EDITORIAL
“Honduras is dangerous”
Juan
Hernández sabe que tiene enemigos y los ha tenido todo hombre entre más
poder y riqueza acumula, hasta por razones inimaginables. Están los
odiados por los tiranos y amados por sus pueblos. Cristo era abominable
para los líderes religiosos de su época, eran una pelmasa de hipócritas
poseída por la codicia que colmaban a cambio de amarrar su gente al yugo
del imperio romano.
El
rechazo se gana siendo virtuoso o perverso. ¿Por qué en los caminos de
Honduras cientos de miles desde que asumió la presidencia le gritan
“fuera JOH”? Pero no le importa y no los oye, tanto, que buscó la
reelección y otra vez adónde va fuertemente protegido por fuerzas
especiales, el ciudadano grita “fuera JOH”. ¿Callará esa petición el
ansiado Código Penal?
Hernández
no ha gobernado para la nación hondureña, ha sido infame, indolente con
los más sufridos y con los que añoran una sociedad justa y habitable
para progresar con trabajo honrado; sabe que el pueblo llora y muere en
las calles, no lo ignora, carece de vocación que lo incline sensible a
luchar por los demás. Y los otros son los que en su sencillez confían
sólo en Dios porque en la tierra no hallan nada especial desde que nacen
hasta que mueren, son como el martillo hechos para golpes, los demás
son esos hambrientos fabricados por centenarios gobiernos rentados por
el capital indecente. JOH se extravió o nunca transitó por el camino
correcto pues ¿locura o extrema incultura? llegó al exceso de imprimir
su foto en todos los productos que se compran con el dinero de todos los
hondureños, así que cuando el necesitado, adentro de su pobreza, saca
de la “bolsa solidaria” un confite, frijoles o la camisa del niño, tiene
que mirar un rostro regordete de hombre próspero, sonrosado y la nívea
camisa que luce bordada con el colorido logo de “Marca País”.
Juan
no tiene la experiencia de gastar su propio lempira o de sacar avante
una familia con trabajo privado que forja carácter y enseña economía, ni
la cosmovisión que antepone la responsable y visionaria tarea de poner
pasos adelante a una Nación. Eso es chiste para un mandatario convencido
que Honduras está cambiando, aunque los jefes de Nealon no creen en la
fábula del humo y el vinagre, todos los años, en los últimos tres de
este gobierno han dicho a los estadounidense que “Honduras is
dangerous”, muy peligroso, que no vengan. Nunca un presidente hondureño
fue causa de tanto humor negro, desprecio y desencanto, ¡Fuera JOH! Ya
es título para libros de historia política de países fatales; aun el
régimen rural y pocas letras del general Carías –desde la distancia— se
alivia cuando quienes lo trataron narran que se retiró del poder para
llevar hasta sus últimos días una vida campesina nada ostentosa, que no
dejó deuda externa y que los pícaros eran sus colaboradores; un informe
confidencial enviado al Departamento de Estado por el entonces embajador
de Estados Unidos tilda de ladrón al papá del cardenal Rodríguez. Dicen
los mayores que no puede compararse a JOH con Carías, porque si era
grosero con los opositores, pero se dormía con la puerta abierta, con
Juan los militares aplauden la “dolce vita”, pero sólo en 2016
asesinaron a más de 5.000 hondureños y las masacres diarias suman y
siguen, en los primeros 40 días de este año mataron otras 488 personas.-
JOH hereda una deuda pública impagable cercana a 180,000 millones de
lempiras. Ya es tarde, Juan cometió el error de Esaú, vendió su
primogenitura al capital por un plato de lentejas, en su libro del humo y
el vinagre quizá también esté esa moraleja.
http://www.web.ellibertador.hn/index.php/avance/2102-editorial-y-portada-el-libertador-impreso-feb-2017-honduras-is-dangerous
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