Galel Cárdenas
El mundo dejó aquella circunstancia unipolar para convertirse en un vertedero de visiones de mundo donde el ser humano es el centro inequívoco de la sociedad terráquea.
Desde entonces, y partiendo de la catapulta horrorosa del golpe de Estado de 2009, entraron al territorio hondureño todas las pandillas políticas, militares, eclesiásticas, nacionales, internacionales e imperiales, a imponer el modelo de una sociedad modélica de como el crimen organizado estructura un gobierno para usufructuar el territorio libre de ataduras judiciales, morales, honorables y dignas.
Fuente: https://groups.google.com/group/fian-honduras.
¿Qué ética
se cierne sobre el periodismo nacional que responde visceralmente a los
pavorosos intereses de la élite más conservadora de la región
centroamericana, que no admite bajo ninguna circunstancia la pérdida
moral de su odio clasista?
El
periodismo hondureño en su rol de mercenario político se desgañita ante
micrófonos, pantallas televisivas y planas periodísticas como un vocero
desquiciado que pregona, bajo la carpa viscosa de la oferta y la
demanda, una realidad fictiva que solo en sus afiebradas mentes
mercantiles existe.
El mundo dejó aquella circunstancia unipolar para convertirse en un vertedero de visiones de mundo donde el ser humano es el centro inequívoco de la sociedad terráquea.
El viejo
anticomunismo imperial que fue diseminado por toda la prensa
internacional, nacional y local, ya no posee aquella magia de convencer a
los pobres que los pobres son sus propios enemigos.
El mundo
neoliberal es una falsía del tamaño de la galaxia en que vivimos. ¿A
quién se le puede ocurrir que debemos entregar nuestras vidas, haciendas
y raigambres al oro grosero de la explotación del hombre por el hombre
mismo?
El sentido
histórico de la patria subsiste aunque los tarifados vendedores de sus
conciencias al mejor postor narco-traficante, que ha penetrado las
ambiciones desmedidas por una riqueza espuria, sigan sosteniendo en sus
gargantas y plumas mercantiles que la verdad de la historia es una
mentira inventada por vagabundos enajenados, que suelen expresar acá y
acullá que el sistema político hondureño es injusto, es inequitativo y
dependiente del imperio.
Si, la élite
económica está penetrada por el narco tráfico, la policía y los
gobernantes nacionales, ese dinero putrefacto lavado como sábana sucia
de pasta blanca alucinógena va a para a los bolsillos de los periodistas
mercenarios que divulgan falacias estratosféricas como que la
Constitución tiene menor peso jurídico legal que una sentencia judicial
emitida por la Corte Suprema de Justicia.
Así
todo aquello que se desprende de la ambigua moral del dinero
asqueroso que alimenta las cuentas personales financieras de los
periodistas venales, constituye de inmediato un apoyo al delito
internacional que mina las bases primordiales de la honestidad
ciudadana, ya que, en el entramado, venimos a consumir productos de una
élite corrupta que es capaz de fabricar pastillas de harina haciéndolas
pasar por medicamentos que controlan las enfermedades sustanciales que
conducen a la muerte.
La
pregunta sobre si existe un periodismo cachiro, la responden los
defensores de esa élite narcotraficante que apoya al Partido Nacional,
socio y cómplice principal para la construcción de un narco Estado.
La
frontera de la honestidad, la honradez, la probidad y la rectitud han
sido borradas del mapa de la información y la comunicación social para
mostrar un rostro donde debajo de la máscara que cubre el semblante, se
encuentra un comunicador mafioso que vende su profesión por unos dólares
manchados de muerte y deshumanización.
El
país fundado por Dionisio de Herrera (primer derrocado por las fuerzas
reaccionarias de la época), Francisco Morazán, José Cecilio del Valle o
José Trinidad Cabañas, fue enterrado el día en el que en que se
cambió la pluma, la voz y el rostro, por un aparato de contar billetes
en los bancos mismos de la cachirecada.
Desde entonces, y partiendo de la catapulta horrorosa del golpe de Estado de 2009, entraron al territorio hondureño todas las pandillas políticas, militares, eclesiásticas, nacionales, internacionales e imperiales, a imponer el modelo de una sociedad modélica de como el crimen organizado estructura un gobierno para usufructuar el territorio libre de ataduras judiciales, morales, honorables y dignas.
Pero
la patria incólume se alimenta todavía de los pensamientos sublimes
de los fundadores de la patria altiva, tal como lo pregona el magnífico
poeta Pompeyo del valle, premio nacional de literatura:
HONDURAS
Sobre esta Honduras de fusil y caza,
De asfixiado color y amarga vena,
Se oye gemir el mapa de la pena
Que en murallas de sal se despedaza.
Bajo esta Honduras de metal y maza,
De enterrado perfil-laurel y arena-
Como un tumulto de cuchillos suena
La atormentada sangre de la raza.
Pero otra Honduras de potente aurora
Decidida y total y vengadora
Alza la frente perseguida y bella.
Porque una tropa juvenil se agita
Bajo su cielo y en su voz gravita
El porvenir, fundado en una estrella.
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