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Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. A pocos días de terminar la última legislatura, el Congreso hondureño tuvo una inusual productividad en la creación de leyes, la mayoría, orientadas a privatizar las empresas públicas del Estado y el congelamiento de sueldos y salarios a los burócratas.
Como primer punto, aprobaron el presupuesto general para este 2014 que será superior a los 183 mil millones de lempiras.
Alrededor de 95 mil millones será para el gobierno central y los restantes 79 mil millones de lempiras para las instituciones descentralizadas.
Asimismo, decidieron endeudar más al país con la banca privada, fondos de pensiones y organismos financieros por un monto de 30 mil millones de lempiras.
Sobre los fondos que se sacarían de entidades de previsión como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), del Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos (Injupemp), se teme que se drenen recursos para financiar el gasto corriente.
Dentro del voluminoso paquete de medidas, se dispuso que los empleados públicos, incluyendo a docentes, no gozarán de incrementos salariales a excepción de los que se rigen bajo la categoría de contrato colectivo.
Días atrás, los diputados –de mayoría nacionalista– decidieron que sea el presidente electo Juan Orlando Hernández que administre el Sistema de Administración Financiera Integrada (Siafi), por el que se paga a los proveedores del gobierno y demás entidades.
Un hecho curioso es que durante la última semana se aprobaron una gran cantidad de leyes que no se había hecho durante los cuatro años anteriores.
Hubo decretos que fueron analizados en tiempo récord, como la retirada de la Ley de Secretividad del Estado, considerado por diversos sectores como una aniquilación de la actual Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Incluso, algunos congresistas consideraron la atípica productividad en el hemiciclo como “hemorragia legislativa” y reprocharon que los 71 diputados nacionalistas en contubernio con parlamentarios liberales se hayan tomado la molestia de dejar comprometidas todas la leyes a fin que el Congreso entrante –de mayoría opositora– no pueda hacer nada para revertirlo.
Además, ha trascendido que allegados al nuevo mandatario estarían asumiendo cargos de importancia en la administración pública y que durante las próximas horas se harán efectivos los nombramientos.
También se añade que se decidió la privatización de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), al convertirla en sociedad anónima y será administrado a través de fideicomisos administrados por la Comisión Para la Promoción de las Alianzas Público-Privada (Coalianza).
Tegucigalpa. A pocos días de terminar la última legislatura, el Congreso hondureño tuvo una inusual productividad en la creación de leyes, la mayoría, orientadas a privatizar las empresas públicas del Estado y el congelamiento de sueldos y salarios a los burócratas.
Como primer punto, aprobaron el presupuesto general para este 2014 que será superior a los 183 mil millones de lempiras.
Alrededor de 95 mil millones será para el gobierno central y los restantes 79 mil millones de lempiras para las instituciones descentralizadas.
Asimismo, decidieron endeudar más al país con la banca privada, fondos de pensiones y organismos financieros por un monto de 30 mil millones de lempiras.
Sobre los fondos que se sacarían de entidades de previsión como el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), del Instituto Nacional de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados Públicos (Injupemp), se teme que se drenen recursos para financiar el gasto corriente.
Dentro del voluminoso paquete de medidas, se dispuso que los empleados públicos, incluyendo a docentes, no gozarán de incrementos salariales a excepción de los que se rigen bajo la categoría de contrato colectivo.
Días atrás, los diputados –de mayoría nacionalista– decidieron que sea el presidente electo Juan Orlando Hernández que administre el Sistema de Administración Financiera Integrada (Siafi), por el que se paga a los proveedores del gobierno y demás entidades.
Un hecho curioso es que durante la última semana se aprobaron una gran cantidad de leyes que no se había hecho durante los cuatro años anteriores.
Hubo decretos que fueron analizados en tiempo récord, como la retirada de la Ley de Secretividad del Estado, considerado por diversos sectores como una aniquilación de la actual Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Incluso, algunos congresistas consideraron la atípica productividad en el hemiciclo como “hemorragia legislativa” y reprocharon que los 71 diputados nacionalistas en contubernio con parlamentarios liberales se hayan tomado la molestia de dejar comprometidas todas la leyes a fin que el Congreso entrante –de mayoría opositora– no pueda hacer nada para revertirlo.
Además, ha trascendido que allegados al nuevo mandatario estarían asumiendo cargos de importancia en la administración pública y que durante las próximas horas se harán efectivos los nombramientos.
También se añade que se decidió la privatización de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel), al convertirla en sociedad anónima y será administrado a través de fideicomisos administrados por la Comisión Para la Promoción de las Alianzas Público-Privada (Coalianza).
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