viernes, 15 de septiembre de 2017

Represión, gas y venta de piernas en desfile hondureño

Honduras ha celebrado hoy 196 años de Independencia; esto tiene que ver con padres de la Patria como Francisco Morazán que ofrendó su vida para que la población fuera libre, soberana e independiente. Hoy es una “vitrina de piernas” y exaltación de la figura presidencial, que será elevado por los medios tradicionales de comunicación. Muy distante del ideal morazánico.
 Redacción Central / EL LIBERTADOR Publicado: 15 Septiembre 2017

                    Tegucigalpa. La sociedad hondureña está dividida. Los puntos de vista acerca de la realidad nacional se distanciaron aún más, sobre todo, desde el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. A partir de ahí, el día de la Independencia de Honduras, es signo de polarización social, el 15 de Septiembre, se realizan dos eventos de manera simultánea, el que convoca el gobierno exalta la “independencia” a través de palillonas y sus vestidos cortos que bailan al son de tambores con ritmo del reguetón. El presidente se sienta en el “Nacional” a que le rinda el saludo la armada y los estudiantes y las sensuales palillonas.

En tanto, el otro grupo, ciudadanos, también multitudinario, no celebra independencia, protesta en contra de la injusticia social que tiene sumido al país en la miseria, ignorancia y desigualdad. Suele ser reprimido, el gas lacrimógeno –abundantemente— cae del cielo como maná y los cuerpos de seguridad vigilan atentos el recorrido que, como hoy, fue disperso por agentes antimotines sin que hubiera motines. Niños y adultos terminaron intoxicados, también la futura madre y esposa del candidato presidencial opositor, Iroska Elvir.

Ambas manifestaciones fueron convocadas desde muy temprano, los desfiles oficiales se realizaron como todos los años en el estadio Nacional Tiburcio Carias Andino, en honor al dictador nacionalista que se quedó 16 años en la presidencia; mientras la manifestación de oposición fue invitada al final del bulevar Morazán, oriente de la capital, para concluir con una serie de discursos en el corazón de Tegucigalpa, la Plaza Morazán.

Ambos eventos se desarrollaban con normalidad.- En el Nacional, las muchachas levantaban sus bastones y faldas cortas a los ritmos de las “bandas marciales” y el orgullo era la caída perfecta de la primer mujer militar paracaidista, muchos afectados por las altas temperaturas se desmayaron y fueron atendidos por la Cruz Roja; la manifestación pacífica, a unos kilómetros de ahí, en otro lado de la ciudad, gritaban consignas, viejos amigos se encontraban, los jóvenes llenaron de color las calles manchadas de pancartas políticas, saltaron, rieron, mostrando carteles “¡Queremos elecciones limpias!”, “¡No a la Reelección!”, “¡Fuera Joh!”. Éstos, fueron reprimidos, no les duró mucho la fiesta patria.

En la antigua Roma, cuando había celebraciones los regimientos se cuadraban frente al César, que estaba ubicado en el balcón más elevado del palco, todos desfilaban y se inclinaban antes el representante de Dios en la tierra. En los desfiles oficiales, los militares y todas sus unidades, así como toda la juventud del país agrupada en los colegios de educación pública del país, hacen una referencia frente al presidente de la República, Juan Orlando Hernández, familia y cercanos, ubicados en una cómoda y segura tarima, ubicada en una altura superior, habitualmente, llena de arreglos florales y regio cuerpo de guardaespaldas.

Aproximadamente a las 10:30 de la mañana de este día, la manifestación social caminaba la mitad de su trayecto, hombro con hombro, estudiantes, mujeres, niños, jóvenes, líderes sindicales, magisteriales y políticos; cuando un contingente de militares y policías –esperaba—, y comenzó la agresión. El ambiente se inundó de gas lacrimógeno, afectando a los marchistas, sin mediar palabra las fuerzas del orden, disolvieron la protesta, con gas, golpes y violencia. Es primera vez que ocurre en Tegucigalpa, cualquier día, pero nunca hubo represión el 15 de septiembre.

La cantidad de afectados se desconoce, sin embargo, la candidata a diputada Iroska Elvir, fue atendida de emergencia debido a su estado de embarazó, así como el candidato a diputado por el partido Libertad y Refundación, Pedro Joaquín Amador, tuvo que ser trasladado de emergencia al Hospital Escuela Universitario (HEU), donde lo asistió la Unidad de Terapia Respiratoria, ya que presentaba dificultades respiratorias por el gas lacrimógeno inhalado.

En el otro lado, las palillonas siguieron bailando al redoble de los tambores, los militares inclinándose, los paracaídas volando, los niños desmayándose por el calor, el lumpen gritando de frenesí por la actividad cívica, mientras la clase política, junto a sus hijos observaban desde la plataforma superior. La protesta popular a pesar de la represión policial militar, llegó al final, a la Plaza Morazán.

Ya avanzada la tarde, entró el último colegio a saludar al presidente. La prensa tradicional anunciaba: “Vota por la palillona más bonita de este 2017 en Honduras ¡Participa! Luego de un silencio, las aves volaron asustadas del Cerro Juana Lainez y barrios próximos, los cañones retumbaron en la capital, igual que hace siglos cuando las guerras civiles entre liberales y nacionalistas luchaban por el poder que al final ha sido de ambos, hasta hoy. Pronto habrá cadena nacional, el presidente dirigirá su mensaje patrio al pueblo, en la lejanía suena el lúgubre tañido de una campana de iglesia como si de nuevo el “Padre Trino” celebrara el asesinato de Morazán y, de fondo, en el anuncio de la cadena nacional, una trillada canción pueblerina, se oye.
Vea la galería de imágenes aquí: Represión 15 de Septiembre 

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