EDITORIAL
La revolución será...
No puede alabarse, comparar o criticar una revolución o una reingeniería social de liberación que en apariencia suena como lejanos relámpagos en Honduras, lo que si es cierto –donde hubo y habrá— es que sin importar cómo termine el entierro de dictaduras, los efectos en el tiempo se traducen en aclimatación para un proyecto de desarrollo nacional, madurez ciudadana y conciencia de las fuerzas públicas y privadas por la riqueza y la paz colectiva.
Quedan duras advertencias para los nuevos buitres egoístas que resurjan, creyendo con fe ciega en que la represión de terror, el hambre y el analfabetismo son la cantera de las riquezas fáciles y la clave para usurpar el poder político absoluto, restregando indecencia en la cara de las mayorías abismadas en olvido, sin aliento, ni alegría por la vida.
Así está Honduras hasta hoy, la revuelta ciudadana será por supervivencia, no todos se irán en migraciones. Jamás, ningún pueblo quiso la guerra contra quienes lo oprimen, porque son los primeros cobardes en huir y finalmente el odio y el dolor se reparte abajo.
En 2021 se cumple el bicentenario de la partida de la España ladrona, esclavista y asesina. El hondureño lleva 200 años esperando que la clase política y económica sea buena, que desde el Gobierno piense en la mejoría de los pobres, sólo pide un trabajo, una casa, cumplir sus sueños y de la familia, que son mínimos, no incluye ni vacaciones, únicamente ruega escuelas y hospitales de calidad.- Una mirada hacia los desterrados que viven en el campo y en la ciudad, por siglos ese lamento ha caído en despreciables oídos sordos.
Este pueblo está siendo forzado, e irá contra todos, el poder actúa imprudente, no admite ni reformas, pero si funcionarios esbirros que no dejan opción al decoro de todos, ni confianza en mañana.
Los enemigos del pueblo hondureño son personas concretas, vivientes, con nombre y apellido, forjadores de un sistema de dominación de corte colonial y de ocupación extranjera; sin duda, hay culpables y deben juzgarse con rigor por la agresión malvada que han causado con ventaja contra una población indefensa y enferma que a duras penas le han permitido seis años de educación en promedio, por eso mismo esa gente será devastadora cuando se levante decidida, nunca tuvo nada que perder en la eterna adversidad. ¡Piénsenlo!
Hay cierto capital hondureño que tiene más que perder que los políticos aventureros que suele apadrinar ¿no pueden poner orden? Si persisten en la cómoda indiferencia del negocio con el Gobierno tendrán el dinero para morir tranquilos en el extranjero, pero su descendencia terminará aplicando a un empleo.
Aún pueden ejecutar un plan de país y construir una nación desarrollada, dejen de apoyar politicastros mediocres y depravados que sólo ven el partido, incapaces de la trascendencia del visionario o el estadista que edifica grandes naciones con pueblos vigorosos en ciencia, cultura, trabajo, innovaciones y demás signos de un mundo moderno.
Señores, no sienten vergüenza que EEUU resuelva los problemas que su obsoleto sistema genera, o pasar alabando cualquier cosa de otras naciones por carencia de ideas propias para hacer superior a Honduras, el colmo. Es magna la pereza gerencial, exportamos lo mismo de siempre, café, banano, aceite de palma. ¿Por qué no fabricamos celulares, computadoras, automóviles y micro tecnología? ¿Por qué no damos valor agregado a toda la producción nacional, por ejemplo, al oro y otros metales que seguimos regalando a Europa, Canadá y Japón?
Honduras es mucho más que un político y un empresario tonto y estancado, el hondureño destaca cuando tiene condiciones, sobran ejemplos, ha fracasado el malandrín grupo que ha gobernado. Y si quienes pueden dar el giro a este país, no limitan ya el excesivo poder de la figura presidencial en un nuevo orden legal de poderes y de Gobierno, son cómplices y serán juzgados en las calles cuando llegue la hora del hombre masa. ¡El tiempo es oro!
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/2661-honduras-editorial-y-portada-el-libertador-la-revolucion-sera
DECARGUE AQUÍ, NUEVA EDICIÓN DE EL LIBERTADOR
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