Como espacio de opinión del programa Voces contra el Olvido, del Cofadeh, esta columna editorial había estado al margen del debate público generado a propósito de la próxima elección del defensor o defensora del pueblo.
La ubicación al margen ha sido, en parte, justificada por la certeza que la decisión final ya fue tomada en la oscuridad de ese pacto permanente que usufructúan liberales y nacionalistas, amantes de las tinieblas. Y también porque no hacemos carrera promoviendo a nadie a ese cargo.
Pero ante los eventos de una renuncia con rabieta y una crítica desproporcionada a la participación ciudadana en dicho proceso, nos vemos impulsadas a una posición a favor de la institucionalidad del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos.
No deseamos abundar sobre la renuncia de Andrés Pavón a su auto proclamación, porque era obvio que tras su fracaso electoral de 2013 la búsqueda por sí mismo en el Congreso de los votos azules y colorados para el CONADEH sería una misión imposible. Cualquier viejo favor de tramitación política se podría compensar de otro modo, no necesariamente con un cargo, porque sus patrocinadores también impulsan a otros candidatos en una competencia de grandes ligas.
La clase política necesita a un defensor suyo, leal, confiable y con espíritu de cuerpo, no necesita un disfraz de defensor del pueblo. Ni mucho menos a un verdadero defensor del pueblo.
Respecto a Ramón Custodio su doble período frente al CONADEH por decisión del ex presidente Carlos Flores Facussé es un evidente fracaso.
Custodio tenía méritos de opositor moral al militarismo de la década de los años ochentas, pero se quedó sin ellos al aliarse con la élite perversa que lo arrastró sin mayor esfuerzo a custodiar sus intereses políticos desde el CONADEH.
El custodio de la ética, de la ley y de la vida que muchos conocieron acabó vilmente como defensor de los golpistas de 2009 y de los neo colonizadores de 2014. Sus críticos lo llaman “bala de goma” y el custodio del golpe.
El ombudsman defendió a los militares que dispararon contra el pueblo el 5 de julio de 2009 y alabó las fechorías de los políticos y religiosos golpistas. Pecó por acción y omisión.
Volvió el abad a abrazarse con los fariseos que antes acusó de sepulcros blanqueados y fue a sus fiestas con camiseta blanca a celebrar su furia contra la resistencia anti golpista.
Desde antes de 2009 Custodio había convertido en su propia burocracia caprichosa e inútil a esa institución que Carlos Flores quiso desaparecer en 1998 , porque Leo mostró entonces el músculo de la independencia institucional ante la corrupción post Mitch.
Ha sido tal la defensa de Custodio a los criminales de 2009 que ha celebrado como victoria propia la declaratoria temporal de la Corte Penal Internacional de no a lugar a los crímenes de lesa humanidad en Honduras.
Y ha sido tan pendenciero que esta semana rechazó la vigilancia internacional sobre su cabildeo político entre liberales y cachurecos para su nueva reelección en el cargo y acusó a Guillermo López, Gilda y Reina Rivera, entre otras, por pedir a la comunidad internacional que vigile este proceso.
Y dijo Custodio que quienes cuestionan su auto promoción de nuevo al cargo son las mismas personas que fracasaron en probar los crímenes políticos ante la CPI.
Frente a ese embuste del custodio del golpe ha sido digna la determinación de la Coalición contra la Impunidad de enviar esta semana a la secretaría del Congreso Nacional todos los informes de la OEA y de las Naciones Unidas sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas en el doble período de Custodio y sobre las omisiones evidentes del ombudsman catracho, que fue expulsado de la Federación Iberoamericana de Ombudsman por su parcialismo con los delincuentes.
No debemos tolerar más las rabietas de Custodio, que se retire en paz y deje el camino a una mujer o a un hombre que entiendan que la figura constitucional del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos es para defender al pueblo no para custodiar al Estado.
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 8 de marzo de 2014
No hay comentarios :
Publicar un comentario