Factor Méndez Doninelli
Guatemala, Guatemala
Agencias/ EL LIBERTADOR / 17 Junio 2017.-
Como
dóciles corderitos, los mandatarios de los países centroamericanos del
llamado “Triángulo Norte” (Guatemala, El Salvador y Honduras) y el
Canciller de México, invitados por la presidencia imperial, acudieron
puntuales a la cita en Miami, Florida, para reunirse con altos
funcionarios de la nueva administración estadounidense que preside
Donald Trump.
Según
la versión mediática, el propósito es “relanzar” el “Plan para la
prosperidad” que los Gobernantes estadounidenses elaboraron para
inyectar cantidades millonarias de dólares a los tres países
centroamericanos, con la pretensión de crear empleos y mejorar las
condiciones de vida de sus poblaciones, todo con la idea de desestimular
la emigración hacia el Norte, es decir, es una fórmula estadounidense
para disminuir y controlar los flujos migratorios.
Pero
también, apunta a temas de seguridad como controlar el tráfico de
drogas, pues como es sabido, los Estados Unidos de América es uno de los
países más consumidores del mundo, además, aprovecharían para endurecer
sus políticas de combate al crimen transnacional organizado, o sea,
tráfico y trata de personas, tráfico de armas y otros ilícitos.
Asimismo, tiene un componente antiterrorista orientado a blindar la
seguridad nacional de los Estados Unidos, para prevenir y controlar
posibles ataques futuros.
Los
anfitriones de la cita fueron, el Vicepresidente Mike Pence y el
Secretario de Estado Rex Tillerson, quienes durante sus intervenciones
dejaron claro que el interés de su Gobierno al “cooperar” con los tres
países beneficiarios del plan, es asegurar las fronteras
estadounidenses, fortalecer la protección de sus habitantes, potenciar
las oportunidades comerciales y estimular la inversión privada. En otras
palabras, en términos de seguridad quieren que los países del
“Triángulo Norte” les cuiden las espaldas y las primeras medidas no se
han hecho esperar, un primer signo de militarización, es la instalación
de una base militar norteamericana en Petén, Guatemala, que está próxima
a iniciar operaciones.
En
términos de intereses económicos, a la cita de Miami también asistieron
empresarios e inversionistas, quienes sostuvieron reuniones con sus
pares estadounidenses y mexicanos, para examinar oportunidades, certezas
y emprendimientos e identificar posibles líneas de inversión y negocios
comerciales.
En
este sentido, también los grandes capitales transnacionales en alianza
con empresarios locales, serán beneficiarios de este millonario plan
estadounidense para los tres países, que el Gobierno norteamericano
considera como su “patio trasero.”
¿Podrá
el plan disminuir la pobreza, exclusión, desigualdad, iniquidad,
discriminación y marginación social que tienen raíces históricas? ¿Será
que esa “prosperidad” anunciada va a sensibilizar a las elites
neoliberales o servirá para fortalecer sus intereses?
Con
respecto a la emigración, algunos ingenuos creyeron que en la cita, iba
a hablarse de mejorar la condición de centroamericanos “irregulares” en
EE.UU., hasta pensaron que podría negociarse la ampliación del estatuto
temporal, conocido como TPS, tal asunto no estaba en la agenda, menos
para Guatemala.
Como
Uds. recordarán, los emigrantes guatemaltecos en EE.UU., no gozan de
ese beneficio, pues fue el ex presidente Álvaro Arzú, quien se opuso a
esa política estadounidense y evitó solicitarlo para los connacionales.
¿Podrá Arzú prolongar la impunidad de sus actos o lo veremos en el
banquillo frente a la Juez?
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/2310-honduras-analisis-la-cita-de-miami
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