jueves, 7 de julio de 2016

Honduras: Llamar las cosas por su nombre: un legado de Mario Castro

El periodista e ingeniero Mario Castro falleció el 6 de julio de 2016 producto de un fulminante cáncer que le dañó órganos vitales. EL LIBERTADOR rinde un tributo a este patriota que decidió asumir riesgos económicos y de salud, antes que rendir pleitesía a los tributos y reproduce el encuentro que tuvo en junio de 2014 con el recordado comunicador.
Este hombre nacido en San Pedro Sula hace más de seis décadas, comprendió que ser periodista iba más allá de ser egresado de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), era una pasión que lo llevó desde siempre en las venas.
Redacción Central / EL LIBERTADOR  / Publicado: 07 Julio 2016.
Tegucigalpa. No se le cruzó por la mente a Mario Castro parar en el oficio que nunca estudió, pero lo hace con total pasión: el periodismo.

Egresó hace varias décadas de la Escuela Agrícola Panamericana de El Zamorano como ingeniero agrónomo, se fue a trabajar a Brasil en el rubro acuícola y terminó dirigiendo su propio programa de televisión junto a su hermano Edgardo Castro.

- ¿Qué le orilló a introducirse al periodismo?
- Mi hermano me invitó a ser reportero en Canal 6 acá en Tegucigalpa.
- Pero un ingeniero metido a periodista…
- Esta profesión es interesante, uno tiene la responsabilidad de contar la verdad.

Mario ya tiene 58 años; el espíritu se le rejuvenece en la medida que conoce más del oficio de informar. Recuerda que un día de 2005, su hermano, alias “El chele” y hoy diputado, le pidió como favor que aplicara a la plaza de corresponsal del canal que opera desde San Pedro Sula y, sin ambages, lo aceptó.

Sintió hasta extraño agarrar micrófono e irse a la calle a contar historias. Con el tiempo, comenzó a hacer cobertura hasta que se retiró del canal, en solidaridad con su hermano por no aceptar la censura que se les impuso.

Al margen que se le censure por llamar las cosas por su nombre, Mario nunca pierde la serenidad porque “ya no tengo prisa”. Y es cierto.

Cada vez que llega al canal Globo TV donde alquila un espacio para transmitir “El látigo contra la corrupción”, hace un poco de broma con los operadores y camarógrafos para bajar el estrés de la jornada informativa.

Se sienta a la mesa de redacción y se prepara para salir al aire en cuestión de minutos. “Tres, dos, uno… ¡Al aire! El director de cámaras está al pendiente de las imágenes mientras este periodista por vocación analiza la realidad de Honduras sin alterarse.

“Buen provecho, por si los corruptos y asesinos nos dejan la oportunidad de llevar alimento a nuestros hogares”, cierra y se apagan las luces del estudio.

De forma breve valora el papel de la prensa tradicional: “han perdido mucha credibilidad porque son empresas que deben mantener el status quo y los periodistas se acomodan al poder económico por circunstancias y que no hay que perder de vista ya que son empresas mercantiles, asociadas a otras”.

Esta coyuntura es un reto para los hermanos Castro, en particular para Mario; el fin de informar apegado a la verdad. “Hacer periodismo es delicado, no podemos torcer la verdad por la credibilidad, la gente cree en las personas. La mentira tienes patas cortas y siempre actúo con la verdad”.

Ha pasado este hondureño ante el declive de la gran prensa que –a su juicio– perdió gran porción de la ciudadanía que una vez les siguió. Desde el golpe de Estado de 2009, se puso del lado de la gente porque no tolera que los poderosos se aprovechen de la miseria del país para seguir “comprando votos y hacer fraude. Cerca del 20 por ciento de nuestra gente es analfabeta y al gobierno no le interesa que el analfabetismo baje”.

En este aspecto no hay tonos grises, Mario ve las cosas en blanco y negro. Al respecto, comenta que “desde el golpe, se ven las cosas en blanco y negro. La clase oligárquica lo sabe y por eso busca contener el poder a través de sus operadores políticos y sostener sus millones en los negocios que hacen con el Estado y mantener una estructura militar”.

Esos grupos de poder –prosigue– son parte de la corrupción y para mantener el orden establecido, “le entrega a los políticos las migajas para que le hagan los mandados”.

Claro está que esas posturas generan anticuerpos y cada análisis lo hace sin caer en la ambigüedad. Entre esas apreciaciones valora que se debe invertir en el campo y para eso “se necesita invertir en sistemas de riego para beneficiar a los pequeños productores porque aquí quien cultiva los frijoles son los campesinos que tienen de una a cinco manzanas y con los sistemas de riego por lo menos se garantizarían tres cosechas y se podrían hacer otros cultivos como hortalizas”.

Antes de retirarse del estudio donde realizamos esta entrevista, cuestiona la actitud del presidente Juan Hernández al calificarlo de “soberbio, prepotente y que no acepta consejos.

Cree que la gente lo adora eso le han hecho creer sus bufones (asesores) y con la frase ‘voy hacer lo que tenga que hacer’ es una frase demagógica porque no ha hecho nada contra la corrupción”.

Lo único que le queda al pueblo –sentencia– es la protesta para hacerse escuchar por el gobierno y “además está contemplado en la Constitución de la República”. 

http://www.web.ellibertador.hn/index.php/noticias/nacionales/1547-llamar-las-cosas-por-su-nombre-un-legado-de-mario-castro

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