuantes jornadas y el trabajo repetitivo que realizan las obreras y los obreros de las maquilas.

Si bien la incidencia en este tema ha logrado que las autoridades del IHSS y los médicos ortopedas de esta institución cambien un poco la actitud al momento de dar atenciones a las trabajadoras, aún falta mucho por hacer para que las condiciones de empleo de las obreras de la maquila les permitan laborar con dignidad.

Al respecto en los últimos años la CODEMUH ha ejercido presiones para que el poder legislativo reforme el artículo V del Código del Trabajo para calificar los padecimientos físicos de las obreras de las maquilas en “enfermedades profesionales”.

 Asimismo ha demandado que la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STSS) realice estudios ergonómicos en las fábricas de confección de ropa, especialmente de las marcas internacionales Gildan Actiwear, HanesBrands Inc, Delta Apparel, entre otras y que investigue los abusos que cometen las jefas y los jefes en sus procesos de selección de personal y exámenes de pre-empleo que implican una revisión física, mental y emocional que es intromisoria a la privacidad, a la dignidad e integridad personal de las mujeres.

El Foro “derechos humanos-laborales de las mujeres de la maquila” fue organizado por la Coordinadora de Mujeres Hondureñas (CODEMUH), el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Radio Progreso, la Red Centroamericana de Mujeres en Solidaridad con las Trabajadoras de las Maquilas (REDECAM) y el Espacio Político Voces de Mujeres Feministas. --

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