Ante EL LIBERTADOR, una fuente anónima conocedora de la zona, señaló que las autoridades han permitido la extensión de la “ganadería ilegal” en el núcleo de Río Plátano y zonas protegidas, sin embargo, “sacan a la brava” a personas de quienes desconocen las razones del porqué se asentaron a las orillas del Río Patuca.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Grupos militares han incursionado violentamente contra pobladores desde el pasdo fin de semana y los están desalojando de la aldea Wankilina, sector de Wampusirpe, departamento de Gracias a Dios; acción, que una fuente anónima por -frecuentes amenazas -, calificó ante EL LIBERTADOR como un “show mediático” y grosería, porque los grandes ganaderos que “destruyen zonas protegidas y las reservas Tawahka y del Río Plátano no han sido tocados” por ninguna autoridad.
El despojo violento y destructivo ha trascendido mediante videos por las redes sociales y medios locales que por la importancia humana también reproduce este periódico; los últimos reportes indicaban hasta el sábado pasado que al menos seis familias fueron despojados de sus pobres hogares, construidos con tablas de madera a orillas del Río Patuca, una de las viviendas fue incinerada por los cuerpos militares.
Los afectados denunciaron que lo único que les dijeron los efectivos del Ejército es que abandonaran sus casas y que dentro de cinco días regresarían a inspeccionar el área.- Según nuestro entrevistado, estas personas llegaron a la zona buscando un mejor lugar para vivir y se asentaron cerca del núcleo, pero no representa mayor amenaza que la ganadería ilegal que se ha extendido por la zona.
Nuestra fuente, un conocedor de todo el territorio de Gracias a Dios y la Mosquitia, advierte que el núcleo de Río Plátano está siendo totalmente destruido, deforestado y contaminado, sin embargo, ve que “ahí hay grandes intereses”, por eso a los verdaderos destructores no se les obliga a abandonar el lugar”, donde la ganadería ilegal y la carretera “fantasma” se ha construido y provoca desastre ambiental, sin que inmute al Gobierno y sus militares, al Ministerio Público o a otras autoridades que se mantienen indiferentes ante los verdaderos criminales de la naturaleza.
Los empobrecidos habitantes, entre ellos niños con rostros tristes y confundidos al ser echados “a la brava”, quedaron damnificados y desprotegidos, pues no fueron reubicados a un lugar habitable. Hasta ahora no se ha pronunciado ningún organismo de derechos humanos público o privado, nacional e internacional.
“Es un desalojo de gente campesina muy pobre, existe una estrategia de despojo de las autoridades, una estrategia protección de la reserva”, sin embargo, el entrevistado dijo que “al tomar estas decisiones, creo que se están haciendo acciones arbitrarias” y, detalló que, “tiene que haber un censo” para conocer de dónde y para qué llegaron estás personas y no sacarlos a lo loco o de forma desordenada, porque todos los hondureños tienen derecho (a vivir dentro del territorio de manera ordenada, con seguridad y posibilidad de prosperidad)”.
HONDURAS/ MILITARES DESALOJAN Y QUEMAN VIVIENDAS EN ALDEA WANKILINA
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