Colón, Sat. 23/09/2017 - 13:26 (Conexihon) by
Cesario Padilla
En la mañana del
pasado 20 de septiembre José Alfredo Rodríguez, miembro de la Empresa
Campesina «Gregorio Chávez», fue asesinado en la finca Paso Aguán, del
municipio de Trujillo, departamento de Colón.
De acuerdo con un comunicado de la Plataforma Agraria Regional del
Valle del Aguán, Rodríguez estaba trabajando en su cultivo de maíz,
cuando fue asesinado entre los lotes 6 y 14 de la referida finca.
El cuerpo de José Alfredo fue encontrado cerca de las ocho de la
mañana por su hijo José Luis, de 14 años, quien iba a dejarle desayuno.
Según el comunicado, sus familiares manifestaron que el campesino era
constantemente amenazado por miembros del ejército y guardias privados
de Corporación Dinant.
José Alfredo Rodríguez era Delegado de la Palabra de Dios en la iglesia Católica de la comunidad de
Panamá y miembro activo de la Empresa "Gregorio Chávez", cuyos
integrantes están en posesión de una área de la finca Paso Aguán desde
el pasado 27 de agosto.
F OTO
José Alfredo Rodríguez, miembro de la Empresa
Campesina «Gregorio Chávez»
Ante el hecho, la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas
para los Derechos Humanos (OACNUDH), lamentó la muerte de José Alfredo y
reconoció de otros incidentes de violencia en menos de un mes, que van
desde inicios de procesos judiciales, acciones de violencia en el marco
de acciones de desalojo, mismas que han sido denunciadas por el
campesinado en la zona.
Violencia e impunidad permanece
En su informe sobre Honduras, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH), hay un apartado sobre el Bajo Aguán, dónde recopila una
serie de testimonios sobre el conflicto por la tierra en la zona, la
falta de acceso a la justicia de parte de las organizaciones campesinas y
la realización de una investigación adecuada que lleve a identificar a
los responsables de muertes violentas, amenazas y demás acciones contra
el campesinado que libra una lucha por el acceso a la tierra en esa
región costera.
La Comisión recomendó al Estado, reforzar esfuerzos en la
investigación de estos hechos de violencia ocurridos en el Bajo Aguán, y
sancionar a los responsables materiales e intelectuales, y en
particular dilucidar responsabilidades en caso de una posible
participación de las fuerzas estatales.
“El Estado debe abordar las causas estructurales de discriminación y
violencia que afectan al Bajo Aguán, incluido la titulación y venta de
tierras en consulta con las partes involucradas”, recomendó la CIDH al
Estado de Honduras en su informe de 2015.
Desde el año 2010, cuando se originó el actual conflicto en el Bajo
Aguán, al menos 125 personas entre campesinos y guardias de seguridad
privada han perdido la vida, sin que de haga justicia.
Gregorio Chávez y José Ángel Flores, fueron líderes campesinos
asesinados en la región. Flores tenía medidas cautelares otorgadas en un
grupo de 123 beneficiarios por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH).
Incluso, Antonio Trejo, abogado de grupos campesinos en procesos de
recuperación de tierras, fue asesinado en septiembre del 2012, cuando
también fue criminalizado junto a más de 20 campesinos que realizaban
una protesta social cerca de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), un mes
antes. El 07 de junio del 2016 fueron sobreseidos definitivamente. Pero a
un hermano de Trejo, José que daba seguimiento a las investigaciones
por el crimen del abogado, también lo asesinaron en febrero del 2014.
En Honduras hay 300 mil familias campesinas sin acceso a la tierra y
su lucha por su tenencia no se detiene, pese a estar entre los países
más peligrosos para defender los derechos humanos.
Foto de portada: Atrio.org
http://www.conexihon.hn/continuan-ataques-contra-campesinos-en-el-bajo-aguan
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