sábado, 9 de noviembre de 2019

HONDURAS: LOS MILITARES AGRICULTORES Y EL FRUTO DEL MAL


Tegucigalpa,9 Noviembre ,2019.-
Hernández ya no gobierna y le ha dado el control a los castrenses, claro con el aval de los gringos, no es casualidad ese préstamo del Banco Mundial, el arrastre exagerado e innecesario del señor del Banco Interamericano de Desarrollo (Bcie) Eduardo Almeida, que jura, pero jura que el Trans-450 existe, solo que nosotros somos tan pobres que no lo vemos transitando el bulevar Suyapa. 
Reflexión
EL LIBERTADOR

                    Tegucigalpa. René Ponce firmó el acta de defunción y el muerto son las Fuerzas Armadas. Que Dios las tenga en su gloria. No llevar flores, depositar en efectivo en las cuentas quebradas de la tesorería nacional. Como si fuera una trilogía de las películas más malas y sin razón de existir, nos han dejado “no vamos a dar golpes de Estado”, “No somos políticos” y ahora “Las Fuerzas Armadas agrícolas”. Cuánta tontería se puede hacer para apoyar a un civilón.

Y pues, volvimos a caer en la idiotez de que sí se puede o no, pronto se olvidó el juicio de “Tony” y comenzamos la discusión insípida de que si las Fuerzas Armadas tienen facultades para suplantar las instituciones que ya tienen el personal técnico y un presupuesto para eso, ¡Noooooooooo! No se puede y punto. Terminada la discusión entremos en lo que importa de verdad.

Honduras esta ingrávida. El juicio del hermano del gobernante, fue para la imagen del país como el golpe de Estado de 2009, las empresas en el sur braman, en el norte gritan, solo el siempre bien cuidadito Sikaffi, ve todo maravilloso “Déjennos trabajar”, dice, al son de las masacres, el blindaje de los diputados y el desvío de los fondos públicos a lo que sea. Más de dos millones de personas en el desempleo, los suicidios y las masacres volvieron a la cartelera principal.

Lo único que la oposición ha logrado en tres semanas es reunirse para hacer una “selfie” y terminan en las discusiones más pendejas como de que yo soy izquierda o el otro es derecha; mientras Juan sonríe entre los fusiles de los militares que lo protegen y piensa que puede entrarle cuatro años más. El café que se sirvieron hace casi un mes ya se enfrió y el paro nacional no se asoma. El pueblo sufre.

Y entre el humo que agrega al ambiente el disparo de un sicario en una nueva masacre en el norte, las peleítas picarescas de la oposición (unos sonríen con Oliva desde el Congreso y susurran 2021, 2021, 2021…), el cierre de empresas, simplemente porque Honduras no ofrece ni seguridad jurídica, la mara legal (SAR) y la ilegal acosan hasta matar.

Mientras los desempleados lloran por las empresas que se van todos los días, una tras otra cierra operaciones sin que altere a Sikaffy, suman los asesinatos a todos los testigos que en futuro pueden ser claves, las miradas prohibitivas de los analistas que ya no saben cómo interpretar esto, nos aparece la ya desgastada imagen del militar con el fusil en la mano.

Un fruto malo nacerá de la pólvora, hoy Hernández desde Lempira volvió a mentir, cosa que ya a nadie sorprende y eso preocupa “Las Fuerzas Armadas no van a manejar recursos; ellos están trabajando con un grupo de campesinos…” y blah, blah, blah, muy contrario a lo que dice el Decreto ejecutivo PCM-052-2019 ¿el grupo de campesinos es el mismo con el que trabajaba Tony? Porque los campesinos dicen que no conocen ese grupo.

También dice que los militares van ayudar a los agrarios de quienes les han robado las tierras, ¿Ó sea, que les van a quitar las tierra a los Facussé? Digo, por el comentario que hace CC-4; por tonterías como estas es que aún los medios tradicionales les parece importante la opinión del melancólico general golpista Romeo Vásquez, que nos ilustra diciendo “Se debe volver al servicio militar obligatorio, pero para los pobres”. No, ¡Wow! Brillante. Igualito que Nájera, el loco de Colón, que recomienda hacer más ricos a los ricos para derrotar la pobreza.

Hernández ya no gobierna y le ha dado el control a los castrenses, claro con el aval de los gringos, no es casualidad ese préstamo del Banco Mundial, el arrastre exagerado e innecesario del señor del Banco Interamericano de Desarrollo (Bcie) Eduardo Almeida, que jura, pero jura que el Trans-450 existe, solo que nosotros somos tan pobres que no lo vemos transitando el bulevar Suyapa. 

Hoy la imagen de Honduras es un niño desahuciado sobre una rotonda, ese niño que no está en este mundo, que fue puesto ahí por la indiferencia de gobernantes y el desinterés de la población, esa infancia que muere en el asfalto y a nadie le importa, que apenas vive si la bolsa de pegamento le regala un suspiro. Ese niño somos nosotros y no le importamos a nadie y apenas estamos conscientes de que existimos…

Que entierren los fusiles los militares y verán que no nacen bananos, que los cuarteles se conviertan en enormes silos y vendan los tanques para tener más espacio, que el gas lacrimógeno se convierta en insecticidas contra las plagas, que agarren un azadón y ahí, cuando el sol les cale la espalda, cuando el sudor baje por la frente, entenderán lo que es ser campesinos y entonces quizá y solo quizá, entiendan la lucha del pueblo, mientras tanto, no hablen brutadas.

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/3612-los-militares-agricultores-y-el-fruto-del-mal

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