martes, 24 de julio de 2018

Honduras: DEL PINÁCULO ELECTORAL A LA DILUÍDA IMAGEN POLÍTICA

Julio 23,2018 / Galel Cárdenas
Con gran esperanza política Libre condujo la organización de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, incorporando la personalidad de Salvador Nasralla con el propósito de derrotar a Juan Orlando Hernández, el dictador malevo de Honduras.
Libre, su dirigencia y su militancia acogieron aunque con reservas justificadas, aquella propuesta audaz de elevar a calidad de candidato presidencial de una coalición política, sin merecer tan extraordinaria oportunidad política, pues en el decurso del tiempo pasado, Salvador Nasralla había declarado su fuerte antipatía contra el Partido Libre.

                      Era el outsider que sacado de la manga de la camisa estratégica se ponía al frente de la coalición política opositora, con el fin de presentar a la población hondureña, en su mayoría dominada por los estragos propagandísticos del poder mediático, un candidato light capaz de derrotar al gran dictador JOH.

Y de inmediato todos los integrantes de la oposición y el partido LIBRE empezaron a vender la imagen de anticorrupción que ya había manejado Salvador Nasralla con su partido PAC en las recientes elecciones del año 2013.

Fue una gesta electoral opositora contra toda la corriente aplastante de la dictadura, sus aliados partidos políticos liliputienses creados para el efecto necesario y su gran compinche Partido Liberal que puso al frente otro outsider sin carisma ni valentía programática ante un electorado que fue bombardeado por el aparato mediático pagado por el dictador con millonarias cantidades de dinero saqueado de las mismas arcas nacionales con el cinismo tradicional de los ministros y activistas nacionalistas especializados en el drenaje del erario público.

El propio líder indiscutible de LIBRE lo fue presentando de departamento en departamento, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, levantándole la mano en señal de su bautismo y preferencia eleccionaria correspondiente.

Y aquel viejo director de programas deportivos inserto en una de las cadenas de televisión más poderosa del país, casi fue arrancado de su matriz mediática deportiva para ser lanzado al ruedo político como un candidato presidencial de gran factura de honestidad, decencia y rectitud en medio de unas de la crisis política de mayor impacto que haya sufrido la nación, devenida de un Golpe de Estado cruento, represivo y fascista que haya ascendido al poder político con tanta rabia y rencor anticomunista.

Y el Partido LIBRE se volcó de manera entusiasta al apoyo incondicional de un candidato que no representaba su espíritu de combate ideológico contra el sistema encabezado por el dictador asesino y más corrupto que haya parido la nación hondureña.

Pero fue tanta la fuerza que desarrolló el partido LIBRE que logró el objetivo de derrotar a JOH en las urnas, pero, la embajada norteamericana ya tenía sus máquinas informáticas manipuladas para que en cualquier caso de derrota sustancial de JOH pudieran quitar o poner, sumar o restar, los votos de la hondureñidad honesta del país.

La injerencia norteamericana descarada dio finalmente su veredicto, JOH era el presidente re electo de manera ilegal y con un fraude del tamaño del cinismo inconmensurable del imperio.

El fraude provocó entonces una batalla campal contra las fuerzas represivas del Estado, en todo el país. Tiempo después aquella lucha desigual fue apagada por las propias decisiones del candidato presidencial ganador, el ingeniero Salvador Nasralla que dio un paso al costado para desligarse del Partido que lo hizo vencer la dictadura con los votos dignos de la población hondureña.

Y así en un acto desleal de su personalidad controvertida, un día manifestó que se separaba del Partido LIBRE que puso muertos, heridos y presos por haber luchado a brazo partido, entregando vidas, corazón e ideales, a su favor.

Entonces con su Estado Mayor de asesores expuso que entraría al diálogo con la dictadura, que crearía un nuevo Partido y hasta expresó que el Departamento de Estado le había comunicado que la presencia de Mel Zelaya a su lado, era un lastre del cual debería de deshacerse.

Y emprendió su carrera de manera solitaria, haciendo declaraciones a veces atingentes y en otras desacertadas y hasta ridículas, y se entregó en los brazos del diálogo dictatorial con un Partido Liberal torpe y desechado por los votos populares, que ha acompañado a su par del bipartidismo en la estructuración y consolidación de la dictadura nacionalista.

Y ahora es un trompo que baila sobre su propio eje ya olvidado por el pueblo que lo llevó al pináculo de la victoria electoral sin precedentes, triunfo que se negó a defender con la hidalguía que correspondía, mientras el dictador legitimado por el vencedor de las elecciones mueve sus hilos bajo la protección imperial que lo auxilia poniéndole a la orden personajes siniestros como el Secretario General de la OEA y negociadores de la ONU que traen máscaras domingueras para validar al régimen más corrupto de toda la historia hondureña y latinoamericana.

Hoy Salvador Nasralla y su grupo asesor lanzan voces desperdigadas que van hacia ninguna parte, ya apartados de la credibilidad de un pueblo que se ha propuesto derrotar la dictadura en las calles, o en otros campos posibles, en cuanto el momento propicio llegue insospechadamente.

 Tomado de  FIAN-Honduras

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