José
María Tojeira, sj
|
||
El
Papa Francisco ha sido como una primavera para la iglesia
|
||
Con
la puesta en marcha del "Evangelio de la Alegría" el Papa Francisco ha tenido un
intenso primer año al frente de la Iglesia Católica sorprendiendo a propios y a
extraños su forma de conducir... Leer más
|
|
|
|
|
NUESTRA
PALABRA
|
||
Francisco
en su primer aniversario
|
||
El
papa Francisco, en su primer año de pontificado, ha dicho palabras, ha realizado
gestos y puesto en marcha tareas y acciones que hacía muchos años no
escuchábamos ni habíamos conocido de la curia vaticana. En estos tiempos
turbulentos, resuenan a novedad y a ternura. Francisco ha despertado una
simpatía y una cercanía en toda la humanidad y no solo dentro de la
Iglesia.
Desde su decisión de llamarse Francisco hasta llamar a las diócesis a hacer lío y salir a las calles, dejando el encierro, Francisco ha estremecido las entrañas de la Iglesia. Ha insistido en que la misión de la Iglesia ha de situarse desde las periferias de la sociedad, es decir desde los sectores excluidos y discriminados. Su presencia en la vida de la Iglesia y de la sociedad en este primer año está íntimamente asociada a pobreza y austeridad, a solidaridad y a cuidado de la naturaleza, con cuestionamiento a báculos y mitras distantes de la humildad y sencillez. Francisco es sinónimo de cercanía. El papa Francisco ha expresado con especial nitidez que la Iglesia ha de ser lo que siempre ha debido ser, una Iglesia de los pobres y para los pobres, una Iglesia de puertas abiertas a la escucha de los clamores de todos los pobres del mundo. Y Francisco ha dejado en claro con su palabra y sus gestos que para que esta Iglesia sea de los pobres, los ministros de la Iglesia han de tener olor a oveja, lo que significa que han de estar plenamente identificados con las víctimas de este mundo y predicar con el ejemplo, la solidaridad y el desprendimiento. Francisco ha dado pasos en este primer año para cambios fundamentales dentro de la estructura de la Iglesia. El papa ha unido a su palabra profética en relación con los cambios en el mundo la necesidad de conversiones dentro de la Iglesia. No se puede pedir que se transformen las estructuras económicas y sociales sin exigir transformaciones dentro de la Iglesia. No se puede hablar de lucha contra la corrupción en los gobiernos y en las sociedades, sin echar la mirada exigente hacia las transformaciones y prácticas corruptas y perversas que están enraizadas dentro de las estructurales eclesiásticas. Un año es muy poco tiempo para ver cambios. Sin embargo, Francisco ha puesto los temas de debate en la mesa, y ha colocado los desafíos con mucha precisión en la agenda de la Iglesia y de la sociedad. Francisco es apenas una persona, con una alta responsabilidad. Pero su liderazgo está impactando y estremeciendo todos los liderazgos. Él ha dejado ya unas lecciones claras: no se pueden pedir cambios a los demás, sin hacer cambios internos; la mejor de las predicaciones es la que nace del testimonio y el ejemplo de vida; no se puede hablar de Jesucristo sin tener las puertas abiertas al clamor de los pobres y víctimas; y no se puede seguir al papa solo con los aplausos. Son necesarios los compromisos personales e institucionales transformadores. Ojalá que la palabra, los gestos y el testimonio de Francisco no solo lo aplaudamos en la Iglesia de Honduras, sino que nos sintamos exigimos a seguir su ejemplo desde la palabra oportuna y desde cercanía a las realidades más clamorosas de los sectores excluidos hondureños. |
Derechos
compartidos, citando la fuente | Contáctenos | Misión | Historia | www.radioprogresohn.net
|
No hay comentarios :
Publicar un comentario