Los actores involucrados directamente en esta situación van cambiando sus planteamientos de acuerdo al estado de la correlación de fuerzas. Si en un principio fue el PN quien estaba más a la defensiva, silencioso y con bajo perfil ahora está más agresivo y recuperando el espacio mediático que había perdido. Era La ciudadanía quien había asumido el protagonismo (y lo sigue teniendo) puesto que en todo el país hay una negativa para la aceptación de los datos proporcionados por el Tribunal Superior Electoral.
Si David Matamoros Batson, el títere y portavoz de JOH, fue en un primer momento el epicentro de la escena política en un segundo momento ha sido relevado por las agencias internacionales. Ha sufrido un gran desgaste, no tiene ni reconocimiento, ni credibilidad alguna; ha perdido confiabilidad y está sumido en la sospecha. Sus silencios y sus declaraciones oficiales han ido a la par con las caídas del sistema. Los vacíos, lagunas, subidas y bajadas de porcentajes de los candidatos electorales han sido misteriosas vienen marcados por la desconfianza, el rechazo y la no aceptación. Y como dice la oposición ha cometido un “delito electoral”.
Las agencias internacionales han pasado de una presencia silenciosa y sin participación a un protagonismo de mediación que en estos momentos hace dialogar tanto a los contendientes como a la opinión pública. Sus propuestas son objeto de aceptación y de rechazo tanto por los actores políticos como por los diferentes sectores sociales y los grupos de poder. Los medios periodísticos se unen a esta contienda con una inclinación explícita favorable hacia JOH; magnifican al PN y silencian las propuestas de la Alianza Opositora y las declaraciones del Luis Zelaya que ha asumido posturas distintas y distantes a lo que es el “bipartidismo tradicional” coincidiendo plenamente con la denuncia de fraude generalizada.
El PL está en crisis puesto que las “viejas dirigencias”, que dialogan y mueven los hilos entre bambalinas, han iniciado un proceso de descalificación hacia el Luis Zelaya y buscan su destitución. Olvidan que ellos mismos fueron el motivo por el cual el partido de gobierno se desmarcó de ellos desde el 2009 iniciando un proyecto socio-político de características totalitarias a todos los niveles.
La “empresa privada” hace recaer sobre la Alianza Opositora el desorden, los saqueos y las pérdidas económicas que ha sufrido el país en estos días. Por ello asumen y presionan para que la propuesta de la OEA se aceptada y se revisen únicamente un número reducido de actas y que salga lo antes posible el candidato ganador. En el fondo defienden que la economía y el comercio deben estar por encima y supeditar al mundo político considerándose como los “únicos salvadores” de caos social reinante.
JOH ha salido de la penumbra y el silencio: “ya no más jugarretas”, “no me parece justo seguir jugando con el pueblo hondureño”, “no secuestren este proceso electoral”. Se siente más fuerte una vez que ha reprimido y controlado la revuelta policial y de los cobras; y capitaliza el cansancio que se va produciendo poco a poco en toda la sociedad por no llegar a un final rápido e inmediato. Al mismo tiempo trata de contrarrestar a la oposición con marchas nacionalistas y asegurando tener a su lado las “fuerzas oscuras” que demonizan a la oposición y le presentan a él como el “único ganador y salvador” de la nación.
Como se puede ver seguimos a la expectativa de los diálogos y pláticas, esperando que estas pláticas, propuestas y contrapropuestas (a pesar de la presión nacional, internacional y mediática) no se dejen envolver por el oficialismo y la institucionalidad gobernante cuyo desenlace ya conocemos.
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Viernes, 08 Diciembre 2017
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