Durante la primera mitad del siglo XX,
Honduras estuvo bajo la influencia de grandes empresas estadounidenses
(como la United Fruit Company), que aprovechándose de las débiles y
corruptas instituciones estatales, consiguieron que el país se
convirtiera en una república “bananera”.Honduras dio sus primeros pasos tutelados hacia la democracia en 1982, año en que entró en vigor la actual Constitución. Hoy en día Honduras enfrenta una gran crisis económica y política debido a una mala gestión de los últimos Gobiernos. El país ha siempre ha enfrentado problemas estructurales como la pobreza y corrupción, y ahora se unen la desigualdad, violencia, narcotráfico y la impunidad. Sin contar que también el orden constitucional ha sufrido sucesivas embestidas que han seguido debilitando la frágil institucionalidad, que ha dado paso para el autoritarismo.
En este escrito me refiero a un futuro sombrío sin ser una persona negativa porque para este año 2020 se presagia más de lo mismo, ya que gran parte del presupuesto se destinarán a Seguridad y Defensa sin que estemos en guerra, tendencia que ha venido desde el 2014 y una reducción presupuestaria en educación y servicios sanitarios que han sufrido recortes perjudicando a los sectores más empobrecidos (la mayoría en nuestro país). Sin contar que también las Fuerzas Armadas “administrarán” 4 mil millones de lempiras para la producción agrícola. Bajo este contexto está muy difícil que logremos un desarrollo económico.
Asimismo, según el FOSDEH el “revivir” el Fondo de Departamental por parte del Poder Legislativo es retroceder en la lucha contra corrupción, además de ser un mecanismo de instrumentalización o de proselitismo político con fines clientelistas. Y como si fuera poco los diputados se han blindado de acciones administrativas y penales derivadas de mal manejo de fondos públicos.
Hace unos días el mismo Gobierno confirmó una recesión económica, es evidente que se ha incrementado el desempleo y la migración irregular, sin embargo el gobierno insiste en seguir implementando su modelo económico. Las condiciones del país han generado incertidumbre en las inversiones, el sector productivo es afectado por la devaluación del lempira y por el alto costo de la energía eléctrica. ¡Es evidente que no se puede tener distintos resultados, si siempre se hace lo mismo!
Es necesario para la oposición comprender las dimensiones de la lucha que estamos enfrentando. El problema no es solamente de carácter nacional, otros interés gravitan en la región. Todos los ciudadanos debemos asumir la responsabilidad de rescatar al país del estado en que se encuentra. Dejando a un lado las ambiciones personales, buscando la unidad y poniendo al frente a Honduras.
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