jueves, 25 de mayo de 2017

Almagro: miope y amnésico

Estafeta.-
 El señor Almagro, Ministro de Colonias de USA (OEA), por su procedencia uruguaya seguramente es católico, apostólico y romano, pero su actuación le hace norteamericano. Y en el ejercicio de esa identificación vergonzosa en contra de los pueblos de Nuestra América, no ha dejado de presionar para que a la República Bolivariana de Venezuela se le aplique la Carta democrática. En el ejercicio como marioneta, cuyos hilos se manejan desde el Departamento de Estado, suplantó al presidente pro tempore del Consejo de la OEA, el Embajador Boliviano, por otra marioneta, el embajador de “honduras”, acostumbrado a doblar el espinazo frente a las exigencias del mismo amo de Almagro.
Venezuela, en una actitud de defensa de su soberanía, su independencia y del derecho de su pueblo a la autodeterminación, dejó la OEA, organismo que se ha quedado ahora sin Beatriz y sin retrato.
Almagro quiere, porque así se le ha ordenado, que en Venezuela se convoque a elecciones generales, a pesar de que el presidente Maduro ejerce su mandato constitucional como resultado de su triunfo en las urnas, y que las elecciones ya están previstas en la Constitución bolivariana. La oposición, también apadrinada por el mismo amo de Almagro, desea revertir las cosas en Venezuela para que ese país vuelva al pasado y que las compañías petroleras transnacionales vuelvan a tomar el control de la explotación del petróleo venezolano y, por supuesto, desean agregar un nuevo peón en la OEA para asegurar, de esa manera, las acciones abusivas de USA en contra de cualquier régimen en Nuestra América que se insubordine a sus deseos y mandatos.
Por otra parte, míster Almagro pareciera que padece de una ceguera selectiva y que se le ha infartado la circunvolución cerebral en donde guarda la memoria: esa ceguera no le permite ver la violación de los derechos humanos en México, la impunidad en que se manejan los asesinos de los jóvenes de Ayotzinapa y el fraude, en contra de López Obrador, que permitió el encumbramiento de Peña Nieto en la Presidencia de México, quien ahora ha demostrado su cobardía para defender a México de la humillación a que le somete Trump; no se refleja en la retina de este neo yanqui, el hecho de que el pueblo de Brasil esté en las calles para exigir la renuncia de Temer, quien no es más que el jefe de una pandilla criminal que ha atracado al pueblo de Brasil y que se ha encumbrado mediante un juicio ilegal en contra de la legítima presidenta Dilma Roussef, para asegurar su impunidad; no pasan por su nervio óptico las manifestaciones masivas de los argentinos en contra del presidente Macri, también sospechoso de corrupción, y que por ahora cuenta con un exiguo respaldo entre los argentinos, pues la mayoría desea su partida y enjuiciamiento; no pasan por el cristalino de este gringuero las escenas de protesta en Guatemala en contra de los genocidios en impunidad y en contra del actual presidente que ha burlado sus promesas electorales; el señor Almagro, ni con gafas perfectamente graduadas, puede ver la represión en contra de los mapuches en Chile y la represión en contra del movimiento estudiantil que exige educación gratuita; no llegan a su corteza cerebral las imágenes de miseria en Colombia y el resurgimiento del paramilitarismo que asesina a los defensores de los derechos humanos. Y, no está demás decir, no ve los abusos a los derechos humanos ejercidos por Trump en Usa y en todo el mundo, ahora, incluso, da pleno respaldo a los yihadistas y a los regímenes del Golfo Pérsico patrocinadores del terrorismo, incluido el ataque a las torres gemelas de Nueva York.
Pero, lo dije arriba, el señor, mejor dicho míster Almagro, padece de amnesia parcial porque se ha borrado de su corteza dedicada a la memoria todos los actos vandálicos protagonizados por la OEA (léase USA) en América Latina: el golpe de Estado en Guatemala para derrocar al presidente legítimo, Coronel Árbenz, protagonizado por la OEA por instigación de Míster Dulles, Secretario de Estado en ese entonces; ha olvidado el golpe en contra de Allende y la implantación de una dictadura sanguinaria en Chile; tampoco está en su corteza el genocidio en Argentina y en Uruguay; no recuerda los golpes de Estado en Honduras y en Dominicana, en 1964, que se siguieron de represión, persecución y asesinato en contra de miles de hondureños y en una invasión sangrienta por parte de USA en Dominicana; se le ha acabado el voltaje al recuerdo de la invasión a Grenada que terminó con la muerte del Primer Ministro Bishop y de muchos grenadinos; ha olvidado completamente la masacre en Panamá destinada a derrocar a un sicario propio de USA, con un saldo de miles de asesinados y heridos; desaparecieron de su mente los ataques permanentes en contra de Cuba, sobre todo la invasión de Bahía Girón en donde USA recibió una tremenda derrota; no hay imágenes de las acciones de la Contra en el territorio nicaragüense y los asesinatos protagonizados por Álvarez Martínez en Honduras; se perdió de su USB el recuerdo de los ilegales golpes de Estado en Honduras, en Paraguay y en Brasil. Todo esto y mucho más, míster Almagro, con la total indiferencia e ineficacia de la OEA.
Ahora mismo la cosa está que arde en Brasil. El pueblo salió a las calles y exige la salida de Temer. El Fora temer retumba en todo el país. Temer ha ordenado la represión y lanzó el ejército en contra de los manifestantes. La prensa adocenada y, no lo dudo, el señor Almagro también, ven en estos manifestantes a delincuentes que se oponen a la democracia plena que reina en Brasil, muy a pesar del origen oscuro del mandato de Temer, pero califican de héroes a los violentos manifestantes caraqueños que han destruido propiedades del pueblo y que han asesinado manifestantes, con métodos tan execrables como rociar gasolina a una persona e incendiarla.
            ¿A quién pretende engañar míster Almagro, si los hilos con que dirigen sus movimientos son evidentes? Ud., señor Ministro de Colonias, siga con su farsa de Consejo Permanente de la OEA, pero sepa que la carta democrática la imponen los pueblos, libres de toda coacción y de toda interferencia externa. Esa Carta democrática en Venezuela se llama Asamblea Constituyente para fortalecer el poder del pueblo y recuperar la paz. Y en esa dirección ha marchado el pueblo venezolano, al mando de Chávez y ahora de Maduro.
Fuente: Victor Manuel Ramos Rivera  Vía FIAN Honduras 25.05.2017.

No hay comentarios :

Publicar un comentario