
Por: Redacción CRITERIO
Febrero 26,2019 / redaccion@criterio.hn
Tegucigalpa. –
Una coalición de organizaciones humanitarias de Honduras rechazó la
pretensión del gobernante, Juan Hernández, de incrementar los gastos
militares bajo el argumento de luchar contra la inseguridad, en lo que
describieron como una democracia fallida incapaz de atender las
necesidades de su población y bajo control del crimen organizado.
“Más
dinero solo significa fortalecer una estructura militar avorazada. En
este caso Juan Orlando hace un proceso de más plata para los militares
porque él se sostiene en base a corrupción y en base a las vinculaciones
con el crimen organizado”, dijo el director del Centro de Investigación
para la Promoción de los Derechos Humanos (Ciprodeh), Wilfredo Méndez.
Méndez
participó el martes en una conferencia de la llamada Mesa de Derechos
Humanos que aseguró que la población enfrenta un “Narco Estado” y que
los cuerpos de seguridad utilizan estrategias de criminalización de
defensoras y defensores de los derechos humanos, recurriendo al discurso
de lucha contra las pandillas y el crimen organizado, mientras
“protegen a las estructuras criminales del más alto nivel”.
Hernández
ha lanzado una campaña de medios en la que asegura que las poblaciones y
regiones que visita, le demandan incrementar el número de tropas del
ejército, policías militares, la fuerza de lucha contra las pandillas y
la policía para combatir la extorsión y el crimen, y que acudirá al
Congreso Nacional en busca de asignación de presupuesto adicional en
2019.
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El
gobernante lanzó desde 2014, al asumir su primer mandato, una “guerra”
contra el narcotráfico y el crimen básicamente fortaleciendo las fuerzas
del ejército, que desembocó en la extradición de al menos una veintena
de presuntos capos de la droga a Estados Unidos y la incautación de
propiedades, lujosas residencias y vehículos.
Pero
la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado es ensombrecida
por el involucramiento de su hermano Juan Antonio Hernández, alias
“Tony” Hernández, con cárteles de la droga, en juicios que se siguen en
Nueva York.
Autoridades
de Estados Unidos arrestaron el 23 de noviembre de 2018 en Miami a
“Tony”, hermano del gobernante hondureño, Juan Hernández, bajo cargos de
narcotráfico, mientras en Honduras, aunque había fuertes rumores de
vinculaciones con el ilícito, ni en el estamento militar, policial, ni
el Ministerio Público habían siquiera abierto una investigación.
Antes,
el 6 de octubre de 2015 fue arrestado en Miami bajo cargos de vínculos
con el narcotráfico, el entonces ministro de Inversiones Yankel
Rosenthal en el gobierno de Juan Hernández, y Estados Unidos pidió la
extradición del alcalde nacionalista de Yoro Arnaldo Urbina y la captura
de sus hermanos, Fernando y Miguel Urbina Soto, también por tráfico de
drogas.
También
el hijo del ex presidente, Porfirio Lobo, Fabio Lobo, fue capturado el
el 25 de mayo de 2015 en Haití por la Agencia Antidrogas de los Estados
Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), por vínculos con el
narcotráfico, especialmente con cabecillas del cártel de “Los Cachiros”.
“Honduras
ya no solo es una democracia fallida, sino, bajo control del Crimen
Organizado en sus más diversas modalidades, que favorecido por la
corrupción goza de impunidad absoluta, de allí que enfrentamos un Narco
Estado”, dijeron los miembros de la Mesa de Derechos Humanos en un
documento.
El
mandatario Juan Hernández, desde enero de 2014 destinó millonarios
recursos a gastos militares, pero la población cinco años después sigue
siendo asolada por el crimen común y la violencia y extorsión de las
Maras en barrios y poblados en las principales ciudades del país.
Las
pandillas y el crimen organizado que se dedican a reclutar miembros
para sus operaciones, encuentran en la pobreza y el desempleo de la
población, especialmente entre los adolescentes y jóvenes, terreno
fértil para sus actividades.
La
Mesa de Derechos Humanos, en el documento “Estado Crítico de la
Nación”, sostiene que “el sistema de justicia y seguridad privilegia la
dimensión represiva, la dimensión preventiva la tienen de segunda
categoría, cuando debe ser la primera. Pero las dimensiones de
rehabilitación y reinserción son marginales”.
“Con
gobiernos que condenan a la gente a la marginalidad, la gente está
destinada a ser criminalizada, aunque no ejecute ningún acto criminal,
puesto que al defender su propio derecho será considerado un delito”,
dijeron.
https://criterio.hn/2019/02/26/defensores-de-derechos-humanos-de-honduras-rechazan-pretendido-aumento-de-gasto-militar/amp/
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