Por: Carlos Zelaya Herrera
Febrero 16,2018 / redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa.-La
carta de renuncia del abogado Juan Jiménez Mayor como Vocero Oficial de
la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras,
(MACCIH), es en sí misma una denuncia clara acerca de la inmoralidad y
colusión política a escala nunca vista entre el régimen instaurado en
Honduras con la Organización de Estados Americanos, (OEA) y su
Secretario General.
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Pero
de manera particular de JOH con Luis Almagro, cuya función al frente
del organismo regional ha sido torpedear constantemente a la MACCIH
manteniéndola semi asfixiada y permitiendo con omisa actitud que la
dictadura nacionalista actúe a sus anchas y gusto.
Para
esto un par de detalles nada más. El Legislativo jamás ha mostrado
interés político para derogar la Ley de Secretos de Instituciones del
Estado y sí emitió otra normativa para detener el combate de la
corrupción en el caso del Pacto de Impunidad, con las que bloquea las
acciones judiciales contra 140 diputados, incluidos Mauricio Oliva, su
reelecto presidente.
Almagro
por su parte, concentró la gestión de varios millones de dólares
donados por países de Europa; nombró a un funcionario que la ciudadanía
hondureña pidió su salida de la Misión, con un salario de 10 mil dólares
al mes a partir de julio del 2018.
Ha
guardado silencio ante las imprecaciones de injerencia, o a revisar el
acuerdo OEA/Honduras acerca de la MACCIH y no pesquisar las andaduras de
más de ocho años de regímenes fraudulentos y corruptos.
Almagro
es el rostro político a nivel internacional de este desastre civil en
el que cada día se hunde Honduras. Almagro fue quien designó
personalmente al ex presidente de Guatemala y ahora presidiario Álvaro
Colom, para que a la medida exacta de lo que quiere JOH mediara en “el
diálogo” con el que busca coronar su perpetuidad en el poder.
A
nivel del área, para Almagro, la OEA y los obscuros designios de
Estados Unidos en nuestro país, el que se consolide la dictadura de JOH
responde a sus intereses geopolíticos en la región, nunca les ha
interesado Honduras por cuestiones de equidad e igualdad humana.
Esa
percepción no es antojadiza, existen tantas luces en la historia. La
más inmediata, Venezuela, para el caso, no es lo mismo que Honduras,
detestables comparaciones porque sabemos que el mundo es al revés.
Sin
embargo, esta pantomima para que la “cosa del fraude” se vaya
prolongando indefinidamente y nos desgaste en tomas y en la persecución
selectiva disfrazada de “operativos contra narcomenudeo, maras y
estructuras criminales, es tal cual al “fraude más transparente” en la
historia de nuestro atormentado país.
Leí
la misiva de dimisión de JJ Mayor a vuelo de pájaro y solo esa breve
vista deja la desagradable imagen de su desahucio injusto y prematuro.
Este hombre de leyes fue quien puso en prisión al ex presidente de Perú,
Alberto Fujimori y a otros de sus antiguos funcionarios de sus dos
gobiernos, como Vladimir Montesinos, el delfín de su mandato.
No
conozco en persona al abogado JJ Mayor, pero discierno en sus
expresiones de despedida a una persona noble; un profesional de alto
valor y dignidad, comprometido con valores y principios éticos, morales y
de gran comprensión humana.
Aletargado
por estar en un país extraño en condiciones en que los flagelos que nos
afectan, están bien enraizados en la clase política tradicional, la
ignorancia y la deformación de los medios locales lo tienen aún postrado
en los vicios y la subcultura que la corrupción e impunidad generan en
cualquier sociedad.
No
lo defiendo a JJ Mayor y mucho menos a la MACCIH, pero al analizar su
carta se hace evidente que fue incomprendido y limitado en su capacidad
de decidir tanto en el manejo de recursos financieros como el que no
haya podido acceder a la confianza de gran parte del pueblo.
Sin
duda que su relación con Almagro y la OEA tuvieron un gran costo en su
credibilidad personal y en poder transmitir su planteamiento con la
patria nueva, limpia, accesible, decente, abierta y justa por la que
lucha su gran pueblo bajo la imagen y coyuntura de resistente, Libre,
indignado, de otros partidos y Aliancista a final de cuentas.
Pero
es necesario y es un acto de justicia decirlo, la renuncia de JJ Mayor
resulta en un agravio para los hondureños, que ve hoy como más que nunca
de la corrupción e impunidad se entroniza y colude en todas las
entrañas del Estado, cree que se salió con la suya para el sentido de
país como isla de corrupción e impunidad como pretenden perpetuar.
Duele
e indigna sobremanera enterarse como se desangra y reprime en Honduras y
que la traición a la labor de la MACCIH vino desde el interior de la
mismísima OEA, de la mano de Luis Almagro, su secretario general, una
bofetada en el rostro masacrado.
Lo
descrito por JJ Mayor desnuda la descarada complicidad de Almagro con
el régimen de Juan Hernández Alvarado; mutilación del limitado marco de
propósitos y capacidad de despliegue. Inseguridad por falta de toma de
medidas de Almagro en su condición de responsable político y
administrativo de la MACCIH.
Además
de las malas condiciones de los agentes de policía asignados a la
misión en la capital de la república, uno de ellos fue asesinado en un
raro incidente que nunca fue resuelto por el gobierno, son algunas de
las condiciones de riesgo personal que siempre enfrentaron los señores
de la MACCIH.
La
actuación de Almagro en el caso de la MACCIH implica responsabilidad
política ante los países miembros de la OEA, una cronología de su
renuncia de la vocería oficial pone, en evidencia su traición desde la
cabeza de la OEA ya que parece empecinado en acabar completamente con su
ya cuestionada credibilidad en el continente.
Además,
las alusiones de JJ Mayor a la lucha contra la corrupción que contra
toda adversidad comenzaba a florecer, ponen en evidencia la ambivalencia
moral, el desprestigio personal y el torpedeo descarado de Almagro y
del régimen de JOH contra la MACCIH.
Sugiero
consideren la carta de renuncia de JJ Mayor como un acto de denuncia de
la complicidad política con la corrupción e impunidad en Honduras, que
traerá fuertes repercusiones en el plano internacional ante el mal uso
de los recursos donados por Europa para el funcionamiento de la MACCIH,
además, del seguro nuevo desprestigio del dictador y su imposición hecha
gobierno.
En
su adiós, lo único que pidió JJ Mayor al pueblo hondureño, es que
retome la lucha en las calles contra la corrupción y en hacer de su
salida una oportunidad más para exigir algo mejor y a la vez, a no
esperar mucho de la estructura de corrupción local e internacional que
diezma a la patria y ahoga a nuestro pueblo.
¡Más oscura la noche, más cerca el amanecer…!
https://criterio.hn/2018/02/16/proyecto-maccih-la-renuncia-evidencia-la-complicidad-almagro-joh/
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