Por: Tomas Andino Mencía
Las
fuerzas más oscurantistas del continente americano se han unido en una
Cruzada por desestabilizar y derrocar al gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela. Estas fuerzas de la reacción internacional se
han puesto de acuerdo para lanzar una ofensiva política, que se origina
en los círculos controlados por el gobierno norteamericano. Se buscaron a
un diputado poco conocido de la Asamblea Nacional, un tal Juan Guaidó,
para que hiciera una auto proclama incendiaria, destinada a agitar las
aguas y, en medio del alboroto, justificar una acción intervencionista.
Este es el primer paso.
Pero
todo indica que se están gestando condiciones para ir más allá del
conflicto domestico a que estamos acostumbrados, pasando a un escenario
de lucha económico y militar. El menú de opciones es amplio: a) un
bloqueo o boicot económico internacional a Venezuela, sobre todo de sus
exportaciones de petróleo, que golpearía el corazón de su economía,
aderezado con más sanciones económicas, confiscación de bienes
venezolanos en Estados Unidos y el mundo, entre otras; b) la promoción
de un golpe de Estado desde un sector de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana; c) la organización de un ejército mercenario al que podría
apoyar militarmente desde países vecinos, en especial desde Colombia,
donde están asentadas siete bases militares gringas; d) un evento de
falsa bandera, con el que trate de “justificar” un conflicto bélico con
un país vecino aliado de EEUU (recordemos que el Presidente colombiano
responsabilizo, sin prueba alguna, al gobierno venezolano del coche
bomba que mató a decenas de personas en Bogotá); e) la intervención de
una fuerza multinacional de varios países latinoamericanos donde
gobierna la ultra derecha, avalada por la OEA; y, f) en último caso, una
intervención armada directa de EEUU a ese país, escenario que veo poco
probable en lo inmediato, pero no descartable al mediano plazo según se
desarrollen los acontecimientos.
Con
este paso, la alianza burguesa-imperial trata de dar un salto hacia
adelante en el intento de destruir el actual Estado venezolano. ¿Con que
objetivo? Con el objetivo de: a) acabar con las reformas sociales que
han beneficiado a millones de venezolanos pobres, b) privatizar las
empresas que fueron semi nacionalizadas durante el gobierno de Chávez;
c) entregar los vastos recursos de petróleo, gas, coltán y otros
minerales pasen en un 100% a las trasnacionales gringas; d) volver a
colocar la renta petrolera totalmente en manos de la vieja oligarquía
que está detrás de esta intentona; y, tal vez lo más importante, e)
aniquilar el ímpetu revolucionario de un pueblo heroico, al que buscaran
aniquilar en medio de un baño de sangre.
El
terreno es propicio porque existe una muy fuerte crisis económica en
Venezuela, que se expresa en una elevada hiper inflación, escases, y un
gran descontento popular, lo cual nutre a las fuerzas políticas de la
oposición de derecha partidarias de la intervención. Los responsables
directos de esta crisis son los capitalistas que acaparan alimentos,
suben precios, hacen contrabando de mercancías, y pagan malos salarios a
sus trabajadores; también es responsable el gobierno norteamericano,
porque con sus sanciones económicas y el cerco comercial que le ha
impuesto, agrava la pérdida de recursos. El gobierno, por su parte, toma
algunas decisiones para controlar el boicot, pero no ataca el problema
de raíz, porque el problema es el capitalismo rentista que aún existe en
Venezuela. Por eso se da la contradicción de que mientras la población
sufre penalidades económicas, la mayoría de los millonarios conservan
sus fortunas.
Estados
Unidos necesita sacar al gobierno de Maduro porque el modelo económico
capitalista que existe en este país está diseñado para compartir las
ganancias de la explotación petrolera entre las transnacionales y el
Estado venezolano, con las cuales este último sustenta sus programas
sociales. Pero los gringos lo quieren todo. Y les urge tomarlo a la
fuerza, porque han perdido su hegemonía en Oriente medio, la región del
mundo donde se encuentran los más importantes yacimientos de petróleo
que mueven a sus transnacionales. Como es sabido, su lugar lo han
ocupado Rusia e Irán, como los actores principales en esa región. De
hecho, el ejército de ocupación gringo ha tenido que salir con la cola
entre las patas, primero de Irak en 2011 y recientemente de Siria en
2018, ante la derrota militar del Estado Islámico, la fuerza mercenaria
que ayudo a crear para apoderarse del petróleo de esos países.Por tanto,
los gringos necesitan volver a su patio trasero en Latinoamérica a
intentar arrebatar los recursos naturales a nuestros países hermanos,
comenzando con Venezuela y siguiendo después con otros países, aunque
eso cueste derramar sangre.
En
ese sentido, países ricos como Argentina, Brasil, Bolivia y México
verán aplicarles tremenda presión para que cedan sus recursos al
imperio. Es cuestión de supervivencia para su capitalismo, que amenaza
con entrar en recesión en los próximos años.Con todo lo dicho, es
necesario reconocer que parte de la responsabilidad histórica de por qué
la burguesía venezolana y el imperio han llegado tan lejos, recae en
los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, porque con sus
posiciones blandas ante la gran burguesía venezolana, permitieron que
esta conservara su poder económico inalterado. Aun cuando esta
protagonizo un golpe de Estado en 2002 y un Paro patronal subversivo en
2005, que habrían sido suficientes para confiscar sus propiedades,
Chávez no procedió a expropiarla para quitarle su sustento material y
enrumbar al país hacia un socialismo verdadero, sino que cultivo el
respeto a la propiedad burguesa, que al largo plazo le está pasando
factura con nuevas intentonas golpistas. Incluso, la política de
estímulo a la propiedad capitalista produjo también el surgimiento de
una nueva burguesía ligada al poder chavista. Todas las reformas
sociales que distinguen al chavismo se hicieron con recursos
provenientes de la renta petrolera, no de recursos recuperados a la gran
burguesía, a la que no le fue expropiado un tan solo bien durante 20
años de reformismo. Por eso lo que existe en ese país es capitalismo
reformista con apariencia “socialista” y no un Socialismo verdadero.
Nota relacionada OEA declara ilegítimo nuevo gobierno de Nicolás Maduro
La
sobrevivencia de las conquistas sociales que todavía existen en
Venezuela dependerá de que el Estado bolivariano deje los paños tibios
que ha tenido durante tanto tiempo con el gran empresariado golpista y
rompa con ese modelo de coexistencia con la gran burguesía, procediendo a
confiscar, mediante un Decreto de la Constituyente, las empresas de
todos los burgueses y políticos que se comprometen con el gobierno
usurpador de Guaidó, disponiendo de esos recursos para sacar al país de
la difícil situación económica en que se encuentra. Además, si la
agresión de Estados Unidos se hace realidad, Venezuela tendría derecho a
recuperar por Decreto constituyente el 100% de las acciones de las
empresas petroleras e industrias extractivas, bancos y negocios de
importación que hoy día comparte en sociedades mixtas con las
transnacionales norteamericanas, lo que significaría en pocas palabras
la nacionalización absoluta de estas industrias y negocios,
proporcionándole una inyección adicional de ingresos que incrementarían
el bienestar de la población y potenciarían la defensa del país..
Venezuela
debe seguir el camino de Cuba, que nacionalizo en 1960 la gran
industria y los grandes negocios de los oligarcas, santo remedio para
que estos ni siquiera intentaran hacer una intentona golpista. Eso
consolido de tal manera el proceso revolucionario que hasta el intento
de invasión de Estados Unidos en Bahía de Cochinos fue aplastado y no
intento otro similar. Por ende, si quiere sobrevivir manteniendo las
conquistas reformistas de las últimas dos décadas, y no claudicar al
chantaje imperial, el gobierno venezolano no tiene más opción que
radicalizar el proceso iniciado con Chávez, superando las reformas para
avanzar hacia la Revolución popular, con la clase obrera a la cabeza. La
historia no admite medias tintas: o se avanza hacia el Socialismo, o se
retrocede a la barbarie de un país esclavizado por el capital nacional y
transnacional.
https://criterio.hn/2019/01/25/ante-la-amenaza-imperialista-maduro-no-tiene-otra-opcion-que-dar-el-salto-al-socialismo-verdadero/
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