latribuna.hn/ Sábado,21 junio, 2014 - 3:26 Am. Con los sueños rotos y sus rostros visiblemente menguados, llegaron ayer al país cerca de 150 niños deportados de México.
Los hondureñitos, algunos en brazos de sus madres y otros sin la compañía de un pariente, fueron trasladados en una caravana de siete buses con procedencia de Tapachula, Chiapas, México.
Personal del Hogar Edén Atención a Niñez Migrante del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa) de San Pedro Sula, fueron hasta la aduana de Corinto, Omoa, Cortés, frontera con Guatemala, a encontrar los menores de edad.
Ellos venían de un viaje de 12 horas desde el centro de niños migrantes Siglo XXI ubicado en el Estado mexicano antes mencionado.
Al llegar a San Pedro Sula, alrededor de las 4:30 de la tarde la primera en bajar de la unidad fue una joven madre con dos niñas, una de un año de edad que traía en brazos, la otra de tres años de la mano y en la espalda una pañalera.
QUIERO VER A MI ABUELA
La pequeña de tres años le preguntó “¿mami cuándo vamos a llegar a la casa, para abrazar a mi abuela?”, y su progenitora le respondió, “espéreme mi amor, vamos a ver si alguien me regala una llamada para decirle a ella que aquí estamos y que nos vengan a traer porque no traemos ni un cinco para irnos a Choluteca”.
Luego comenzaron a bajar los demás niños originarios de distintos departamentos del país, en ese momento se vivía un ambiente dramático. Entre ellos a muchos se les notaba que habían llorado mucho, no quisieron decir nada porque venían asustados después de vario tiempo de estar lejos de sus seres queridos, principalmente a los que viajaron sin la compañía de un familiar.
Uno de los casos fue el de un menor de 12 años garífuna originario de Corozal, Atlántida, quien reató “quiero estar con mi abuela porque con ella vivía cuando me fui a buscar a mi papá y mamá a Estados Unidos, pero en el camino me agarraron los de la migra”.
“Me fui porque quiero ser basquetbolista y dejé la escuela allá en Corozal, pero tal vez me recibe la profesora porque ya son tres semanas que me retiré para irme”.
CON GUSTO ME REGRESO
En tanto la madre de una pequeña de cinco años de edad originaria de Choluteca contó que hace tres semanas habían emprendido ese accidentado viaje junto a seis vecinas.
“Me quise ir porque soy madre soltera y mi trabajo no me daba para mantener a mi hija, yo trabajaba en la alcaldía de Choluteca estaba pasando una situación muy difícil y es por eso que ya no quiero vivir en este país”, expresó Jakeline Pineda una de las tantas madres que está de regreso con su hija menor de cinco años.
Aseguró que con gusto se va de regreso, aunque le da temor porque en el camino hacia Estados Unidos, hay muchos riesgos.
“Lo que me da temor es volver a ese albergue que pasa demasiado lleno de mujeres hondureñas con niños que no pudieron pasar”. (ECA)
http://www.latribuna.hn/2014/06/21/dramatico-regreso-de-150-ninos-deportados-de-albergues/
Los hondureñitos, algunos en brazos de sus madres y otros sin la compañía de un pariente, fueron trasladados en una caravana de siete buses con procedencia de Tapachula, Chiapas, México.
Personal del Hogar Edén Atención a Niñez Migrante del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (Ihnfa) de San Pedro Sula, fueron hasta la aduana de Corinto, Omoa, Cortés, frontera con Guatemala, a encontrar los menores de edad.
Ellos venían de un viaje de 12 horas desde el centro de niños migrantes Siglo XXI ubicado en el Estado mexicano antes mencionado.
Al llegar a San Pedro Sula, alrededor de las 4:30 de la tarde la primera en bajar de la unidad fue una joven madre con dos niñas, una de un año de edad que traía en brazos, la otra de tres años de la mano y en la espalda una pañalera.
QUIERO VER A MI ABUELA
La pequeña de tres años le preguntó “¿mami cuándo vamos a llegar a la casa, para abrazar a mi abuela?”, y su progenitora le respondió, “espéreme mi amor, vamos a ver si alguien me regala una llamada para decirle a ella que aquí estamos y que nos vengan a traer porque no traemos ni un cinco para irnos a Choluteca”.
Luego comenzaron a bajar los demás niños originarios de distintos departamentos del país, en ese momento se vivía un ambiente dramático. Entre ellos a muchos se les notaba que habían llorado mucho, no quisieron decir nada porque venían asustados después de vario tiempo de estar lejos de sus seres queridos, principalmente a los que viajaron sin la compañía de un familiar.
Uno de los casos fue el de un menor de 12 años garífuna originario de Corozal, Atlántida, quien reató “quiero estar con mi abuela porque con ella vivía cuando me fui a buscar a mi papá y mamá a Estados Unidos, pero en el camino me agarraron los de la migra”.
“Me fui porque quiero ser basquetbolista y dejé la escuela allá en Corozal, pero tal vez me recibe la profesora porque ya son tres semanas que me retiré para irme”.
CON GUSTO ME REGRESO
En tanto la madre de una pequeña de cinco años de edad originaria de Choluteca contó que hace tres semanas habían emprendido ese accidentado viaje junto a seis vecinas.
“Me quise ir porque soy madre soltera y mi trabajo no me daba para mantener a mi hija, yo trabajaba en la alcaldía de Choluteca estaba pasando una situación muy difícil y es por eso que ya no quiero vivir en este país”, expresó Jakeline Pineda una de las tantas madres que está de regreso con su hija menor de cinco años.
Aseguró que con gusto se va de regreso, aunque le da temor porque en el camino hacia Estados Unidos, hay muchos riesgos.
“Lo que me da temor es volver a ese albergue que pasa demasiado lleno de mujeres hondureñas con niños que no pudieron pasar”. (ECA)
http://www.latribuna.hn/2014/06/21/dramatico-regreso-de-150-ninos-deportados-de-albergues/
No hay comentarios :
Publicar un comentario