sábado, 15 de febrero de 2014

Honduras: El adiós a un reportero de su tiempo


Autor del articulo: Especial Proceso Digital / 14.02.2014- 17:11
Tegucigalpa.- A sus 57 años, Francisco Rodríguez Enamorado, era un periodista que amaba la vida y a su familia tanto como a la profesión del Periodismo, la cual abrazó, respetó y dignificó hasta el final. Fue un reportero de su tiempo que gastó zapatos en las calles capitalinas y el resto del país cubriendo los principales hechos noticiosos del momento.
En su casa, en la colonia Planes de Los Pinos, dos pequeños perros se mueven inquietos por el garaje buscando a quien no llegará más a sacarlos a pasear, como lo hacía todas las noches. Mientras, un hermoso jardín de geranios, laureles, helechos y violetas refleja la sencillez y humildad con que vivió su vida, rodeado del amor de su familia encabezada por su esposa, la profesora Maritza García y sus hijas Keydi, Jeimy y Sarahí. Todas ellas de 23, 19 y 16 años, respectivamente.

A ellas inculcó los valores de la honestidad, el respeto, la solidaridad y la dignidad que hoy día busca tanto la sociedad. Por más de dos décadas laboró en el diario Tiempo que se edita en la norteña ciudad de San Pedro Sula, y desde sus páginas denunció injusticias, evidenció componendas, plasmó la inequidad, la violación a los derechos humanos y hasta la hipocresía pública.

Era un periodista de su tiempo. Valiente en la denuncia, “Chico Tiempo”, como le decían sus amigos, no tuvo tapujos para denunciar y en más de una ocasión rechazó viajes presidenciales para mantener la distancia con el poder. Sus anécdotas son muchas, pero todas ellas se resumen en esta frase: un gran periodista.

Francisco Rodríguez fue testigo de los principales cambios de piel que ha tenido el país, desde la práctica de la doctrina de seguridad nacional y la guerra de baja intensidad en los años ochenta hasta el ingreso de las políticas neoliberales y todos los esfuerzos por dar cierta institucionalidad a esta nación centroamericana.

Cubrió cada uno de estos acontecimientos con un profesionalismo como pocos. Excelente redactor y un buscador de evidencias y relación de hechos en los empolvados expedientes de los tribunales de justicia, la partida de Rodríguez ha calado hondo en el gremio del periodismo, acostumbrado a promover y festejar el Día de la Amistad con sonrisas, pero no con lágrimas como las que se desprenden el día que le sorprendió la parca.

En los eventos periodísticos se le miraba callado tomando notas, agresivo cuando tenía al entrevistador enfrente, pero nunca fue soberbio ni prepotente. Sus amigos cercanos dicen que detrás de la seriedad con que abrazaba su profesión, había una persona jocosa, bromista con un buen sentido del humor.

La periodista Orfa Mejía, una de sus ex compañeras de diario Tiempo recuerda los años de reporteo al par de Francisco Rodríguez. Hace un mes lo vio por última vez y “estaba feliz porque su hija Keydi se le iba graduar de licenciada en Lenguas Extranjeras”.

“Me salieron buenas esas hijas vos, vengo de matricular a la pequeña, pero estoy feliz”, dice Orfa que le dijo su amigo. “Chico era sencillamente excepcional, un gran periodista, un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones”, acota la periodista.

“Buen amigo”, “periodista excepcional” son algunas de las frases con que sus amigos y ex colegas de diario Tiempo definen a Francisco Rodríguez. El periodista Víctor Hugo Álvarez, del semanario católico Fides, afirma que “Chico” era “un hombre muy humilde, altamente responsable con su trabajo, muy solidario y un excelente redactor”.

“Era un hombre que no negociaba sus principios” acota la periodista Ana Elsy Mendoza oficial de Comunicaciones del PNUD, al recordar que “la gente lo apreciaba y todos destacan su honestidad porque era un periodista incorruptible”.

En tanto, la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Lisa Kubiske, en su cuenta de Twitter lamentó la pérdida de Rodríguez al aseverar que “Honduras pierde un gran periodista”.

En la redacción de diario Tiempo, sus compañeros, jefes y amigos no terminan de creer que no estará más en su escritorio ni tecleando su computadora. En las redes sociales y medios de prensa circula una de sus últimas fotos, tomadas desde la Redacción, donde aparece sonriendo y elevando su mano, como si quisiese despedirse.

Sus compañeros del diario dicen que añorarán el café y el pan con que todos los días colaboraba para compartir con la redacción. Pero todos sus colegas, amigos y familiares, extrañarán, sin excepción, a un buen hombre que supo hacer del Periodismo el mejor oficio del mundo. Desde la Redacción de Proceso Digital, este sencillo homenaje a un periodista que sin duda, fue un reportero de su tiempo.

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