Redacción Central / EL LIBERTADOR / 18 Agosto 2015
Choluteca, sur de Honduras.
“Con profundo respeto y una gran esperanza acudo nuevamente ante
ustedes para informarles de un hecho que me ha dejado muy preocupada y
con mucho temor aunque no sorprendida en virtud de que a dos meses del
vil asesinato de nuestro compañero y amigo, presidente del sindicato
del Centro Regional del Litoral Pacífico (CURLP), adscrito a la
Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y defensor de Derechos
Humanos y Laborales, Héctor Martínez Motiño, su crimen está en la más
completa impunidad, y los hechos que lo antecedieron se vuelven a
repetir en otros docentes del CURL y como no se castigó al responsable
no tendría sentido acudir a las autoridades correspondientes mucho menos
a las universitarias”, dice la carta enviada por la periodista y
docente universitaria, Elizabeth Zúniga.
Y
relata: Sucede que el día miércoles 12 de Agosto del año en curso al
terminar como de costumbre mi jornada laboral, después de marcar mi
salida como todos los días, nos subimos a mi vehículo dos compañeras y
yo para trasladarnos a nuestras viviendas y cuando inició a circular el
automóvil empezó a emitir un sonido completamente extraño ajeno al
mismo, tanto que me llamo la atención porque era muy ruidoso, de hecho
tome mi grabadora para capturar ese ruido mientras rodaba para que lo
escuchara mi esposo.
Pese
a las condiciones del vehículo lo use el resto de la semana (Jueves 13 y
viernes 14 pasados) para ir a trabajar a la Universidad, ya que es
imposible que nos den un permiso y faltar a mis labores, debido al
hostigamiento laboral que padece el personal docente y de servicio en
esta institución. Este vehículo es el que uso para ir al CURLP y pasa
casi todo el día estacionado en el parqueo del centro que por cierto
ahora cuenta con vigilancia privada y es precisamente cuando están
pasando estos hechos.
Para
el anterior viernes 14 de agosto, cuando salíamos de nuestras labores
diarias en el CURLP, le comenté a mi compañera Hilda lo extraño que me
parecía ese ruido que se escuchaba más intenso y la forma rara con que
se balanceaba el carro y le dije que lo llevaría al mecánico al día
siguiente.
Efectivamente
el carro fue revisado el sábado 15 por el mecánico Walter Castillo,
persona de mucho conocimiento en su trabajo y de gran credibilidad en su
oficio, revisó el carro y reportó que el mismo tenía tres (3) tuercas
de la llanta delantera izquierda flojas por lo que debíamos tener mucho
cuidado, ya que ello podría provocar un accidente fatal para mí y mis
acompañantes.
Cabe
destacar que es la tercera vez que pasa esta situación en el CURLP, la
primera ocasión sucedió el año pasado contra el licenciado Héctor
Motiño ahora muerto, evento del cual ustedes conocen en detalle, así
como la DGIC y la fiscalía de Choluteca, el CONADEH y los medios de
comunicación porque mi compañero lo denunció oportunamente. El segundo
vehículo que resultó afectado es el de un compañero de la jornada de la
noche (quien no denuncia por temor) y ahora en la misma semana aparece
mi carro.
Soy
madre de tres hijos menores e igualmente responsable de mi mamá por lo
que temo por mi vida considerando tan delicado antecedente por lo que
quiero dejar constancia del mismo ante ustedes, concluye la carta que
ayer envió Msc. Elizabeth Zúniga, a la organización hondureña defensora
de Derechos Humanos “Ciudadanía Participativa” (ACI-PARTICIPA).
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/418-urgente-docente-universitaria-hondurena-denuncia-que-peligra-su-vida
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