domingo, 3 de marzo de 2019

Honduras: Qué pasó con Berta?

 
La lucha de Berta Cáceres no era improvisada, era una mujer formada en la lucha social, desde muy jóven. Además de ser hija de una mujer que encerraba grandes cualidades, su defensoría social, participación política y su compromiso comunitario, dio pie para que Autra Berta transmitiera a su hija mucha de esa esencia de luchadora social.Berta Cáceres alcanzó aglutinar su pensamiento en una organización que ha trascendido a otros pueblos indígenas de HONDURAS. 
                     A finales de los 90' Berta y Salvador Zúniga, en aquél entonces su esposo, encabezaron varias protestas hacia la capital, en momentos políticos oscuros, heredados de la violencia, generados desde la doctrina de Seguridad Nacional, en los 80'. Derribar en aquél entonces, la estatua de Cristóbal Colón, era un tremendo grito directo al tímpano, de las élites religiosas, empresariales, militares y de gobierno. 
 
El COPINH estaba en la ciudad, se sentía. Aunque por sus características físicas, parecían ser débiles, sus acciones eran fuertes, bravas, como señores de las montañas, peleando lo suyo. Muy jóvenes aún, Berta y Salvador, tenían más que claro todo lo que buscaban, estaban cansados del olvido al que sometan a su pueblo y articulaban en esas luchas a los otros pueblos, incluyendo al Garífuna. 

Berta era una guerrera, cada vez que hablaba su mensaje era directo, vanguardista, adelantado a su tiempo. Sabía muy bien definir a los opresores, eran radiografías perfectas de la tiranía que ya empezaba a poner ojos en los territorios con más riquezas en el país.Paso a paso, su fuerza y liderazgo fue extendiéndose, para muchos se convirtió en la líderesa que aglutinaba las causas y objetivos de los sectores populares en Honduras. Berta era la voz que denunciaba, la que advertía de los peligros que se originaban en el extractivismo e hidroeléctricas, en los cultivos transgénicos y uso de pesticidas. 

Pero su mensaje no era local, su mensaje era continental, su visión le permitía definir los peligros bajo las amenazas geopoliticas. Berta Sabía de qué hablaba cuando advertía de la intromisión de Estados Unidos en la política nacional, Berta sabía hace más de 20 años, para dónde se encaminaba todo en cuanto a amenazas para los pueblos latinoamericanos. Y en esos últimos años que le tocó enfrentar la criminalización dirigida desde el sistema de justicia en Honduras, Berta dejó bien escrito y grabado en la consciencia colectiva que Honduras estaba siendo entregada a fuerzas y élites externas, señaló a Juan Orlando Hernández de ser el responsable de la persecución y muerte de los líderes sociales y defensores del ambiente. Muchas amenazas llegaron a Berta y no olvidamos las voces de las cúpulas eclesiales y empresariales, tildándola de loca y pecadora, enemiga del "desarrollo". 

Berta era un amenaza para ellos, era el contraste perfecto que no dejan a avanzar las máquinas, era la frustración que se llenaba de impotencia en los puños pintados de dólares de los poderosos. Berta callaba fuerte, como río embravecido arrasando en tempestad, por ello se reunieron, pues ya no podían llevarla a la cárcel. 

Algunos llegaron desde afuera, se sentaron en la casa de uno de los verdugos y diseñaron la trama para acabarla, para dar el toque final a la lucha indígena contra la entrega de los recursos de este pueblo. 

Ellos no podían disparar, pues sus rostros eran los de las revistas sociales, lo hicieron como siempre lo hacen, desde la oscuridad, desde ahí, dieron la orden. Una vez que todo parecía estar bien planeado, llamaron a sus asesinos y dispararon.
Fue un día triste, fue un día gris en la historia de Honduras, un día de llanto e indignación y de muchas caras falsas que llegaron hasta su féretro, tal vez a comprobar que todo se había cumplido. 

Y le inventaron historias, pero no lograr desprestigiar su imagen. Y aunque aún ellos, no van a la cárcel, la historia de Berta seguirá calando en cada región donde se pretende matar a un indígena o donde se busca secuestrar los recursos.

Fuente facebook de Gilda Silvestrucci Rivera,periodista y directora del Programa En La Plaza, transmite en Radio Globo, Honduras de 8 a 9 Am. Lunes a Viernes.

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