lunes, 19 de noviembre de 2018

Una llamada telefónica que desnuda el dolor de los migrantes de Honduras

Por: Redacción CRITERIO 
Noviembre 19,2018 / redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-Mientras los medios de comunicación han informado sobre protestas de habitantes de Tijuana, México, en contra de los migrantes hondureños, y centroamericanos en general que van en caravana buscando cruzar la frontera estadounidense, hay otras historias de dolor que se quedan en el silencio.

Aunque el pueblo mexicano ha respondido de manera solidaria, hay unos pocos que desde la frontera y en el largo camino, están tratando muy mal a los migrantes, haciendo eco de un discurso xenófobo parecido al de Donald Trump.

CRITERIO comparte con sus lectores una conversación telefónica que una persona migrante sostuvo con una empleada del área de Movilidad Humana del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh) para contarle lo que está viviendo en su travesía.

Noticia Relacionada: No es una caravana, es un dolor que camina

Llamada entrante…
Migrante: -¡Hola!
Empleada de Ciprodeh (EC): -¡Hola! ¿Cómo está?
Migrante: -Bien, pero algo deprimido…
EC: -¿Qué sucede? ¿Se siente mal de salud?
Migrante: -No, lo que pasa es que esto es muy difícil… no me imaginé recibir tanto odio por parte de los mexicanos.
EC: -¿Le han hecho daño?
Migrante: -No, pero nos insultan, cuando salimos tenemos que caminar hasta por 3 horas, porque los de transporte público no le quieren subir, (silencio…) o nos cobran 100 pesos mexicanos y el doble que a los demás.

EC:-¡Lo lamento! (Pausa) Me da tanta tristeza escuchar eso, me duelen. (Silencio)
Migrante:-El otro día mi hija se enfermó de conjuntivitis, quise llevarla a una clínica pública, y no quisieron atendernos; me dijeron que estaba lleno… (Sollozos) pero yo solo vi como a 8 personas, luego me dijeron que no había medicamentos, que solo para la gente de allí. Se nota que a los enfermeros les dan órdenes de que no nos atiendan.
 EC: -¡Discúlpeme! (Lágrimas saliendo), ustedes no deberían estar pasando por esto, es una pena y se me hace difícil encontrar las palabras para decirle que todo va estar bien.
Migrante: -Si, yo quisiera poder regresar a mi país, pero no puedo, si yo regreso; me matan. Yo allá tenía mi casa, mi carrito, y aquí no tengo nada. Yo no me vine porque quise, ellos no entienden eso. 

Nosotros mejor ni salimos del albergue, porque hasta en la pulpería me niegan las cosas y me dicen “a nada vienen acá”, “ ¡lárgate, no te quiero aquí!”, “¡No tienes derecho de estar en mi país!”, “¡tus problemas no me interesan!”.
– (Silencio y lágrimas)
EC:(silencio y lágrimas)
Migrante:-Las autoridades nos han ayudado mucho, al igual que el ACNUR, pero la población nos tratan como perros. Ni siquiera a los niños tratan disimulados. A mi hija tengo que curarla con agua tibia y sal, una compatriota me dio acetaminofén, entre nosotros tratamos de cuidarnos, porque afuera no nos quieren.
EC: -(Suspiro) realmente espero que pronto acabe esa situación y puedan lograr una estabilidad, que su familia encuentre paz, se lo merecen.

 Migrante: – Agradezco sus palabras, seguimos en comunicación. Espero que mejores esto, sino, no sé qué voy hacer, me preocupa mi familia.
EC: -Hay que tener fe, desde Honduras le damos fuerza. ¿Me autoriza para poder compartir su testimonio de cómo es su experiencia allá? Obviamente sin revelar su identidad.
Migrante: -Si, tal vez así la gente deja de vernos como que fuéramos ladrones y delincuentes.
EC:-Seguiremos en contacto, le mando mucha fuerza y un abrazo Catracho gigante.
Migrante: – Vaya pues, muchas gracias por escucharnos.
(Sonido de colgado)
17/11/2018 llamada de Chiapas, México a Tegucigalpa Honduras.

https://criterio.hn/2018/11/19/una-llamada-telefonica-que-desnuda-el-dolor-de-los-migrantes-de-honduras/

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