domingo, 28 de noviembre de 2021

HONDURAS / ¿QUÉ PIENSA JOH HOY? O ¿POR QUIÉN DEBO VOTAR? / Otras informaciones en EL Libertador.hn

Publicado: 27 Noviembre 2021                                                                                                                    
La masa de aire frío trae la humedad y bajas temperaturas, en los barrios más pobres de la capital, resuenan los “techos indignos” que alguna vez regaló el gobernante Partido Nacional que se vuelve a asomar como cada cuatro años. El rugir del viento anuncia que la hora del hondureño llegó y, como nunca lo imaginaron quienes tienen el poder, resuena con más fuerza la consigna social “Se Van”, y créalo posible, el ciudadano se hartó de los salvajes.

                  La elección de mañana no es cualquiera, gran parte de la población tiene planes de superación y recuperación del amor patrio, esperanza de mejor educación, un trabajo y salario digno, metas que con un régimen azul no se pueden cumplir; ¿se puede caer más bajo?, como país Honduras siempre figura entre los más violentos, los más pobres y los más retrasados en desarrollo humano.

“Juntos hicimos historia”, ese debe ser el titular de ver por primera vez a una mujer con la banda presidencial; no así una “divina comedia” del descaro y la hipocresía de un montuno, plasmada en viejo papel. A estas horas Juancito ya está perdido, llora en embriaguez, el Mélex no duerme la angustia y suena la vulgar “sinfonía soledad” de los narcocorridos, el tiempo no se detuvo y el final del régimen más nocivo de la historia ya está escrito.

Reflexión

EL LIBERTADOR

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Tegucigalpa. En las casitas de tablas agujereadas y pedazos de lámina oxidada, un arrugado y hambriento ojo se asoma, después de 12 años alguien con chalequito azul la llega a visitar, no sabe si son fantasmas o realidad donde el hambre juega bromas. Le piden la identidad y le extienden una bolsita con azúcar y manteca. Los chalequitos azules han vuelto a desaparecer para nunca más volver; aquella señora con difícil andar, enciende el fuego y calienta café, ella espera la muerte, sus hijos se fueron migrantes y a otros los mataron por “ajuste de cuentas”, según le dijo un gordito policía comunitario que nunca más se apareció por el barrio… ha comenzado a llover, el piso digno está lleno de lodo, porque el techo digno está lleno de hoyos. En los últimos 12 años más de 60 mil personas han muerto en la Honduras de amor y paz, más que cualquier guerra civil del mundo. ¿Por quién votarían ellos y ellas?

¿Cuánto cuesta un voto? ¿Un bono de 4,000 lempiras a cambio de la identidad? ¿Un ecofogón? ¿O una vacuna que salva la vida? ¿Una lámina? ¿Una bolsita? Elbal dijo lo apropiado: van a votar por lo que les metamos en la bolsa, no se acordarán si somos ladrones, corruptos o exportadores de psicotrópicos. La declaración induce abiertamente a la conciencia de la conveniencia de tener una sociedad en la más cruel de las desdichas, no es casualidad, es la estrategia del aumento de la miseria como un sistema macabro de dominación social.- El hondureñito es apenas un voto, un número sin alma, un objeto útil para mi interés.

Mientras tanto a 273.5 kilómetros al occidente de la capital hondureña, entre senderos pedregosos, donde las maletas para elecciones todavía se llevan sobre lomos de mulas y hombres, sólo una genial presentadora ve a los lindos burritos, pero no a los monstruosos gobiernos que jamás han modernizado Honduras, ni sus lejanas aldeas. Pero este pueblito humilde es homenaje para narcocorridos y grandes celebridades de ese mundo, allá donde dicen el crimen ubicó cámaras en todo el pueblo (algo así como un “Big Brother”) y metralletas estratégicamente colocadas, de donde han salido hombres duros que dan testimonio de cómo han asesinado personas y traficado estupefacientes, allí, en ese fuerte impenetrable, un hombrecito llora; el pequeño está rodeado por un muro de militares agresivos, desconsolado con botella en mano se deshoja en su interminable infelicidad. Juancito, nuestro reycito ha perdido y está perdido.- Y, señores, señoras, démosle la razón al hombrón, no es lo mismo navegar por Venecia que por los ríos de Tegucigalpa.  

 

El 28 de noviembre de 2021 no es cualquier día, ni cualquier elección. Pueblo no es una palabra sin forma, somos las personas concretas y vivientes en un territorio, con nombre y apellido, con planes de superación según nuestra educación, con sueños o sin ellos según nuestro bienestar material y valores de espiritualidad, nosotros somos el pueblo que, junto al Gobierno y al territorio, formamos el Estado. ¿Adónde más podemos caer? De nuevo este año Honduras figura entre los más corruptos del mundo, también entre los países más mortales del planeta, además, se sitúa como la nación más desigual de América y una de las peores en el mundo, tanto así, que los niños más pobres cuentan en promedio con cuatro años de educación frente a los niños ricos con diez años, en la zona rural la diferencia es más espantosa, lo que a futuro asegura un medio inestable y generaciones de hondureños improductivos, condenados a la frustración y al crimen. Finalmente, proyectos como las Zona de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), han revivido el título de “República Bananera”.

Así como cada pueblo es único, cada manera de romper la opresión y castigarla también es distinta en tiempo y método en cada sociedad. La hora del hondureño llegó, así como nunca imaginaron en ningún sitio donde por generaciones un puñado de familias saqueó y tiranizó una nación que parecía aguantadora, tonta y cobarde, precisamente esa provocación infinita sin resistencia, es lo que confunde y autodestruye al poder brutal, embriagado de soberbia, avaricia y maldad, ese mismo poder descarado que desde siempre ha engrasado esa maquinaria con infinitos engranajes que salvajemente han mantenido a la sociedad en la más profunda de las sombras. El tiempo llegó.

¿Vieron cómo el Partido Nacional tuvo una campaña asquerosa y falsa? Frente a los ojos de todos los organismos nacionales e internacionales, apoyados por medios tradicionales de comunicación, sobre todo, esos que su única pauta publicitaria son cinco páginas diarias del Gobierno, una felicitación especial a Televicentro que, en esta ocasión, al final, intentó mantener una postura equilibrada (siempre aceptaron propaganda asquerosa, pero le han hecho huevos por verse distintos a sus otros amigos en el cierre de campaña). Esto nos lleva a una forzada reflexión ¿Si no pudieron parar una campaña de odio, podrán parar un atentado más contra el hondureño en las urnas? Piénselo, el mayor error es creer que se combate con partidos políticos y no entender de una vez, que la lucha es contra crimen organizado, violento, retrógrada y que está dispuesto “hacer lo que tenga que hacer”, para no ir a prisión.

Mañana cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) aparezca frente los medios de comunicación para dar el primer corte a la sociedad hondureña y los perversos viéndose perdidos ¿Qué harán? ¿No les parece simbólico que una “fiesta cívica” sea conmemorada por dos chafarotes en cadena nacional? Por cierto, muy bien engordados con el presupuesto nacional, ¿por qué la empresa privada si no es culpable de nada, tapa con láminas viejas los negocios?, ¿acaso la culpa acusa? Eso debe cambiar en el país, por elecciones no se debe parar la economía nacional ¡Es hora de avivarse! Aprendan de las naciones civilizadas, ahí se llevan pijineando, no pueden alegar ignorancia; este es momento que debería ser alegría y no incertidumbre.- Tomadores de decisión ¿Esto es lo que les gusta mandar como mensaje, miedo? Muchos, posiblemente están en sus casas en otros países… ¿No les parece eso lastimero y vergonzoso?

Tocará construir un nuevo orden social, humano, incluyente y pluricultural donde la mayoría de los ciudadanos pueda sentirse orgulloso de su patria y el sueño sea una realidad en nuestra tierra, no hay dos opciones en las elecciones, solamente una… y es mujer. Avanti, la suerte está echada. Ojalá que esta vez haya Navidad feliz, hasta mañana.

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