

Por: Joaquín Mejía RiveraEdy Tábora, director del Comité por la Libre Expresión (C-Libre), señala que quienes promovemos y defendemos el Estado de derecho, la democracia y los derechos humanos, tenemos dos enormes desafíos en estos tiempos de dictadura, de militarización y de violencia institucional.
El caso de Guapinol es un ejemplo de ello, pues las personas han sufrido la estrategia del régimen de presentarlos como enemigas del desarrollo, de amenazarlas y hostigarlas, de reprimirlas con la fuerza militar y policial, de criminalizarlas con el uso indebido del derecho penal y, si es necesario, de asesinarlas.
El segundo desafío lo representa la estructura legal e institucional que el régimen hondureño ha construido desde el golpe de Estado y que se sustenta en la aplicación de normas penales para encarcelar a las personas opositoras y en el uso de policías, soldados, fiscales, juezas y jueces para garantizar cierta estabilidad.
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El caso Guapinol representa una batalla ganada porque se logró superar el primer desafío en el sentido de detener en ese momento la violencia inmediata y directa contra la gente; sin embargo, la estructura legal e institucional que provoca esa violencia y que se refleja en el segundo desafío, se mantiene intacta.Por ello, debemos de articular las diversas luchas en todo el país para lograr detener la violencia institucional contra las comunidades y personas que defienden los bienes comunes, pero sin ignorar que esa violencia no acabará si no cambiamos de raíz la estructura legal e institucional que la promueve.
https://criterio.hn/2019/05/21/guapinol-se-gano-una-batalla-pero-la-lucha-continua/
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