miércoles, 7 de enero de 2015

Honduras: ¿Porque asesinar a Juan Francisco?

Crimen contra Agroecología

Juan Almendares

Cuando el poder de un pueblo está representado por el pueblo mismo, el Gobierno constituido y constituyente defiende  la tierra de los indígenas , campesinos y pobladoras porque ellos y ellas son  el alma y corazón de los derechos humanos y planetarios

 El cinco de enero de 2015 fue encontrado asesinado en la comunidad de Tapuyman en el municipio de Santa Elena, La Paz, Honduras   el compañero Juan Francisco Martínez, miembro del Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz (MILPAH.)
Juan Francisco, había sufrido en forma inconmensurable a consecuencia del asesinato de su hijo en julio del 2014 y por ser objeto de represión como  agroecólogo  y defensor los derechos de la Madre Tierra.

El Héroe y mártir hondureño realizó un trabajo hermoso de preservación de la biodiversidad a través de la agroecología.   Contribuyó a la salud de las comunidades y  del bosque ahora destruido en Honduras  por las represas , el modelo extractivo minero y el asalto a los territorios mediante las políticas de las Zonas Especiales del Desarrollo y por los perversos intereses del capital transnacional.

Las violaciones de los derechos  contra la Madre Tierra y la Agroecología  son  actos  que deberían ser considerados crímenes de lesa humanidad. Sin embargo estas agresiones han sido minimizados en las convenciones y tratados internacionales; o  se han tornado invisibles o enmascarados por las leyes creadas por el poder.

 La violación a los derechos humanos y planetarios   ocurren con  los desalojos brutales y sangrientos de los  territorios al obligar en forma humillante a emigrar a   las poblaciones indígenas , campesinos y de pobladoras a zonas infrahumanos o a sufrir las consecuencias de las políticas  racistas  de los países ricos.

El crimen del desalojo de los territorios  garantiza  el poder de acumulación económica de la oligarquía local articulada al capital financiero transnacional.

El objetivo inmediato y estratégico de este asesinato  es desencadenar el terror, tortura y trauma  contra la organización MILPAH y desalojar a los indígenas de sus tierras.

En nuestro calidad de miembros del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4) condenamos este horrendo crimen , nos solidarizamos con MILPAH,  CONROA y CEHPRODEC  y abogamos por la solidaridad nacional e internacional.


Tegucigalpa 6 de enero 2015  





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