Tomalá, Lempira.
Bonifacio Alvarado muestra los golpes que asegura le profirieron los policías.
Alvarado aseguró que tres policías asignados en la posta de Guarita lo persiguieron y le dispararon, luego lo golpearon y lo mantuvieron enchachado por una hora sin justificación.
“Venía de Guarita en mi carro cuando de repente de una patrulla policial comenzaron a dispararme. Me paré, les pregunté a quién seguían. Ellos solo me gritaban: bájese, bájese. Me sacaron del carro, me rompieron la camisa y el pantalón.
Me enchacharon y comenzaron
a torturarme. Me ponían el cañón de la pistola en la boca y me decían:
sos un narcotraficante”.
Este es el relato del sacerdote
Bonifacio Alvarado, párroco del municipio de Tomalá, Lempira, quien ayer
denunció los abusos de los que fue víctima el lunes anterior, y que
supuestamente fueron cometidos por un oficial y dos agentes de la
Policía Nacional asignados en el municipio de Guarita, Lempira. El
religioso en compañía de las autoridades municipales y pobladores
presentó la denuncia contra los tres uniformados y demandó una
investigación de los altos mandos policiales para frenar los atropellos
que según pobladores son constantes en la zona.
“Estamos muy molestos con la actitud de
la Policía. Son atropellos con una persona que es respaldada por todo un
pueblo. Esto no es nuevo, hay casos que no se denuncian, pero esto
sobrepasó los límites”, señaló Esperanza López, alcaldesa de Tomalá,
Lempira.
La denuncia
El padre Bonifacio Alvarado explicó a
LA PRENSA que el lunes a las 10:30 am se conducía en su carro de Guarita
rumbo a Tomalá. En el camino asegura que se encontró con la patrulla
policial, que repentinamente hizo el retorno y sus elementos comenzaron a
perseguirlo y le dispararon en al menos 15 ocasiones.
“No entiendo por qué me seguían, no
había retén policial, iban en vía contraria y al verme comenzaron a
seguirme. Cuando me sacaron del carro me preguntaron por la bolsita que
andaba de las ofrendas que recolectamos el domingo de las iglesias de
Tambla y Valladolid. Me decían vas a tener que justificar en la Fiscalía
esto. Aunque solo eran unas fichas, pese a que les expliqué que era
dinero de las ofrendas me quitaron la llave del carro, me patearon y me
querían meter a la patrulla. Uno de ellos decía que me irían a matar al
otro lado”, relató el sacerdote. Ante el hecho, vecinos de la zona
identificaron al párroco y exigieron a los policías que lo dejaron en
libertad.
El ataque al religioso mantiene
indignados a los pobladores del sector, quienes piden la salida de los
policías y una investigación exhaustiva en el caso.
Versión policial
Ramón Sabillón Pineda, director de la
Policía Nacional, ante los hechos aseguró que se tiene que determinar si
lo que el sacerdote denuncia es verdad.
“La información que tenemos es que no
se paró en un retén policial, se fue de paso y se le dio persecución.
Habría que evaluar los elementos de prueba. El hecho que tenga a Dios no
significa que tenga la verdad. Si no se paró en un retén policial se da
una persecución que es normal, pero investigamos si hubo abuso
policial”, dijo el jefe policial. Eduardo Villanueva, director de la
Dirección de Investigación de la Carrera Policial (DIECP), afirmó que se
investiga el hecho. “Se procederá a realizar las investigaciones para
que se sancione o se determine la responsabilidad penal de los policías
que intervinieron. Hay una comisión que investigará” dijo.
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