Para Mandela de Fidel, en julio de 2010
5 diciembre 2013

Viejo y prestigioso amigo, cuánto me place verte convertido y reconocido por todas las instituciones políticas del mundo como símbolo de la libertad, la justicia y la dignidad humana.
Te convirtieron en trabajador forzado en las canteras, como hicieron con Martí cuando tenía 17 años.
Sólo estuve en la prisión política menos de dos años, pero fue tiempo suficiente para comprender lo que significan 27 en las soledades de una prisión, separado de familiares y amigos.
En los años finales de tu martirio, tu Patria, bajo la tiranía del Apartheid, fue convertida después de la Batalla de Cuito Cuanavale en instrumento de la guerra contra los combatientes internacionalistas cubanos y angolanos que avanzaban sobre la ocupada Namibia. Nadie podía ocultarte las noticias de la solidaridad que el pueblo, bajo tu guía, despertaba entre todas las personas honestas de la tierra.
Entonces, como hoy, el enemigo estaba a punto de dar un zarpazo nuclear contra las tropas que, en ese caso, avanzaban contra el sistema odioso del Apartheid.
Nunca nadie fue capaz de explicarte de dónde salieron y cuándo se llevaron aquellos instrumentos de muerte.
Visitaste nuestra Patria y te solidarizaste con ella, cuando todavía no eras Presidente de Sudáfrica elegido libremente por el pueblo.
Hoy la humanidad está amenazada por el mayor riesgo en toda la historia de nuestra especie.
Ejerce toda tu inmensa fuerza moral para mantener a Sudáfrica lejos de las bases militares de Estados Unidos y la OTAN.
Amigos ayer del Apartheid, hoy compiten cínicamente por simular amistad.
Los pueblos de África que sobrevivan a la catástrofe nuclear que se avecina, necesitarán más que nunca los conocimientos científicos y los avances de la tecnología sudafricana.
La humanidad aún puede preservarse de los golpes demoledores de la tragedia nuclear que se aproxima, y la ambiental que ya está presente.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz
Julio 18 de 2010
9 y 03 a.m.












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Mandela sentencia a
muerte la sentencia racista.
Por Narciso Isa
Conde
Invocar a Mandela en momento en que como héroe de la
humanidad da el salto a la inmortalidad, es algo imperioso para los/as que
amamos esta tierra y este pueblo, abrazando persistentemente el sentido de
justicia y la causa de la emancipación social de todas las víctimas de la
opresión, la discriminación y la exclusión.
Más aun cuando en nombre de la defensa de la patria,
los que saquean y destruyen su patrimonio, que equivale a destruirla a ella
misma, se proponen desconocer ese legado que ordena el fin del racismo y se
empeñan en retroceder e imponer un especie “aparteid” dominicano, nutriendo su
actual dictadura institucional con el suero perverso de un racismo camuflajeado
de un anti-haitianismo maniqueo.
Oímos el nombre de Mandela en hermosos cantos de la
joven negritud en rebeldía, lo volvimos a escuchar en las voces del pueblo negro
redimido, leímos su conmovedora historia y la vimos reproducida en documentales
pletóricos de terneza, de clamores por la paz, de inevitables armas a
tomar y liberaciones a conquistar.
Mandela… Mandela… Madiba.
Mandinga multiplicado, condensado en Mandela-ser
viviente… Nelson el grande, el inmenso, el indoblegable, nos abraza tan fuerte
como también nosotros/as decidimos abrazar a los/as dominicanos/as de
ascendencia haitiana amenazados/a de ser desnacionalizados/as.
Y nos abraza más fuerte en este instante en que nos
llega la dura noticia de que su ser sublime y espléndido, después de un siglo
de pródigas insumisiones y justicieras herejías, ha expirado para
eternizarse.
Felizmente se trata solo de un cambio de materia regia a luminosa
energía, de transformación de su cuerpo en valiosa memoria subversiva de
opresiones y exclusiones… sin dejar este mundo, sin abandonar este universo tan
necesitado de su ejemplo.
Sí, Mandela se quedará entre nosotros/as y seguirá
junto a las nuevas generaciones.
Su obra, su alma, su inmensa humanidad se
queda.
Mandela abrazó especialmente en el día de
hoy a los/as dominicanos/as de su color, originarios de su querida África
plasmada con singular belleza y gallardía en la hermana Haití, descendientes
todos/as de su pueblo heroico y trabajador, pueblo vejado, abusado y empobrecido
como pocos otros en nuestra América.
Mandela desde su origen sentenció a muerte la
sentencia malvada de los ladroneles, neo-trujillistas, balaguerianos,
vinchistas, neonazis… Su espíritu insumiso ha alimentado sin cesar la avalancha
mundial que la repudia y el avasallante pliego de denuncia que desde este
terruño indoblegable hace trizas el patrioterismo y muestra el rostro de la
semi-esclavización y de la violencia racista que se escuda en el odio chovinista
contra Haití, pérfidamente construido por elites hispanófilas.
Post Mandela y su obra libertaria toda caverna
racista está condenada a la derrota, por más burbujas que generen sus nuevos
ímpetus repletos de estigmatizaciones y amenazas de muerte.
Eso ha sido escrito muchas veces: el más puro de los
redentores sociales y de los combatientes por la libertad acompañará siempre a
la humanidad en todas sus peleas redentoras. Y nuestra patria -agredida por esta
mezcla de capitalismo neo-conservador, neoliberalismo como se le llama
comúnmente, y nazi-racismo criollo- es humanidad oprimida y sociedad amenazada
de muerte.
El mas sufrido y sacrificado de los libertadores, el
mas desinteresado de sí mismo…El mas nosotros y nosotras… El no egocéntrico… El
no egoísta… El que nunca dijo mío…El que pudo reelegirse sin oposición y no
quiso… no nos abandonará.
Recio en la pelea decisiva, generoso en la victoria,
modesto y reconciliador en la gestión del nuevo poder. Humilde en la grandeza.
Ser sublime, repito. Hombre nuevo. Hombre-pueblo. Hombre-humanidad. No se va. Se
queda entre nosotros/as.
Si, Mandela no se va, perdurará, seguirá creciendo
como elevada e inagotable expresión de dignidad. No habrá manera de volverlo a
hundir en aquel hueco inmundo que inicialmente lo ocultó y aisló, para luego,
paradójicamente, engrandecerlo por su decorosa insubordinación frente al cepo y
sus apestosos carceleros perfumados.
Pero es de ley, que después de consumado el
inminente desenlace anunciado luego de su reciente gravedad, Espartaco,
Tupamaruc, Ilich, Lumumba, Juan Pablo, Francis, Minerva, Ernesto, José Carlos,
el Tío Ho, la Rosa roja, Toussaint, Jacque Viaux… -quienes que como él
amalgamaron la revolución con el amor- habrán de abrazarlo y besarlo en el
lúdico espacio de los eternos imprescindibles.
Y Mandela, risueño, les dirá –y nos dirá- con voz
pausada y tierna que él también habrá de quedarse aquí en esta Tierra para
siempre.
Y la humanidad, muy alegre, jamás lo despedirá.
Cantará. Le cantará por siglos al inmenso Mandela con el corazón henchido de
agradecimiento, asaltado el pensamiento universal por el imperioso anhelo de ser
colectivamente como él.
5-12-2013, Santo Domingo,
RD.
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Mandela: “Ejemplo de un hombre absolutamente íntegro”
Este 5 de noviembre de 2013 ha muerto Nelson Mandela,
símbolo mundial de la lucha contra el racismo y entrañable amigo de Cuba y
Fidel. En julio de 1991 Mandela visitó Cuba, estas fueron las palabras que
pronunció Fidel en respuesta al discurso del líder sudafricano en que reconoció
el insoslayable papel de Cuba en la lucha contra el apartheid.
Si se quiere tener un ejemplo de un hombre
absolutamente íntegro, ese hombre, ese ejemplo es Mandela (APLAUSOS). Si se
quiere tener un ejemplo de un hombre inconmoviblemente firme, valiente, heroico,
sereno, inteligente, capaz, ese ejemplo y ese hombre es Mandela (APLAUSOS). Y no
lo pienso después de haberlo conocido, después de haber tenido el privilegio de
conversar con él, después de haber tenido el gran honor de recibirlo en nuestro
país, lo pienso desde hace muchos años, y lo identifico como uno de los más
extraordinarios símbolos de esta era.
Pienso esto de él y de su pueblo, porque si vamos a hablar de
las más justas de las causas, es la causa que ellos han representado. Si hay
algo repugnante y odioso en este mundo, donde hay unas cuantas cosas repugnantes
y odiosas, eso tan repugnante y odioso es el apartheid. ¿Invento de quién, de
los comunistas, de los socialistas, del socialismo? (EXCLAMACIONES DE: “¡No!”)
¡No! Invento que expresa la esencia del capitalismo, invento del colonialismo,
invento del neocolonialismo, invento del fascismo.
¿Y en qué se diferencia el apartheid de aquella práctica
aplicada durante siglos de arrancar decenas de millones de africanos del seno de
su tierra y traerlos a este hemisferio para esclavizarlos, para explotarles
hasta la última gota de sudor y de sangre? Quién puede saberlo mejor que
Matanzas si aquí en esta parte del occidente del país había tal vez más de 100
000 esclavos. Llegaron a ascender en la primera mitad del pasado siglo a 300 000
en toda Cuba, y una de las provincias donde más esclavos había era esta,
escenario también de grandes sublevaciones. Por eso nada tan justo ni tan
legítimo como ese monumento que se acaba de erigir en esta provincia al esclavo
rebelde (APLAUSOS).
El apartheid es el capitalismo y el imperialismo en su forma
fascista, y entraña la idea de razas superiores y razas inferiores.
Pero el pueblo negro de Sudáfrica no solo ha tenido que
enfrentarse al apartheid, ha tenido que enfrentarse a la más brutal desigualdad
y represión política, y ha tenido que enfrentarse a la más cruel explotación
económica. Se ha tenido que enfrentar a estas tres grandes tragedias, por eso
pienso que en nuestra era no podía haber causa más justa que la causa que han
dirigido el ANC, el compañero Mandela y otros muchos capaces y brillantes
cuadros de esa organización, varios de los cuales hemos tenido el privilegio de
conocer en nuestro país.
Hoy los occidentales tratan de congraciarse con Africa, tratan
de congraciarse con los que odian el apartheid, pero la gran realidad es que el
apartheid fue una creación de Occidente, del Occidente capitalista e
imperialista.
La gran verdad es que occidente apoyó el apartheid, le
suministró tecnología, incontables miles de millones en inversiones, incontables
cantidades de armamentos y, además, apoyo político. No, el imperialismo no
rompió con el apartheid, el imperialismo no bloqueó al apartheid, el
imperialismo mantuvo y mantiene excelentes relaciones con el apartheid. Había
que bloquear a Cuba donde hace mucho rato las reminiscencias del apartheid, es
decir, la discriminación racial, desaparecieron; había que bloquear a Cuba como
castigo por su Revolución, como castigo por su justicia social, pero jamás al
apartheid. Tomaron contra este algunas tibias medidas económicas que no tenían
la menor trascendencia, y son los que ahora —según me contaba el propio Mandela—
se preguntan y le preguntan por qué su amistad con Cuba, por qué sus relaciones
con Cuba y, como él dijo aquí, por qué sus relaciones con el Partido Comunista
Sudafricano, como si todavía el fantasma del comunismo estuviera recorriendo el
mundo (APLAUSOS). Por qué sus relaciones con este pequeño país que tan leal fue
siempre a la causa del pueblo sudafricano en su lucha contra el apartheid. Eso
demuestra la lógica de los reaccionarios y de los imperialistas.
Estaría mal por parte nuestra resaltar la modesta contribución
de Cuba a la causa de los pueblos, pero escuchando el discurso de Mandela
pienso, compañeras y compañeros, que es el más grande y el más profundo tributo
que se les ha rendido jamás a nuestros combatientes internacionalistas
(APLAUSOS). Pienso que sus palabras han de quedar, como escritas en letras de
oro, en homenaje de nuestros combatientes. El fue generoso, muy generoso, él
recordó la epopeya de nuestro pueblo en Africa, allí donde se manifestó todo el
espíritu de esta Revolución, todo su heroísmo y toda su firmeza.
¡Quince años estuvimos en Angola! Cientos y cientos de miles de
cubanos pasaron por allí y otros muchos miles pasaron por otros países, era la
época en que el imperialismo daba cualquier cosa con tal de que Cuba se retirara
de Angola y cesara en su solidaridad con los pueblos de Africa; pero nuestra
firmeza fue mayor que todas las presiones y fue mayor que cualquier beneficio
que nuestro país pudiera sacar si hubiese cedido a las exigencias imperialistas,
si es que realmente puede haber alguna vez beneficio en el abandono de los
principios y en la traición.
Estamos orgullosos de nuestra conducta, y de Angola regresaron
victoriosas nuestras tropas, pero, ¿quién lo ha dicho como lo dijo él? .¿Quién
lo ha expresado con esa honestidad, con esa elocuencia? Lo que nosotros no hemos
dicho, porque nos lo impide la elemental modestia, lo ha expresado él aquí con
infinita generosidad, recordando que nuestros combatientes hicieron posible
mantener la integridad y alcanzar la paz en la hermana República de Angola; que
nuestros combatientes contribuyeron a la existencia de una Namibia
independiente; él añade que nuestros combatientes contribuyeron a la lucha del
pueblo de Sudáfrica y del ANC; él ha dicho que la batalla de Cuito Cuanavale
cambió la correlación de fuerzas y abrió posibilidades nuevas.
No éramos ajenos a la importancia del esfuerzo que allí
realizábamos desde 1975 hasta la última hazaña, que fue aceptar el desafío de
Cuito Cuanavale, a más distancia que la que hay entre La Habana y Moscú, adonde
puede llegarse en 13 horas de vuelo, sin incluir las escalas. Para llegar a
Luanda desde La Habana hacen falta de 14 a 15 horas de vuelo, y Cuito Cuanavale
estaba allá en un rincón de Angola, en dirección sureste, a más de 1 000
kilómetros de Luanda, allí nuestro país tuvo que aceptar el reto.
Como les contaba el compañero Mandela, en esa acción la
Revolución se jugó todo, se jugó su propia existencia, se arriesgó a una batalla
en gran escala contra una de las potencias más fuertes de las ubicadas en la
zona del Tercer Mundo, contra una de las potencias más ricas, con un importante
desarrollo industrial y tecnológico, armada hasta los dientes, a esa distancia
de nuestro pequeño país y con nuestros recursos, con nuestras armas. Incluso
corrimos el riesgo de debilitar nuestras defensas, y debilitamos nuestras
defensas, utilizamos nuestros barcos, única y exclusivamente nuestros barcos y
nuestros medios para cambiar esa correlación de fuerzas que hiciera posible el
éxito de los combates; porque a tanta distancia no sé si se libró alguna vez
alguna guerra entre un país tan pequeño y una potencia como la que poseían los
racistas sudafricanos.
Todo nos lo jugamos en aquella acción, y no fue la única vez;
creo que nos jugamos mucho, mucho, mucho también, cuando en 1975 enviamos
nuestras tropas a raíz de la invasión sudafricana a Angola. Allí estuvimos 15
años, repito, tal vez no habría hecho falta tanto tiempo, de acuerdo con nuestro
pensamiento, porque de acuerdo con nuestro pensamiento aquel problema lo que
había era que resolverlo y, sencillamente, prohibirle a Sudáfrica las invasiones
a Angola. Esa era nuestra concepción estratégica: si queremos que haya paz en
Angola, si queremos que haya seguridad en Angola, hay que prohibirles a los
sudafricanos que hagan invasiones a Angola. Y si queremos impedirles a los
sudafricanos, prohibirles que hagan invasiones, hay que reunir las fuerzas y los
medios necesarios para impedírselo. Nosotros no teníamos todos los medios, pero
esa era nuestra concepción.
La situación verdaderamente crítica se creó en Cuito Cuanavale,
donde no había cubanos, porque la unidad cubana más próxima estaba a 200
kilómetros al oeste, lo cual nos llevó a la decisión de emplear los hombres y
los medios que hicieran falta —por nuestra cuenta y nuestro riesgo—, enviar lo
que hiciera falta, aunque fuese necesario sacarlo de aquí.
Cuito Cuanavale es el lugar que se hizo histórico, pero las
operaciones se extendieron a lo largo de toda una línea de cientos de kilómetros
y se derivó de ellas un movimiento hacia el suroeste de Angola de gran
importancia estratégica. Todo eso se simboliza con el nombre de Cuito Cuanavale,
que fue donde empezó la crisis; pero alrededor de 40 000 soldados cubanos y
angolanos con más de 500 tanques, cientos de cañones y alrededor de 1 000 armas
antiaéreas —en su inmensa mayoría armas antiaéreas nuestras que sacamos de aquí—
avanzaron en dirección a Namibia, apoyados por nuestra aviación y un aeropuerto
de avanzada construido en cuestión de semanas.
No voy a hablar aquí de pormenores y detalles de los combates,
estrategias y tácticas, eso lo dejaremos a la historia; pero íbamos decididos a
resolver el problema por nuestra cuenta y riesgo, unidos a los angolanos, íbamos
decididos a poner fin de una vez y por todas a las invasiones a Angola. Los
hechos resultaron tal como los preveíamos —y nosotros no queremos ofender a
nadie, no queremos humillar a nadie—, porque cuando se creó esa correlación de
fuerzas, esa nueva correlación de fuerzas —y en nuestras manos había una
invencible tropa, una invencible e incontenible tropa— se crearon las
condiciones para las negociaciones en las cuales participamos durante meses.
Allí hubieran podido tener lugar grandes batallas, pero era
mejor, ante la nueva situación, resolver en la mesa de negociaciones el problema
del respeto a la integridad de Angola y la independencia de Namibia. Nosotros
sabíamos, ¡cómo íbamos a ignorarlo!, que aquellos acontecimientos habrían de
influir profundamente en la propia vida de Africa del Sur, y era una de las
razones, una de las motivaciones, uno de los grandes estímulos que nos
impulsaban; porque sabíamos que al resolver el problema allí en Angola, las
fuerzas que luchaban contra el apartheid recibirían también los beneficios de
nuestras luchas.
¿Lo hemos dicho así alguna vez? No, nunca, y tal vez no lo
habríamos dicho nunca, porque pensamos que, en primer término, los éxitos que ha
obtenido el ANC se deben, por encima de cualquier solidaridad internacional, por
encima del enorme apoyo externo, de opinión pública en algunos casos, de
acciones armadas en el caso nuestro, lo determinante, lo decisivo fue el
heroísmo, el espíritu de sacrificio y de lucha del pueblo sudafricano dirigido
por el ANC (APLAUSOS).
Este hombre, en estos tiempos de cobardía y de tantas cosas, ha
venido a decirnos esto que nos ha dicho en la tarde de hoy. Es algo que no podrá
olvidarse jamás y que nos da la dimensión humana, moral y revolucionaria de
Nelson Mandela (APLAUSOS).
No he apreciado solo las palabras que se relacionan con
nosotros y el hermoso homenaje rendido a nuestros combatientes
internacionalistas, demostrándonos que la sangre derramada, los sacrificios, el
esfuerzo y el sudor de tantos y tantos cubanos no fueron en vano. He apreciado
mucho sus palabras sabias, inteligentes, precisas, reveladoras de una táctica y
una estrategia verdaderamente revolucionarias.
Ha explicado aquí con una claridad impresionante lo que se
proponen y lo que quieren, cómo desean alcanzarlo y cómo están seguros de
lograrlo. Así tenemos aquí a este hombre que pasó decenas de años en la cárcel
meditando, reflexionando, estudiando y luchando, convertido en un extraordinario
líder político, en un extraordinario luchador, en un invencible luchador.
Estamos seguros de que ya nada ni nadie puede evitar el éxito
de esa lucha noble y humana, de esa lucha tan justa que él la sintetiza en una
sociedad con igualdad, una sociedad democrática, una sociedad no racista.
Y créanme, compañeras y compañeros, que el ANC se enfrenta a
una tarea verdaderamente compleja y difícil, pues a pesar de contar con la
inmensa mayoría del pueblo sudafricano no son pocos los ardides, ni son pocos
los trucos, ni pocas las maniobras que los reaccionarios han utilizado para
obstaculizar el acceso del pueblo de Sudáfrica a sus metas; pero pienso que si
hay algo superior a esas dificultades, es el talento del compañero Nelson
Mandela y de los dirigentes del ANC (APLAUSOS).
Nos sentimos estimulados en este 26 de Julio, y nos sentimos
extraordinariamente honrados por la presencia y las palabras de tan ilustre
dirigente político y revolucionario, ¡nunca lo olvidaremos! (APLAUSOS.)
De Mandela nunca podremos hablar en pasado: Raúl Castro
Cubadebate | Jueves, 05/12/2013

Presidente Raúl Castro, de Cuba
Credito: Agencias
La Habana, diciembre 5 - Mensaje de Raúl Castro, presidente de los Consejos
de Estado y de Ministros de la República de Cuba al Excelentísimo Señor Jacob
Gedleyihlekisa Zuma, Presidente de la República de Sudáfrica
La Habana, 5 de diciembre de 2013
Excelencia:
Con profundo dolor, le trasmito las más sentidas condolencias por el fallecimiento del querido compañero Nelson Mandela, en nombre del pueblo y el Gobierno cubanos, que hago extensivas a sus familiares, al Congreso Nacional Africano y a toda la Nación.
Mandela será recordado por la altura de su ejemplo, la grandeza de su obra y la firmeza de sus convicciones en la lucha contra el apartheid, y por su invaluable aporte a la construcción de una nueva Sudáfrica.
Le profesamos profundo respeto y admiración, no solo por lo que hizo por su pueblo, sino por su amistad probada hacia nuestro país.
De Mandela nunca podremos hablar en pasado.
Reciba, estimado Presidente, el testimonio de mi más alta consideración y estima.
Raúl Castro Ruz
Presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros de la República de Cuba
La Habana, 5 de diciembre de 2013
Excelencia:
Con profundo dolor, le trasmito las más sentidas condolencias por el fallecimiento del querido compañero Nelson Mandela, en nombre del pueblo y el Gobierno cubanos, que hago extensivas a sus familiares, al Congreso Nacional Africano y a toda la Nación.
Mandela será recordado por la altura de su ejemplo, la grandeza de su obra y la firmeza de sus convicciones en la lucha contra el apartheid, y por su invaluable aporte a la construcción de una nueva Sudáfrica.
Le profesamos profundo respeto y admiración, no solo por lo que hizo por su pueblo, sino por su amistad probada hacia nuestro país.
De Mandela nunca podremos hablar en pasado.
Reciba, estimado Presidente, el testimonio de mi más alta consideración y estima.
Raúl Castro Ruz
Presidente de los Consejos de Estado
y de Ministros de la República de Cuba
Presidente Nicolás Maduro decreta tres días de duelo por fallecimiento de Nelson Mandela
Por: Agencia Venezolana de Noticias | Jueves, 05/12/2013

Credito: Correo del Orinoco
Caracas, diciembre 5 - El presidente de la República, Nicolás Maduro,
decretó la noche de este jueves tres días de duelo por el fallecimiento del
líder surafricano Nelson Mandela.
"En homenaje al Gigante Nelson Mandela decidí en nombre de toda Venezuela, decretar tres días de duelo en toda la Patria de Bolívar y Chávez!!", publicó.
"Nelson Mandela hasta la victoria siempre, líder de los pueblos que luchan, desde Venezuela te enviamos nuestro amor", manifestó el mandatario a través de su cuenta en Twitter, @NicolasMaduro.
El expresidente surafricano, que llevó a su país a la democracia en 1994 y gobernó hasta 1999, partió físicamente este jueves a las 10:50 de la noche (hora local), tras haber permanecido recluido en un hospital de Pretonia debido a una infección pulmonar.
En otro tuit, el jefe de Estado escribió: "A 9 meses de la partida de nuestro comandante, hoy se va otro gigante de los pueblos del mundo. ¡Madiba, vivirás por siempre!". Y es que este jueves se conmemoran nueve meses de la siembra del comandante eterno Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana.
"En homenaje al Gigante Nelson Mandela decidí en nombre de toda Venezuela, decretar tres días de duelo en toda la Patria de Bolívar y Chávez!!", publicó.
"Nelson Mandela hasta la victoria siempre, líder de los pueblos que luchan, desde Venezuela te enviamos nuestro amor", manifestó el mandatario a través de su cuenta en Twitter, @NicolasMaduro.
El expresidente surafricano, que llevó a su país a la democracia en 1994 y gobernó hasta 1999, partió físicamente este jueves a las 10:50 de la noche (hora local), tras haber permanecido recluido en un hospital de Pretonia debido a una infección pulmonar.
En otro tuit, el jefe de Estado escribió: "A 9 meses de la partida de nuestro comandante, hoy se va otro gigante de los pueblos del mundo. ¡Madiba, vivirás por siempre!". Y es que este jueves se conmemoran nueve meses de la siembra del comandante eterno Hugo Chávez, líder de la Revolución Bolivariana.
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