domingo, 10 de marzo de 2019

Honduras / El autoproclamado: un cachinflín.


Victor Ramos en Republica Morazanica de Honduras     
                           Llamamos cachinflín, en Honduras, a un petardo al que se le quemó la mecha pero no reventó. Eso es, ahora, el autoproclamado Guaidó, un cohete quemado. Un cachinflín. Un derrotado absolutamente.
La intención de Los Estados Unidos de agredir a Venezuela no es de ahora. Desde que el Presidente Chávez se hace del poder, por la vía de las urnas, el gobierno norteamericano no ha parado en realizar acciones ilegales destinadas a derrocar al gobierno bolivariano. Primero en contra de Chávez –recordemos el golpe de Estado patrocinado por Los Estados Unidos-; Segundo: en contra del Presidente Maduro, al que no le han dado tregua desde que tomó posesión de su primer mandato. Las razones: no quiere Los Estados Unidos rebeldías en su patio trasero sobre el cual reclama jurisdicción mediante la doctrina Monroe (traída al ruedo, sin ningún asomo de vergüenza, recientemente por el gobierno yanqui), y porque para el país del Norte es esencial recuperar, para su usufructo, el control del petróleo y las riquezas en minerales que posee Venezuela.

                      Barack Obama, desesperado por la imposibilidad de torcer el brazo al pueblo bolivariano, proclamó que Venezuela es una amenaza para la seguridad de Los Estados Unidos. La verdad es otra: Los Estados Unidos constituyen una amenaza no solo contra Venezuela sino en contra de todos los países del hemisferio: unos porque han logrado zafarse del dominio y control yanqui, los otros porque son sometidos bajo un sistema de dominación y vasallaje vergonzante.

Donald Trump, el errático presidente norteamericano, no ha tenido el menor empacho para ocultar la razón fundamental del odio a la revolución bolivariana:Venezuela es el país donde deberíamos hacer la guerra. Ellos tienen todo ese petróleo y están en nuestra "puerta trasera". Éstas son las palabras del presidente Donald Trump, en julio del 2017, durante una reunión privada con oficiales de inteligencia. Según el entonces encargado del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Andrew McCabe, un oficial del FBI le informó, justo después de ese encuentro, que todos se sorprendieron cuando el mandatario desvió el tema central de la reunión, que era sobre Rusia, y comenzó a hablar sobre Venezuela. McCabe relató que el mandatario estadounidense insistía en el asunto, diciendo: "No entiendo por qué no estamos considerando a Venezuela. ¿Por qué no estamos en guerra con Venezuela?". El actual asesor de Seguridad Nacional, el halcón de guerra John Bolton, quien fue arquitecto de la guerra en Irak, declaró en la cadena de televisión FOX Business: "Estamos en conversaciones con las principales corporaciones estadounidenses. Estamos buscando el mismo resultado… Habría una gran diferencia para la economía de Estados Unidos si las empresas petroleras estadounidenses pudieran realmente invertir y producir el petróleo en Venezuela". Más claro no canta un gallo.

Fracasados todos los intentos, el pasado 14 de diciembre, en la sede de la OEA, Luis Almagro, Julio Borges, María Corina Machado y Antonio Ledezma, comenzaron la conspiración que llevaría a platearle a Trump la idea de un presidente interino en Venezuela, idea que fue informada por Los Estados Unidos, el 14 de enero a los gobernantes vasallos -Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, Chile y Paraguay- para su cumplimiento. El plan fue inmediatamente respaldado por el senador Rubio y toda la fiambre anticubana y anti venezolana radicada en Miami, Florida, en donde se han escenificado los fraudes electorales que condujeron a la presidencia a Bush y a Trump, fraudes que ponen en entredicho la autenticidad de la democracia gringa.
                     
Pues bien, el plan en el cual el autoproclamado Guaidó, entrenado por los yanquis para guarimbear, haría el papel de auténtico payaso ha fracasado rotundamente. En primer lugar no se autoproclamó en el Seno de la Asamblea Nacional porque hubo miembros de la oposición que no aceptaron el sainete pues, cada quien de los dirigentes de los grupos que forman los enemigos de la Revolución Bolivariana aspiran a ser elegidos para el papel que recayó en Guaidó. El levantamiento popular en apoyo de su autoproclamación tampoco se dio y el autoproclamado y presidente virtual quedó con el rabo entre las patas.

Guaidó, sin embargo, logró el inmediato reconocimiento del gobierno de Trump y de los países que forman del Grupo de Lima, formado, como lo admitió el acusado de corrupto expresidente de Perú, por un grupo de gobernantes que hacen el papel de perros falderos en la alfombra de Trump. También fue reconocido a regañadientes por algunos países de La Unión Europa. En total 47 Estados, que no se acercan a la mitad de los Estados que forman parte de las Naciones Unidas, cuya mayoría han ofrecido respaldo el presidente Maduro Moros.

En una reciente Conferencia de prensa, el vocero de Los Estados Unidos, justificó la postura de Trump con las siguientes palabras: “miles de norteamericanos y más de 50 países apoyan a Guidó” (de paso advirtió a los reporteros que no le llamen autoproclamado). Con estas declaraciones, el gobierno yanqui dejó claro que el autoproclamado únicamente requiere el respaldo de miles de norteamericanos y de una cincuentena de países para considerarlo el auténtico y legítimo gobernante de Venezuela, a pesar de que no ha surgido de ningún proceso electoral y que no tiene ninguna competencia real, ni en el interior de Venezuela ni en las embajadas que fueron tomadas, por la fuerza, por los delegados del autoproclamado en algunos países del Grupo de Lima. En una entrevista con el Canciller español, éste admitió que cualquier problema que se suscitara con Venezuela lo resolverán con Maduro y no con el autoproclamado virtual. Porque Maduro es quien ejerce efectivamente el poder en la República Bolivariana. De esta manera, el autoproclamado no tiene mando efectivo sobre ninguna área de la administración pública venezolana, ni siquiera de la Asamblea Nacional que está en desacato y por tanto carece de legitimidad.

Más luego, Los Estados Unidos idean la aventura de hacer llegar a Venezuela una supuesta ayuda humanitaria, que debe entrar al país bolivariano a como dé lugar. Los aviones yanquis desembarcaron muchas toneladas de la llamada ayuda humanitaria –posteriormente se demostró que eran instrumentos para las guarimbas-. Esta ayuda nunca fue solicitada por Venezuela, país cuyos gobernantes han rechazado que realmente estén en una situación de miseria. El autoproclamado salió clandestinamente del país (eso piensa él porque supongo que la inteligencia venezolana sigue de cerca sus pasos) en un helicóptero que violó el espacio aéreo del territorio venezolano y que le llevó a Cúcuta, en donde le esperaban Pence, Pompeo, Bolton, Abrams, Almagro y los presidentes sumisos de Colombia, Chile y Brasil para presencial el show de la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela, la deserción masiva del ejército bolivariano y el desbordamiento de los venezolanos para que les dieran una bolsa solidaria miserable (similar a la que da, ocasionalmente, Juan Orlando Hernández, en Honduras, a los miserables que son la mayoría de la población del país). Nada de eso ocurrió y los expectantes personeros norteamericanos, de Colombia, Chile y Brasil se llevaron un tremendo chasco. Se les ve con las mandíbulas desencajadas en una fotografía que circuló en las redes. El autoproclamado fue nuevamente derrotado y en la reunión del Grupo de Lima, que ocurre durante el día siguiente en Bogotá, el autoproclamado recibió una dura reprimenda de parte del Vicepresidente Pence. Casi simultáneamente, el presidente Bolsonaro enfrentó la negativa de parte de los militares brasileños para hacer entrar la ayuda humanitaria a Venezuela mediante la fuerza

A pocos días de este sainete, el Alcalde de Cúcuta eleva ruegos para que se habrá la frontera con Venezuela porque los negocios de su ciudad ha caído en sus ventas en un 100% y el suministro de gasolina está en crisis. No está lejano el día en que los miserables de Cúcuta asalten los almacenes de ayuda disque humanitaria que USA tiene destinados para Venezuela.

Al autoproclamado, entonces, completamente derrotado en su papel de payaso, le ordenan hacer una gira por varios países latinoamericanos en donde es recibido con honres de presidente. Fue a Ecuador.
Ahí, el traidor Moreno, que enfrenta un impechment, desfiló junto al autoproclamado, acompañado de una raquítica aglomeración de ecuatorianos; en Chile no se atrevió a salir a enfrentarse con los chilenos que le repudiaron y en Brasil fue recibido por Bolsonaro con la oposición de los militares que no quieren ningún conflicto militar con Venezuela.   Durante esta gira, el autoproclamado no estuvo solo, pues los norteamericanos, por cualquier eventualidad en la que el autoproclamado aflojara inconvenientemente la lengua, le hicieron acompañar de la Subsecretaria de Estado para América Latina, quien se encargó de que el autoproclamado cumpliera, a pie juntillas, el libreto de ventrílocuo preparado.

Nuevamente derrotado, el autoproclamado recibe la orden de regresar a Venezuela, en donde los halcones norteamericanos y sus corifeos del Grupo de Lima esperan con ansiedad que sea detenido cuando llegue al Aeropuerto de Maiquetía para iniciar de inmediato la invasión militar. El autoproclamado tuvo que pasar la vergüenza de tener que cumplir con todos los trámites de migración, asunto que le dejó en paños menores, porque ningún presidente del mundo, que llega otro país o al suyo propio, se ve sometido a trámites migratorios.
Unas pocas decenas le esperaban a su salida del aeropuerto, de donde salió acompañado de algunos diplomáticos, entre ellos el de Los Estados Unidos y el de Alemania, éste fue expulsado de Venezuela por entrometerse en los asuntos que no le competen. Posteriormente fue a su casa como cualquier vecino sin que ninguna masa significativa saliera a consolidar su autoproclamación y a respaldar su mandato virtual.

El mismo Abrams, atrapado en una broma por unos cómicos rusos, aceptó que no están en condiciones de invadir Venezuela y que lo que hacen es alharaca para asustar a los militares patriotas venezolanos. Cosa que no han logrado, ni lograrán, porque los militares bolivarianos están hechos un solo bloque en defensa de la soberanía del territorio venezolano y de la independencia que heredaron el Libertador Bolívar.

Ahora, el autoproclamado se ha visto implicado en el sabotaje al sistema eléctrico de Venezuela, y ha celebrado que el apagón pudiera llevar a mayores dificultades económicas a los venezolanos.

Más debilitado que nunca, el autoproclamado ahora aspira a que los empleados públicos dejen sus oficinas y acudan a darle el definitivo respaldo. Eso no ocurrió y el autoproclamado recibió, este sábado, el bofetón que le dieron las masas venezolanas que son parte de un país liberado y rescatado por Chávez y que ha jurado nunca más volver a ser esclavo ni colonia de nadie.

El último cartucho que queda a los norteamericanos, habría que ver si los países del Grupo de Lima se embarcan en esta aventura, es el asesinato del autoproclamado para culpar al gobierno de Maduro y, de esa manera, justificar la agresión militar. Pero no olvidemos lo que advirtió Rodríguez Zapatero, ex presidente de España: Venezuela está lista para repeler cualquier agresión militar. No lo duden. Y ahora Rusia y China han advertido que no tolerarán ninguna invasión militar al país de Bolívar.

Pobre autoproclamado, el virtual. Ahora es solo una posible víctima propiciatoria. Un payaso que no pudo llevar a la escena el guion de su farsa. Un fracasado, que muy pronto pasará al olvido total. Porque el autoproclamado, ahora, es un cohete quemado, un auténtico cachinflín. Tegucigalpa, 9 de marzo de 2019.

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