sábado, 28 de marzo de 2015

“En Honduras hay gente organizada para ejecutar a niños y niñas pobres”

  Honduras vive un contexto de violencia generalizado, y en medio de este escenario, el país ha levantado su voz de alarma por la ejecución de cuatro estudiantes que suceden en un contexto muy especial, jóvenes en las calles exigiendo que el gobierno les escuche, les atienda y que se les proteja mientras cumple con su deber de asistir al colegio.
La noche del martes 24 de marzo, justo el Día Internacional del Derecho a la Verdad contra las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas, fueron asesinados dos estudiantes del Instituto “Dr. Jesús Aguilar Paz” de Comayagüela, y una joven quedó gravemente herida, falleciendo horas después en un centro asistencia público, los hechos fueron después de su jornada de clases.

En la mañana del miércoles 25 de marzo, fue encontrado envuelto en una sábana el  cadáver de una niña de 13 años que cursaba el primer curso de Ciclo Común en el Instituto Central “Vicente Cáceres” de Comayagüela, ella fue vista por última vez la mañana del martes 24 de marzo cuando salió de su casa rumbo al centro educativo al que asistía, relata un comunicado de Casa Alianza- Honduras.

Con respecto a estos hechos, el director de Casa Alianza en Honduras, José Guadalupe Ruelas García, dialogó con defensoresenlinea.com y dijo que no cabe duda que estos jóvenes estuvieron participando y reclamando sus derechos de una manera pública, y eso los ha expuesto.

Detalla que hay un patrón donde los jóvenes reclaman sus derechos, la autoridad responde con amenazas porque no hay un diálogo franco, los medios de comunicación los estigmatiza, la policía los reprime, luego son asesinados. Uno se da cuenta que hay dos actores: los estudiantes y el Estado.

“No hay ninguna forma de eludir que estos estudiantes fueron asesinados por haber participado en las manifestaciones”, afirmó el defensor.

Por lo que resulta que hay una responsabilidad directa de parte del Estado, y que no cumplió previamente son los jóvenes, que es dar una educación de calidad que significa con acceso, oportunidad, y calidad, de tal manera que sea un colegio funcionable.

Hay una responsabilidad que no cumple en la actualidad y es cuando los jóvenes buscan dialogar, no hay apertura, en lugar encontrar de una silla y mesa dónde sentarse, encuentran muchos militares en frente, la militarización de los centros educativos, la estigmatización de los medios de comunicación y las amenazas de las autoridades diciendo que los jóvenes se andan exponiendo.

El Articulo 16 de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes manifiesta que “Los Estados Parte reconocen a los jóvenes, con la extensión expresada en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el derecho a su libertad y al ejercicio de la misma, sin ser coartados ni limitados en las actividades que derivan de ella, prohibiéndose cualquier medida que atente contra la libertad, integridad y seguridad física y mental de los jóvenes”.

Por su parte, el Gobierno  debería de dar la cara y manifestar que es inaceptable que los jóvenes sean asesinados en la forma que sea, y que se siente a solucionar el problema con las partes interesadas, docentes, alumnos, padres de familia y Estado.

Y es que en lugar de dar información de los que sucede en estos actos contra la juventud, se  les hace un prejuicio, incluso cuando van a interponer una denuncia, se les señala antes de escucharles.

Al hacer comparaciones, Ruelas, manifiesta que hay un patrón de asesinato de niños y niñas que mueren en las calles, y es el mismo patrón con el que mataron a estos cuatro estudiantes.

El esquema es que hay personas con recurso económicos, están organizadas, vehículos caros sin placa para movilizarse por donde quieren, armas caras, teléfonos de última generación, impunidad, son conocidos por la autoridad, a veces usan gorros pasamontañas y chalecos antibalas, y van asesinan jóvenes en los barrios y colonias más pobres. Otra característica es que son niños y niñas pobres, y  además que las víctimas no tienen armas ni chalecos antibalas.

“En Honduras hay gente organizada para ejecutar a niños y niñas pobres, siendo un promedio de 83 víctimas en las calles del país, que pierden la vida a manos de gente armada. Por lo que hace pensar que si estos cuatro asesinatos siguen los mismos patrones que los demás, las mismas personas que ejecutaron estos asesinatos, hicieron los otros, solo que con motivos distintos, a unos por generar terror y a estos por desmovilizar y satanizar a la juventud que está reclamando sus derechos”, explicó el defensor de los derechos dela niñez.

La organización lleva a la búsqueda del diálogo

Los jóvenes han vivido tantas situaciones de terror en los barrios y colonias pobres, que es difícil que ellos se asusten por ver policías. Ellos han sido organizados en juntas, gobiernos y directivas, en las que  tienen líderes y lideresas que son las que se ponen de acuerdo, hablan y se comunican.

Ruelas abundó en que, uno se da cuenta que hay un nivel organizativo y ante la necesidad alzan su voz y se movilizan, por lo que desde allí hay que pedir ni un asesinato más de niños y niñas en Honduras por las causas que sean, una investigación clara de los que acontece, y un diálogo con los actores interesados para dar una alternativa a la educación.

Por lo que en ese contexto, donde los estudiantes llevan dos semanas de manifestaciones en contra de los horarios extendidos, no se trata de solucionar si ellos dejan o no las calles, sino que faltan  aulas, pupitres, material didáctico, docentes, apoyo, seguridad para que la educación pueda realizarse, no sólo basta una Ley de Fundamental de Educación, pues casi no está funcionando, casi un millón de hondureños no acceden al sistema, quedan excluidos, continuó Ruelas.

Los jóvenes que gritan y exigen, es que tienen la necesidad de ser escuchados. En personalidades de una de las víctimas, Soad Nicoll Ham, la menor de 13 años, estudiante del Instituto Central Vicente Cáceres, se ve que hay valentía, audacia, valor e irreverencia, como cualquier otro joven que tiene la desesperación de ser escuchado, porque cuando la persona se siente escuchada, habla en voz baja, es por eso que niños y niñas de educación media han levantado la voz porque no son escuchados, y tratan de llamar la atención de la forma que sea, lamentablemente llamaron la atención de un Estado que no tiene compasión y que escucha solo aquello lo que le conviene escuchar, detalló el director de Casa Alianza.

Quien le esté diciendo a Juan Orlando Hernández, titular del poder Ejecutivo de Honduras,  que sólo cuatro colegios presentan problemas y que todo está bien, le miente. Sino le dicen que en Honduras hay un problema de seguridad no está solucionado y que su estrategia militarista solo le está trayendo muerte  no le está mintiendo, y él tiene que entender eso.

Esta estrategia militarista entra en problemas, porque el régimen militar funciona en un orden jerárquico vertical, el subordinado recibe órdenes y obedece, no hace preguntas. Aquí hay un problema, es que el soldado piensa que somos subordinados de ellos, que somos como la escala más baja en la jerarquía, y si en la calle nos dicen “enséñeme sus papeles” les preguntamos ¿Por qué? Entonces el uniformado no entiende que los civiles tenemos curiosidad, el cree que debemos obedecerle y por lo que somos desobedientes y rebeldes, para ellos es todo “si señor”, entonces cuando la ciudadanía dice “no estamos de acuerdo” ellos dicen “hay que ponerlos en orden.

Ellos piensan de forma militarista, la militarización es un mal que se supera con la civilización, de ahí los términos civil y militar, debemos luchar por la civilización de la hondureñidad, no por la militarización.

Artículo 13 de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes expresa que “Los Estados Parte reconocen el derecho a la justicia de los jóvenes. Ello implica el derecho a la denuncia, la audiencia, la defensa, a un trato justo y digno, a una justicia gratuita, a la igualdad ante la ley y a todas las garantías del debido proceso”.

Y es que, cuando los estudiantes salen a las calles a protestar porque no quieren que la jornada nocturna termine a la una de la mañana por obvias razones, entonces los militares dicen ¡ah son unos desobedientes, hay que ponerlos en orden!

Aquí vemos a la fuerza contra la razón, jóvenes dentro de un colegio, amedrentándolos con un cuaderno y lápiz por jóvenes que no pudieron estudiar y no les quedó otra alternativa que portar un fusil en el hombre, jóvenes atemorizando a jóvenes, continuó Ruelas.

“Vemos que por miedo o por interés se estigmatiza las luchas sociales, se hacen cómplices para un futuro nada prometedor, se podría eliminar la jornada nocturna, y después que se va eliminar podemos llegar a un punto en que sea prohibido estudiar, pensar, escribir o cantar, y el arte va ser un acto subversivo, porque todo va ser sospechoso. Estamos gobernados por personas que no tienen talento, pero tampoco la capacidad de escuchar a otros para cambiar de opinión”.

Dijo que los jóvenes que mueren en las calles de Honduras es responsabilidad del Estado por omisión por no hacer lo necesario, por complacencia por decir que lo mataron por andar en algo malo, como que eso está permitido. Hay complicidad cuando se deja pasar las cosas o se hacen y por participación directa hay familias que denuncian que sus hijos son detenidos por supuestos policías y a los días parecen muertos.

En las manifestaciones se conoce de personas que toman fotos y videos a los manifestantes, o que los vigilan desde carros sin placa, y porque la policía no los detiene, más bien los protege. Si fuera de civiles, la policía los detendría.

El estado tiene que darse cuenta que la situación es insostenible para la población y que cada vez gobierna solo para un pequeño grupo. Por ejemplo el programa de militarización infantil Guardianes de la Patria, es tan bueno, porque solo se llevan a los niños pobres, porque el presidente no envía también a sus hijos, si esa fue una idea genial, es que ellos creen que los pobres se pueden hacer delincuentes, que son personas malas, les quieren quietar la riqueza, no los deja explotar los recursos naturales, entonces hay que mantenerlos quietos, porque el 80 por ciento de la población es pobre y hay que controlarla, incluso aplicándole más impuestos.

Y este pago de impuestos que es por tener seguridad, y se paga hasta en cinco veces, en el país se registra unos 15 mil militares, 12 mil policías y unos 120 mil guardias de seguridad privada, por lo que es un gran negocio para unos pocos, porque los vigilantes ganan menos de salario minino y sin ningún beneficio y en turnos de 24 horas, y no se está recibiendo seguridad, hace seis años se ejecutaba a 43 jóvenes al mes, ahora que la seguridad está en manos de militares, se ejecutan 83, con más militares, tasa de seguridad, mas cámaras y patrullas.

“Es un peligro ser jóvenes en la actualidad, también es un reto y una oportunidad. Somos una generación que no tuvo el valor de entregar un país más justo, equitativo, sino un país lleno de muerte  y violencia. Los ahora jóvenes nos contaran en el futuro que les tocó reparar cosas que nosotros no tuvimos el valor de hacer”.

Históricamente somos producto de la violencia, desde la colonización española, que a la fuerza de apoderaban de nuestros bienes y la indígenas, pero con el dialogo debemos cambiar esa mentalidad machista y que las cosas se consiguen a la fuerza.

Para finalizar, Ruelas extiende su admiración a los y las estudiantes, y que cuentan con su apoyo y que no tengan miedo, al fin y al acabo la vida es una lucha, sino se lucha entonces no se vive y al estado parara la represión y la muerte de niños y niñas, tienen que escucharlos y atenderlos, para eso el Estado salga de su burbuja de gravedad cero, sonde al parecer andan flotando y no ponen los pies en el suelo.

Casa Alianza denuncio que el asesinato de estos estudiantes y la represión de que ha sido víctima el movimiento estudiantil, se da también en un contexto de ausencia de dialogo abierto y democrático por parte del gobierno.

Los estudiantes, después de Semana Santa, darán dos semanas de espera al ministro de Educación Marlon Escoto, para que se siente a dialogar directamente con ellos y que los escuchen, porque la medida de extensión de horario, 5 minutos por clase, los pone en peligro en el camino a casa o al colegio.
  
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