Todas las fuerzas políticas se encuentran metidas de lleno en “su propia campaña electoral” utilizando los medios a su alcance para llegar en noviembre lo mejor preparado posible para el día esperado por todos los concurrentes a la toma del poder. No es ninguna novedad que la “maquinaria nacionalista” es la que desde hace tiempo tiene todo amarrado y cuenta con mejores oportunidades para realizar su campaña nacional e internacional. Y como reza el refrán popular lleva “toda el agua a su molino”.
Es lo que está pasando con los organismos internacionales que juegan a favor de Juan Orlando Hernández y, obviamente, éste no desaprovecha lo que le ofrecen en bandeja. Nos referimos al Fondo Monetario Internacional, a Standard &Poor´s, Mody Investors y otros organismos afines.
No extraña, por lo tanto, que por medio del FMI se nos diga que “el gobierno de Honduras logró por enésima vez un fuerte espaldarazo. Las políticas económicas y sociales que ha adoptado recibieron el visto bueno de la misión técnica de dicho organismo. La calificación del FMI vendrá a fortalecer la confianza de los inversionistas y de la población en general, específicamente en este año que se celebran las elecciones generales para elegir nuevas autoridades”. Es de esta forma como se expresaban los diarios nacionales.
Y en medio de esta euforia JOH repetía “no volvamos a aceptar que somos un país fracasado porque esto (las buenas calificaciones internacionales) demuestran que somos un país de primera”.
Otro tanto puede decirse con la calificación concedida por “Moody´s Investors Serrvice” al mejorar su posición sobre Honduras: traerá mayores beneficios y puede reducir sustancialmente la pobreza…
Las condiciones están dadas para que se inicie el despegue económico. Honduras vive un momento especial de su historia en el que puede alcanzar el desarrollo generando inversión, empleo y reducción de la pobreza. Es el país que más avanzado tanto en materia de seguridad como económica, lo que hace pensar que se logrará el ambicioso plan de empleo y desarrollo.
Lo que no se dice es lo que expresaba veladamente el presidente del COHEP, Luis Larach, que esa mejoría conlleva un sacrificio de los empresarios y del pueblo hondureño. Y como la crisis política del 2009 fue un “mal ejemplo” que no podemos soportar nuevamente “tenemos que ir masivamente a votar.
Tanto las élites transnacionales como el empresariado se fijan únicamente en lo macroeconómico y el que nuestro país ofrezca las mayores facilidades y garantías para sus inversiones y ganancias encaminándose hacia la creación de las ZEDES que, para algunos, no son más que el inicio de la creación y consolidación de nuevos “paraísos fiscales”. Es difícil que haya crecimiento económico y reducción de la pobreza cuando el presupuesto nacional y las inversiones están en función, no de responder a los problemas y desafíos de las mayorías, sino a las élites transnacionales, organismos financieros y la clase política. Ésta siempre es ambiciosa, corrupta y más cercana a los intereses foráneos que a los de su propia ciudadanía. Olvida y da la espalda de aquellos que le dieron su voto y la llevaron al poder.
Si esta “campaña electoral” resultara triunfante no se puede esperar mucho para que la política deje de estar en manos de los mismos de siempre, haya democracia, desconcentración del poder, participación ciudadana y construcción de una sociedad que viva con dignidad dando cabida a todos.
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