Crimen contra Agroecología
Juan Almendares
Cuando el poder de un
pueblo está representado por el pueblo mismo, el Gobierno constituido y
constituyente defiende la tierra
de los indígenas , campesinos y pobladoras porque ellos y ellas son el alma y corazón de los derechos
humanos y planetarios
El cinco de enero de
2015 fue encontrado asesinado en la comunidad de Tapuyman en el municipio de
Santa Elena, La Paz, Honduras el
compañero Juan Francisco Martínez,
miembro del Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz (MILPAH.)
Juan Francisco, había
sufrido en forma inconmensurable a consecuencia del asesinato de su hijo en
julio del 2014 y por ser objeto de represión como agroecólogo y defensor
los derechos de la Madre Tierra.
El Héroe y mártir hondureño
realizó un trabajo hermoso de preservación de la biodiversidad a través de la agroecología. Contribuyó a la salud de las
comunidades y del bosque ahora
destruido en Honduras por las
represas , el modelo extractivo minero y el asalto a los territorios mediante
las políticas de las Zonas Especiales del Desarrollo y por los perversos
intereses del capital transnacional.
Las
violaciones de los derechos contra
la Madre Tierra y la Agroecología
son actos que deberían ser considerados crímenes
de lesa humanidad. Sin embargo estas agresiones han sido minimizados en las
convenciones y tratados internacionales; o se han tornado invisibles o enmascarados por las leyes creadas
por el poder.
La violación a los derechos humanos y planetarios ocurren con los desalojos
brutales y sangrientos de los
territorios al obligar en forma humillante a emigrar a las poblaciones indígenas , campesinos y de pobladoras a zonas
infrahumanos o a sufrir las consecuencias de las políticas racistas de los países ricos.
El crimen del desalojo de
los territorios garantiza el poder de acumulación económica de la
oligarquía local articulada al capital financiero transnacional.
El objetivo inmediato y
estratégico de este asesinato es
desencadenar el terror, tortura y trauma contra la organización MILPAH y
desalojar a los indígenas de sus tierras.
En nuestro calidad de
miembros del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4)
condenamos este horrendo crimen , nos solidarizamos con MILPAH,
CONROA y CEHPRODEC y abogamos por la solidaridad nacional e
internacional.
Tegucigalpa 6 de enero 2015
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