lunes, 1 de octubre de 2018

Honduras: LOS LIBERALES EN SU CUERDA FLOJA DEL SALTIMBANQUI

 Octubre 01,2018
 Por Galel Cárdenas

  Si hay alguien que desde el pensamiento crítico de la izquierda comprometida con la refundación pasa escribiendo artículos analizando esta corriente liberal política es Alex Palencia, que identifica a los dos partidos tradicionales como un solo vertedero de conservadurismo y reacción antidemocrática.
Resulta que el bipartidismo por fin asumió el rostro que escondía en sus tiempos de liberalismo social, en aquella época de reformismos tantos liberales como cachurecos, de la época de los regímenes militares dizque allegados a las causas del pueblo.

               Poseía el liberalismo una careta de reformadores comprometidos con el destino de la hondureñidad. Sin embargo, ya sabemos que los reformismos lo que esconden es la explotación verdadera, deja intacto el sistema de apropiación de la fuerza de trabajo de los ciudadanos para enriquecer los bolsillos particulares de las grandes empresas capitalistas.
El reformismo del cual se vanaglorian muchos,  realmente lo que ocultó fue el eje esencial del sistema. Claro que en algunas ocasiones el reformismo logró que el estado se modernizara adjudicándoles a los ciudadanos algunos canales de satisfacción que les permitieran alcanzar calidades de vida distinta a la tradición  conservadora completamente explotadora y salvaje, sin llegar a liberarlos.
Eso es precisamente lo que aconteció con las disposiciones  del estado que dirigían el gobierno de Ramón Villeda Morales y Modesto Rodas Alvarado, este último responsable creador de todos los beneficios de aquel Estado Liberal que le daba vuelta a la tortilla al régimen dictatorial de Carías-Gálvez-Lozano.
Vistas de este modo las cosas, los golpes de estado del 63 hasta la fecha,  constituyeron realmente la embestida de la oligarquía con su manu militari a las supuestas canonjías que aquellos liberales reformistas habían concedido a la masa trabajadora.
La oligarquía hondureña ha sido realmente una élite conservadora anticomunista y sangrienta. El golpe de Estado contra Modesto Rodas Alvarado, virtual presidente para  el siguiente período presidencial, fue defenestrado por su propuesta de reforma agraria contra las bananeras y el latifundio gamonal de la época. José Manuel Zelaya Rosales, fue destronado de su magistratura por los mismos motivos políticos oligárquicos y norteamericanos.  
Para ello,  el golpe a las transnacionales petroleras con la fórmula melista de los derivados correspondientes,  fueron motivos específicos de los fascistas partidos tradicionales bipartidistas para asestar un golpe de Estado militar sangriento cuyas cadenas represivas siguen vigentes hasta el sol de hoy.
Así, el poder fáctico incentivado por el imperio desde 1963 hasta este momento, fue construido mediante los pactos de unidad de los partidos tradicionales, liberal y nacional, y sus diálogos políticos de repartición de mecanismos reproductores enmascarados de sus ascensos al poder.
Tutelada la oligarquía nacional por el imperio, la embajada norteamericana, el Departamento de Estado y la CIA, después de aquel golpe del año 63 del siglo pasado, se dedicaron  a formar un gobierno bipartidista con una democracia representativa que duró exactamente 30 años, hasta que la historia llevó a un nuevo líder nacido de las entrañas del partidismo tradicional, y que no fue detectado a tiempo por todas aquellas instituciones imperiales, debido a su origen terrateniente, y quien usando los propios instrumentos oligárquicos ascendió al poder no sin algunas dificultades electorales,
Las medidas gubernamentales del nuevo inquilino presidencial, pusieron a la oligarquía anticomunista, fascista y neoliberal, en un Estado de histeria colectiva, tanto que promovieron a todo trance el golpe militar y el magnicidio, mismo este último que no se llevó a cabo por razones hasta ahora desconocidas.
Así que instalaron a Micheletti-Lobo Sosa y Hernández Alvarado en la silla de la más alta magistratura gubernativa del país, en su dimensión dictatorial que pretenden, bi partidariamente,  sostenerlo al menos 50 años, siguiendo las directrices imperiales correspondientes al modelo argentino-chileno y paraguayo.  
Esta matriz es la que alimenta al Partido Liberal, es una matriz de una oligarquía mediática y fáctica presidida por Carlos Flores, a quien el pueblo le denomina Cabro Negro.  Carlos Flores montó una poderosa maquinaria mediática de tan grandes dimensiones que hoy, junto con Canahuati, poseen compañías televisoras y radiales a su antojo y medida.
Después de haber ejercido el poder de manera gris y destemplada, se dedicó a adueñarse del Partido Liberal, y a promover a su hija en cargos populares y por último, le inventó un exilio dorado en las Naciones Unidas donde fue derrotada categóricamente por  los gobiernos Latinoamericanos en su malhadada ambición de dirigir la Asamblea General de este organismo pluri-nacional, debido a sus nexos íntimos con la dictadura orlandista, sangrienta y vende patria.  
El pacto bipartidista tiene al menos unos 55 años desde cuando, mediante un golpe de Estado ascendió al poder Oswaldo López Arellano, coronel de la época que fue educado en las Escuela de las Américas, en ese tiempo con residencia en Panamá.  
La matriz anticomunista, neoliberal y fascista es la misma de los militares, de los oligarcas y de las dirigencias bi partidarias. Todos ellos pro imperialistas, antipatriotas, asesinos, genocidas.
La cuerda floja de los liberales más bien consiste en su falta de pragmatismo dictatorial, pues, siempre han dejado que su rival de color azul, les gane la partida desde 1963, parte-aguas de la dictadura de los partidos tradicionales.
Así, la bisagra Roberto Micheletti con un orgullo ridículo le entregó el poder al cachureco, regenado comunista,  Porfirio Lobo Sosa, quien llegó a la presidencia por un fraude electoral inventado por la embajada norteamericana, quien desde ese momento se ha dedicado a supervisar que sus alumnos dictadores hagan bien los mandados relacionados con la manipulación informática de las urnas electorales.
Y el Partido Liberal que fue la mayoría electoral durante mucho tiempo, fue desplazado de su membresía, tal vez no por los votos nacionalistas minoritarios en la realidad, si no por el descontento de las masas eternamente colochas, al contribuir directamente en favor del Golpe de Estado de su propio militante liberal presidente  Manuel Zelaya Rosales.
Y así han ido de mal en peor, llevando a las candidaturas de su Partido de marras, a personajes más desteñidos que una camisa de futbolista de barrio, y en las urnas lo único que han obtenido es el rechazo de su propia membresía.
Luis Orlando Zelaya, anticomunista académico, de la Universidad Centroamericana, fundada para preparar cuadros universitarios administradores del empresariado nacional, le fue concedida la estafeta de la carrera presidencial y los resultados fueron desastrosos.
Ahora se debate entre darle la espalda a la dictadura de Juan Orlando Hernández , combatir a Mel Zelaya y su izquierdismo  galopante, y unirse con otro aut sider, Salvador Nasrralla, otro renegado actual de la alianza contra la dictadura,   quien de primas a primeras le ganará la partida en los primeros cien metros del maratón eleccionario.
Así que, el Partido Liberal dizque permitiendo la gobernabilidad fue haciendo migas secretas con la dictadura para permitirle que se asentara JOH en su silla de oro corrupto y narco gobernante.
Y entonces Luis Zelaya, como un saltimbanqui se mece en la cuerda para la derecha, para la izquierda, para el centro,  hasta que la misma se detenga y deba  bajarse no por decisión propia, sino porque el tsunami de la verdadera membresía lo echará del poder abstracto que posee.
Los liberales  son ahora los niños de mamadera que están pegados a la ubre de la dictadura para obtener los dividendos burocráticos de poca monta.
La historia ya lo va arrastrando hacia el foso  que ellos mismos construyeron boca abajo con picas anticomunistas.
El pueblo les dará la lección que se merecen.
Fuente: "fian-honduras@googlegroups.com" 

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