domingo, 24 de junio de 2012

Omar Rodriguez Vive la lucha sigue y sigue





OMAR RODRIGUEZ
Gustavo Zelaya
A Omar Rodríguez lo vi entre los  años de 1974 y 1978 anunciando en la calle una radioemisora bien rara, Radio Comercial, a veces trasmitía y a veces no, pasaba mensajitos políticos y una música del “recuerdo” que a muchos no nos evocaba nada. Es que también nos gustaba Pink Floyd y Omar no era de esa onda.  Omar para muchos fue raro, sobre todo en nuestro país donde la honestidad, la coherencia y consecuencia absoluta con los ideales socialistas se volvió una rareza , en especial a partir de la caída del llamado socialismo real y la desbandada ocurrida en las filas de la izquierda de aquéllos tiempos. Se diseminaron muchos y se convirtieron en ciudadanos light, abogados, gerentes, académicos, fundadores de ONG, en analistas independientes expertos en fustigar al sistema bajo la protección de las luces, las becas Fullbright y los hoteles cinco estrellas, y viviendo lejos de la colonia 21 de octubre.

Duro en su crítica, descontento a tiempo completo, molesto con muchas situaciones y con la diabetes avanzando y minando todo su cuerpo pero con la puerta de la Radio Gualcho abierta al pueblo y a todos los luchadores por una patria más digna y justa. Omar en 24 horas, siempre arrecho ante la lentitud de los cambios sociales.  Le molestaba la ignorancia y la incultura. Omar los 7 días de la semana arrecho por las viejas condiciones de miseria en que se debatían los pobres de Honduras. Molesto y enojado por el inmovilismo de las organizaciones populares y señalándoles siempre sus desaciertos. Omar durante 365 días del año manteniendo el dedo en la llaga y mostrando el gran acierto del nacimiento del Frente Nacional de Resistencia Popular. Pedagogo sin diploma, enseñando en cada momento la importancia de superar el capitalismo neoliberal para edificar una sociedad realmente humana y así por más de 40 años, arrecho por el atraso nacional pero seguro en que algo bueno se avecina. Y bien lo aprendió junto a su alero de la colonia, el pelón Morel.
Ahora que ha muerto nos va a seguir diciendo que no seamos tan pendejos en creer que su lucha muere, esto sigue compa y Omar Rodríguez nos vuelve a vacilar y nos regaña de nuevo, porque creemos que se ha muerto, sigue vivo, fuerte, solidario, y nos dice en un  suave susurro, al oído, bien quedito y con su tierna arrechura: “no sea tan maje compa, déjese de pendejadas, mis ideas siguen fuertes y hasta el fin de los tiempos”.
25 de noviembre de 2010

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