Imágenes de televisión muestran cuando los agentes de la Policía Preventiva levantan los conos de las calles y abandonan los puestos en Tegucigalpa.
Esta
tarde en la capital hondureña, Tegucigalpa, los cuerpos élites
policiales levantaron sus guardias en las calles, tras decir que “son
pueblo y que no están dispuestos a matar al pueblo”, contradiciendo a
altos mandos de seguridad del gobierno, que aseguraron frente a los
medios que el levantamiento se debía a dinero, pero que ya eso está
resuelto.
En
las primeras horas de esta noche, en varias ciudades del país, la
ciudadanía está llevando víveres a las postas policiales y a las
patrullas en muestra de solidaridad con los agentes que, en una armonía
inusual, por primera vez pueblo y policías comparten sueños y proyectos;
en los medios de comunicación no paran las llamadas de los hondureños
felicitando la actitud de todos los cuerpos de la Policía Nacional.
Redacción Central / EL LIBERTADOR /
Tegucigalpa.
Hay reportes de todo el país que las unidades especiales de la Policía
hondureña (Cobras, Tigres y servicios especiales, protección
dignatarios, y los cuerpos preventivos), se han declarado en contra de
las decisión del gobierno de reprimir a la sociedad hondureña tras las
elecciones generales del pasado 26 de noviembre que mantiene a la
Alianza de la Oposición en las calles exigiendo se respete la voluntad
del pueblo en las urnas.
En
horas tempranas cuando se dio a conocer la primicia informativa escrita
a través de periódico EL LIBERTADOR, se conoció que en la Primera
Estación de la Policía Preventiva de San Pedro Sula, a 240 kilómetros al
norte de la capital Tegucigalpa, había un pelotón de la Policía Militar
se acercó a provocar a los agentes policiales y estuvieron a punto de
confrontar, un ambiente fricción entre ambos cuerpos que aún no termina
por la formación contraria, unos de vocación de guerra como son los
militares y los otros de orientación ciudadana como es la Policía
Preventiva.
Con
el levantamiento de la Policía se rompió el toque de queda decretado
por el gobierno para reprimir al pueblo que se haya alzado por la crisis
política tras las fuertes señales de fraude electoral realizadas por el
Tribunal Supremo Electoral (TSE), que luego de la caída por cinco horas
del sistema de transmisión de datos revirtió una tendencia del triunfo
presidencial de casi 70 por ciento a favor del candidato de la Oposición
Contra la Dictadura, Salvador Nasralla, y de pronto empezó el sistema a
elevar únicamente con votos del oficialista y actual presidente que
busca la reelección, Juan Hernández. Todos las evidencias de que se
estaba quitando al triunfo a Nasralla indignó a cientos de miles de
hondureños hasta esta fecha cuando después de nueve días de los comicios
aún no se declara al nuevo mandatario de la nación hondureña.
Ante
el malestar social y para someterlo, el gobierno Hernández suspendió
las garantías constitucionales de la población y declaró “toque de queda
por diez días a partir del pasado 2 de diciembre. En ese contexto, las
protestas sociales son cada vez más fuertes en todo el país y para
romper el estado de sitio la ciudadanía toca las cacerolas por la noche,
algo que se ha convertido en un concierto que suena en todos los
barrios del campo y la ciudad. Es en este marco que la Policía Nacional
hoy se ha rebelado al gobierno y ha dicho “somos pueblos y no podemos
matar al pueblo.
En
el transcurso de la crisis política, ya se registran al menos diez
ciudadanos muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos; los
organismos de derechos humanos nacionales e internacionales muestran
enorme preocupación en un ambiente de silencio cómplice de la prensa
tradicional y la denuncia permanente de los medios alternativos de
comunicación masiva como EL LIBERTADOR.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2570-somos-pueblo-y-no-podemos-matarnos-con-el-pueblo-policia-hondurena
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